Nutrientes e inmunidad ensayo

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Los aminoácidos ramificados como la valina, leucina e isoleucina son beneficiosos para pacientes que padecen cirrosis o encefalopatía hepática crónica o episódica. La ausencia de AARR en el medio de cultivo impide el crecimiento de las células del sistema inmunitario in vitro. Los linfocitos expresan la transamina de estos aminoácidos y la deshidrogenasa de los correspondientes cetoácidos, lo que indica que son metabolizados de forma eficiente, generando glutamina que será utilizada para la síntesis de ácidos nucleicos y como combustible metabólico.

También se habla de la glutamina, un amino acido no esencial que condiciona algunas situaciones patológicas. El sistema inmunitario utiliza cantidades importantes de glutamina, especialmente durante la proliferación linfocitaria. En situaciones de estrés metabólico, los niveles intramusculares y plasmáticos de glutamina descienden, como resultado de la enorme demanda de glutamina por parte del riñón, el hígado, el intestino y el propio sistema inmunitario, de forma que el suministro dietético es inferior a las demandas.

Otro micronutriente esencial es el zinc que tiene efectos sobre varios tipos de células inmunitarias, de deficiencia del zinc es inducida por una diera insuficiente, e (

El selenio es relativamente alto en sus concentraciones del hígado, bazo y nódulos linfáticos, este micronutriente es esencial para una respuesta inmune correcta, ayuda a la regulación del redoz y función antioxidante. El déficit de Selenio provoca una disminución en los niveles de producción de las inmunoglobulinas IgM e IgG, dificulta la quimiotaxis de los neutrófilos y la producción de anticuerpos por parte de los linfocitos.

Ingestas elevadas de hierro y cinc pueden ocasionar una deficiencia moderada de cobre. Un déficit de cobre compromete la función inmune y los mecanismos de defensa del organismo. Una dieta deficitaria de cobre produce una disminución de la proliferación linfocitaria y de la producción de IL-2, facilitando la aparición de infecciones tanto respiratorias como del tracto urinario y septicemia.

Por último los nucleótidos son un compuesto orgánico precursores de los ácidos nucleicos que forman parte de los alimentos y una dieta que no aporte lo suficiente pueden desencadenar trastornos, principalmente en recién nacidos y lactantes. Recordemos que la leche humana es la única fuente de nucleótidos para los lactantes en los primeros meses de vida

CONCLUSIÓN

En muchas de las ocasiones no somos conscientes de lo que significa realmente llevar una buena alimentación, el día a días, el estrés o la rutina diaria del trabajo no nos deja enfocarnos en la dieta que se lleva. Un claro ejemplo es la incidencia y el aumento de los trastornos y patologías que presentamos en el siglo XXI y que como futuros médicos o inclusive los que ya practican la profesión no asociamos con deficiencias en los nutrientes, ya que no préstamos la suficiente atención a factores predisponentes como estos hábitos diarios y las consecuencias que pueden tener en relación en la patología y padecimiento actual de los pacientes. Tras leer este artículo me ha abierto un panorama que no había puesto suficiente atención.

La primicia de tener un buen aporte alimenticio nos ayuda a crear una medicina preventiva y por lo tanto una buena perspectiva de una salud mejorable a tratar en el futuro. Cada micronutriente esencial, cada vitamina tiene su función que llevar a cabo, me he dado cuenta de que es importante relacionar la alimentación a deficiencias del estado inmune, quien es el principal defensor en nuestro cuerpo y que sin él no podríamos llevar una buena y longeva vida.

Es importante como médicos o futuros médicos saber que suceden en el organismo cuando hay deficiencias de los nutrientes como ya se mencionaron antes y no solo las deficiencias sino también sus excesos, pues debemos encontrar una manera de integrar todos estos factores para mejorar un diagnóstico y su futuro plan a tratar.

BIBLIOGRAFÍA:

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