Liquido para vapeador con uso de expectorante
Enviado por Rebecca • 4 de Diciembre de 2018 • 4.435 Palabras (18 Páginas) • 277 Visitas
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Los cigarrillos electrónicos son un 95% menos dañinos que el tabaco tradicional
En el Reino Unido mueren cerca de 100.000 personas anualmente a causa del tabaco, por ello las organizaciones de salud buscan una solución eficiente, que, a pesar de estar en uno de los niveles más bajos, sigue siendo la principal causa de muerte en Inglaterra.
Por supuesto los cigarrillos electrónicos no están exentos de riesgo, pero si representan una marcada diferencia contra el tabaco tradicional. En The Guardian han dado a conocer que la nicotina de los cigarrillos causa el 99,6% de los daños en sus consumidores, mientras que en los cigarrillos electrónicos esa cifra es del 3,4%.
El que este estudio asegure que los cigarrillos electrónicos son menos perjudiciales en un 95%, representa un importante avance para que pasen a formar parte de los medicamentos con licencia recetados como un tratamiento contra el tabaco, tal y como sucede con los parches, pastillas y las gomas de mascar.
Pero hay un punto importante aquí, ya que este estudio sólo busca que los cigarrillos electrónicos sean recetados como método de ayuda para dejar de fumar, no como un producto seguro que todos puedan consumir, por ello su venta sigue limitada a mayores de 18 años. Pero la idea es que actualmente todos los fumadores cambien a electrónicos en pro de su salud.
Parte del estudio, arrojó que cerca de 2,6 millones de ingleses han adoptado el cigarrillo electrónico como parte de su tratamiento para dejar de fumar, o como alternativa para eliminar la ansiedad. Por otro lado, existe la creencia de que estos cigarrillos son la puerta de entrada para que jóvenes consuman cada vez más cantidades de tabaco, pero el estudio menciona que en los casos de jóvenes y adultos que han probado el cigarrillo electrónico, menos del 1% se habían convertido en consumidores de los cigarrillos de tabaco.
Por otro lado, se menciona la importancia de seguir con estudios e investigaciones de las posibles consecuencias sobre el uso de cigarrillos electrónicos, ya que sigue existiendo falta de evidencia sobre su uso a largo plazo, así como los riesgos de los aromatizantes utilizados en algunas marcas de cigarrillos.
Según estimaciones de la PHE, cerca de 75.000 vidas se salvarían cada año, si los ocho millones de fumadores británicos dejaran el tabaco y cambiaran al cigarrillo electrónico.
La American Heart Association ha publicado un completo estudio sobre el cigarrillo electrónico, un dispositivo cada vez más popular que trata de ser un sustitutivo del cigarrillo tradicional y que teóricamente ayuda a abandonar el consumo de tabaco.
El cigarrillo electrónico hace uso de un líquido que contiene glicerol, propilenglicol, nicotina y, por último, ciertos extractos de hierbas o elementos alimentarios que le dan a cada versión un sabor característico. El consumidor de estos cigarrillos aspira el vapor generado por estos dispositivos, que trata de emular la sensación de fumar un cigarrillo tradicional y que ha dado pie al nombre que se le da a los fumadores de cigarrillos electrónicos: vapeadores.
La industria tabaquera apuesta por el vapeo
El cigarrillo electrónico fue inventado en su actual versión por el farmacéutico chino Hon Lik, que comenzó a comercializar su cigarrillo electrónico Ruyan en mayo de 2004. Su popularidad fue creciendo y extendiéndose internacionalmente, y la patente acabó siendo adquirida en 2013 por la tabaquera Imperial Tobacco, que la compró por 75 millones de dólares.
El interés de la industria tabaquera por los cigarrillos electrónicos es patente: hoy en día la mayoría de grandes marcas ofrecen productos de este tipo, y por ejemplo en nuestro país ya existen más de 3.000 tiendas que comercializan equipamiento para vapear, sin contar, como indican en la Agencia Sinc, a los estancos que también distribuyen estos productos.
El objetivo del estudio de la American Heart Association es precisamente situarse como una de las referencias a la hora de evaluar la exposición tóxica de estos cigarrillos, sus riesgos individuales, y los efectos en la salud. También es necesario según ese estudio determinar el riesgo para los no fumadores (los "vapeadores pasivos", como ya se les llama), y, obviamente, tratar de confirmar si estos cigarrillos realmente ayudan a dejar de fumar o al menos reducen los riesgos para la salud en aquellos que los adoptan en lugar de los cigarrillos tradicionales.
Uno de los problemas a los que se enfrenta este y otros estudios es la continua evolución de estos productos: "los cigarrillos electrónicos cambian deprisa, y muchos de los resultados de estudios de productos antiguos podrían no ser relevantes para la evaluación de productos más novedosos que podrían ser más seguros y más eficientes como dispositivos para el suministro de nicotina", indican en ese estudio. Y, aun así, muchos esfuerzos van dirigidos a tratar de estudiar y regular un mercado aún en pañales.
Lo demuestra el propio Parlamento Europeo, que "a mediados de marzo revisaron la Directiva 2001/37 sobre productos del tabaco para incluir, entre otros, a los cigarrillos electrónicos", indican en Sinc.
Cada país miembro de la UE puede tomar ciertas decisiones para regular su uso, y en España se han adoptado precisamente medidas para "prohibir el uso de cigarrillos electrónicos en edificios públicos, hospitales o zonas infantiles", además de restringir la emisión de anuncios en horario diurno. La Ley Antitabaco en nuestro país se cura en salud -y nunca mejor dicho- y adopta una postura precavida respecto a unos productos que ya han comenzado a dar algunos sustos.
La neumonía lipoidea es, según los datos que tenemos, el riesgo al que podrían enfrentarse los vapeadores. Aunque apenas ha habido casos confirmados, este mes de marzo se produjo uno en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña. Los médicos achacaron los nódulos adiposos en los pulmones del paciente a la glicerina vegetal presente en el líquido del cigarrillo electrónico, pero puede que el cigarrillo electrónico solo fuera parte del problema, y algunos sugieren que pudo haber otros factores implicados en estos problemas. Por ejemplo, el ácido oleico que una señora con un caso de neumonía lipoidea ingería como parte de su tratamiento del asma.
Estudios y marketing
En el informe de la American Heart Association se aglutinan todos los estudios presentados hasta el momento sobre el tema. Sus responsables afirmaban que de los 151 estudios encontrados solo
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