MITOS Y REALIDADES DE LA SOJA
Enviado por Mikki • 6 de Febrero de 2018 • 7.263 Palabras (30 Páginas) • 500 Visitas
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Para este investigador, la soya a diferencia de otras leguminosas presenta una característica muy especial y es que tiene la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico, por medio de nódulos que fertilizan el suelo, lo que le permite producir los nueve aminoácidos esenciales (fenilamina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, treonina, triptófano, valina e histidina). El grano de soya también contiene los tres ácidos grasos esenciales: ácido linoleico (25%), ácido linolenico (55%) y ácido oleico. Estas dos cualidades que posee la soya en cantidad/cualidad de proteína y aceite la hace una de las plantas más beneficiosas para la salud de las personas y hace que sea un cultivo verdaderamente notable en el reino vegetal.
Consecuentemente y para poder desarrollar la temática tratada por este artículo, referente a los mitos y realidades de esta planta, es importante resaltar los beneficios y no beneficios de la Soja, que han sido contemplados por varios autores, así, (Badui 2006) comparte que Los beneficios de la soya en la nutrición de las personas se constatan en la salud de las poblaciones asiáticas que le han consumido a lo largo de la historia y en el conocimiento de recientes investigaciones científicas que la declaran un alimento recomendable para la dieta de cualquier persona.
Por su parte, (Bernal 1993), menciona que la soya contiene todos los aminoácidos esenciales necesarios para cubrir los requerimientos del ser humano para el crecimiento y el mantenimiento de las funciones orgánicas. Su patrón de aminoácidos es uno de los más completos, la soya contiene todos los aminoácidos esenciales necesarios para cubrir los requerimientos del ser humano para el crecimiento y el mantenimiento de las funciones orgánicas. Su patrón de aminoácidos es uno de los más completos.
De igual manera, y empezando a analiza algunos mitos que giran en torno a la soja, los cuales establecen que ella puede generar afecciones graves a la salud, como lo es cáncer, problemas , intestinales y osteoporosis, se debe retomar a (Alvarez 2013), para quien la soya, no representa ningún peligro para la salud, al contrario, dada su alta cantidad de proteínas, la soya es un alimento recomendado especialmente para el desarrollo muscular, su alto contenido en hierro hace que la harina de soya ayude a evitar la anemia ferropénica o anemia por falta de hierro, al ser un alimento rico en potasio, ayuda a una buena circulación, regulando la presión arterial por lo que es un alimento beneficioso para personas que sufren hipertensión, el ácido fólico o vitamina B9 de la harina de soya, hace de este un alimento muy recomendable para su consumo en etapas de embarazo o de lactancia
Igualmente, destaca que el elevado contenido de vitamina K en este alimento hace que tomar la harina de soya sea beneficioso para una correcta coagulación de la sangre. Este alimento también es beneficioso para el metabolismo de los huesos.
En el mismo sentido, (Farriol 2010), afirma que los beneficios de esta proteína son grandiosos, por ello es ampliamente utilizada en China y Japón, en donde se convirtió en ingrediente esencial de su dieta y en el vértice de la pirámide de alimentos para esta población,
Así, destaca varios estudios realizados en este continente, los cuales han dado resultado favorable para el consumo de soja, por ejemplo uno de ellos arrojo resultados positivos en el 66% y el negativo o neutral en el 34%., de la misma manera en el año 2000, (Stroescu V, Dragan J, Simionescu L, Stroescu OV., 2001), realizaron un estudio donde se detectó un nuevo foco de la población, el cual termino con la publicación de dos artículos en la élitegimnastas y judocas, con resultados igualmente positivos y que incentivaban el consumo de soja, por su alta cantidad de nutrientes y proteínas para el ser humano, y por esta razón el gobierno Japon y Estadounidense aprobó su uso como un producto indispensable para una buena salud.
Ahora bien, si nos remitimos a países latinoamericanos, se encuentra que Argentina, ha sido uno de los primeros países, en expandir e incentivar el cultivo de soja, (Carlos Reboratti 2010), afirma que entre 1980 y 2005 el cultivo de soja en Argentina se expandió por 15 millones de hectáreas y ese producto y sus derivados pasaron a ser la principal exportación del país. Este crecimiento es el resultado de una compleja trama que combina la potencialidad natural de la región pampeana y las posibilidades de expansión territorial de un nuevo cultivo con los cambios en los mercados mundiales de alimentos, las nuevas tecnologías agrícolas y el papel de las llamadas nuevas agriculturas. En consonancia a ello (Barsky, y Dávila 2008), consideran que la soja llegó a la Argentina para quedarse y que en el futuro su predominio se extenderá aún más.
Por ejemplo, la prolongada sequía entre 2008 y 2009 redujo las posibilidades de siembra de trigo, lo que lleva a los productores a volcarse todavía más a la soja, modelo que debería ser tomado en el resto de países de Latinoamérica, donde muchos mitos y concepciones sin fundamento o si comprobación empírica, han impedido el desarrollo de este cultivo.
Esta realidad la evidencia (Russell, 2006), quien expresa que si la soya es un producto de alto valor biológico que ha ganado reconocimiento por parte del consumidor por la asociación que se hace a los beneficios para la salud y que se ha generado un creciente mercado de productos alimenticios con proteína de soya, la cual aunque es producida en grandes volúmenes, a Latinoamérica le falta, por cuanto a nivel mundial se tienen 155 millones de toneladas métricas de soya cultivadas, de las cuales el 38% están en los Estados Unidos, seguido de Brasil
(25%), Argentina (19%), Canadá (2%), y Paraguay (2%), mientras el resto de países cultivan sólo aproximadamente el 4%, así, sobre un promedio de 40% de proteína contenida en la soya, se tendrían 63,6 millones de toneladas métricas de proteína de soya por año, disponibles para el consumo.
Volviendo a los beneficios de esta planta se tiene oteros autores que también consideran la soja como beneficiosa para la salud, (Ridnner 2003), expone que la proteína de soja y la mayoría de sus productos, tienen un perfil de aminoácidos y digestibilidad adecuados, o sea, un PDCAAS que es igual a 1, que es la calificación más elevada. Este valor significa que, cuando se consume como única fuente de proteínas, es capaz de satisfacer las necesidades recomendadas para niños mayores de 2 años y adultos. La digestibilidad de la proteína de soja de porotos enteros es ligeramente menor a la obtenida de productos procesados, como el tofu.
En consecuencia, destaca que como consecuencia de esta evaluación,
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