PLEBISCITO POR LA PAZ: MIS MOTIVOS PARA VOTAR NO

...

Vemos que estamos perdiendo cosas muy importantes, como el sentimiento de seguridad la tranquilidad y seguridad en las calles y barrios, ha renacido la extorsión, el país fue dividido desde el gobierno entre pacifistas y guerreristas, existe un temor razonable de que se imponga imperceptiblemente, aprovechando el caos y la división de las elites políticas y de la opinión, el modelo castro chavista.

Y el daño más grande que se desgaja de esta entrega es el de la rendición de la justicia a los pies de estos bandidos, pues, según el Gobierno y sus seguidores, pedir justicia es venganza, es querer seguir continuando con la guerra. Estos nos invitan hoy a que no se aplique la justicia, a que pensemos que es lo mismo un delito de lesa humanidad que uno corriente, en nombre del ideal de la paz, que debemos perdonar aunque no nos pidan perdón, que no haya cárcel para delitos de lesa humanidad, que la prisión es un castigo anticuado, que no prestemos atención a los compromisos con el Derecho Internacional Humanitario, que desconozcamos el mandato de la Corte Penal Internacional de la cual hacemos parte.

El paquete de los Acuerdos contiene desagradables sorpresas. Aparte de reconocer a las Farc como nuevo movimiento político, se garantizará una representación en el Senado (mínimo 5 curules), así no alcancen los votos requeridos, además de eso, hay que sumar 16 curules más a la Cámara de Representantes que corresponden a las CIRCUNSCRIPCIONES TRANSITORIAS ESPECIALES DE PAZ. Contrario a promesa del Presidente, y sin exclusión de responsables de delitos atroces. Se les sumi9nistrará un 10% anual de la apropiación presupuestal para la creación y funcionamiento de su partido y movimientos políticos para hacer pedagogía sobre su ideología y programa, y para sus campañas para presidencia y senado como si ellos no tuvieran recursos propios.

El plebiscito es engañoso desde el nombre, pues no se puede identificar el final de la violencia narcoterrorista de las Farc con “la terminación del conflicto”, pues en Colombia habrá violencia mientras haya armas, armas mientras exista el narcotráfico, negocio muy lucrativo que las Farc no dejarán a un lado.

Tampoco se puede establecer relación de causalidad entre la firma de un acuerdo con este grupo al margen de la ley y “la construcción de una paz estable y duradera”, pues entre lo uno y lo otro hay mucho trecho, reconociendo que será más fácil alcanzarla, no solo con las armas de las Farc en silencio, sino con todas las armas ilegales en silencio.

Por todo ello, y por mucho más me siento obligado moralmente al voto por el NO.