Necesidad de que tomen el poder personas responsables que no busquen el bien propio, sin importar que sean hombres o mujeres.
Enviado por mondoro • 27 de Junio de 2018 • 836 Palabras (4 Páginas) • 507 Visitas
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Establecidas estas premisas defiende su tesis final: no son más mujeres lo que necesitamos, sino mas seres humanos (de cualquier género) honestos, coherentes y responsables, con principios morales y éticos. Al igual de que acaba de reconocer que las mujeres no son mejores por el hecho de serlo, afirma que esas personas responsables nos librarían de los males que acarrea la falocracia del poder, es decir, critica el modelo masculino que ha promovido la corrupción y la ambición en beneficio propio.
En conclusión la autora; primero nombra a las mujeres que han participado en la corrupción que “conlleva” el poder e irónicamente las tacha de feministas, reforzando la idea de que por ser mujer no se es algo mejor, aunque también resalta que algunas tuvieron el valor para huir de la corrupción. El final resulta sorprendente porque contradice la argumentación que propone anteriormente al reconocer que conoce a muy pocos hombres con la misma valentía.
Desde mi punto de vista ,coincido con la idea de la autora, defiendo la idea de que se necesitan, o sería un buen cambio, que mas mujeres tuvieran más puestos de responsabilidad. Cabe mencionar algunos ejemplos de mujeres con capacidades: Margaret Thatcher, frente al gobierno inglés; Angela Merkel, actualmente frente al gobierno alemán. No defiendo una superioridad sino una igualdad entre hombres y mujeres, tanto en cargos políticos como en empresas internacionales de prestigio. Y tal y como dice autora, no todo es bonito porque sea una mujer la que mande, un ejemplo claro es el de Esperanza Aguirre, antigua alcaldesa de Madrid. Decir que durante muchos años hemos sido oprimidas no nos va a excusar de nuestros errores, ni nos debe de servir como argumento para que nos hagan caso o nos tengan en cuenta, sino que deben ser nuestras acciones las que dejen claro que nosotras estamos tan capacitadas para estar al mando de un gobierno, o de una empresa. No defiendo una superioridad, sino una igualdad, sí, merecida, pero también justificada.
En definitiva, con este artículo la autora ha conseguido esquivar los estereotipos de géneros y ha defendido, de una manera muy original, la idea de que todas las personas, tanto hombres como mujeres debemos ser considerados válidos para el mandato.
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