PROTECCION DEL MEDIO AMBIENTE ENSAYO.

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Los indígenas de la América española murieron sin entender los intereses de los conquistadores en alinderar las tierras, no entendieron por que no podía usarse sin necesidad de apropiársela. Podemos asimilar esta situación a la que ocurre actualmente con algunos recursos naturales.

Al constatar el espectáculo que ofrece la contaminación del planeta, después de un largo siglos de desarrollo industrial fundado sobre la cantidad y el provecho, el panorama es sombrío.

El aire que respiramos esta saturado de gases tóxicos, de emanaciones peligrosas; el agua de los ríos y lagos están contaminados por los detritos de las industrias de las ciudades, por los productos químicos utilizados en la agricultura industrial. El mar inmenso considerado como inagotable, tampoco escapa al progreso. El planeta que asegura la regeneración del oxígeno de la atmósfera, es ahogado por las marejadas negras; diferentes especies han desaparecido, otras van desapareciendo. También los hombres van siendo progresivamente atacados por nuevas enfermedades: Cáncer, enfermedades cardíacas, trastornos nerviosos, sida, disturbios sociales, alcoholismo, drogadicción, etc; todo esto no es mas que el producto de una forma de organización de la sociedad

Este proceso que somete a la naturaleza a la violencia de la explotación y a la contaminación, es sin duda un proceso económico, pero al mismo tiempo un proceso político-social.

Ecológicamente no podemos sentirnos contentos con solicitar “La protección de la naturaleza” dentro del cuadro del sistema económico actual. El problema está más en el plano de los hechos frontales sociales y económicos, como única vía segura y eficaz.

Sin embargo como la necesidad de restauración de la tierra como medio ambiente humano, es no solo una idea romántica, estética y poética que concierne únicamente a los privilegiados, sino que es hoy cuestión de supervivencia, se plantean alternativas dentro de las restricciones sociopolíticas existentes, sin perjuicio de que la acción política corresponde a cada uno como ciudadano.

Por ello sugerimos la necesidad (en los países en donde la propiedad privada es la esencia de la economía), de considerar al medio ambiente en sus tres dimensiones y a los recursos del suelo, aire y agua como propiedad privada, y como tal defenderlos. Debemos considerar los actos de contaminación como violadores de la propiedad privada y como tal cobrarlos.

Esto implica que deben tener prioridad los estímulos económicos a los de cualquier otro tipo y que debemos orientar la educación para la defensa de los recursos en función del dinero.

Son muchas las legislaciones que pretenden impedir que campesinos minifundistas deforesten y erosionen las cuencas hidrográficas, para evitar que se agoten las fuentes de agua. Agua que será aprovechada por usuarios urbanos o de distrito de riego que no han hecho nada por mantener el balance hídrico. La concepción que planteamos de considerar algunos recursos como propiedad privada, tiene aquí un buen ejemplo. Si dejamos de considerar a los moradores de las cuencas como agresores de la vegetación y el suelo y los clasificamos como “productores de agua”, como propietarios del agua que producen, estamos cambiando las relaciones hombre naturaleza. Si son productores de agua deben vivir de los ingresos que esta actividad les produce y los usuarios deben pagar su consumo. Mediante una sencilla relación entre el área en bosque y el agua producida se estimará la cantidad de agua que cada propiedad aporta y en función de ella se harán los pagos mensuales. Esta medida no solo protegería los bosques existentes sino que permitiría su incremento acelerado. Es que no, se puede concebir que las utilidades producidas por cultivos de Arozena exclusivamente para quines reciban el agua en la puerta del lote, o para quienes construyen las obras de infraestructura.

El desarrollo acelerado de la agricultura tecnificada en nuestros países ha permitido la instauración de un sector agropecuario que aporta el capital necesario para contratar la tierra y las labores agrícolas necesarias. Estro ha permitido la consolidación de la modalidad del arrendamiento de tierras a las cuales se aplican técnicas en función de la cosecha inmediata, casi considera al suelo como deshechable. Por eso se sugiere el cambio de criterio en cuanto al arrendamiento. Es un hecho que aplicaciones sucesivas de agroquímicos empobrecen rápidamente el suelo, hasta el punto que no es muy difícil estimar su vida útil. El campesino que arrienda debe tener claro que después de varios años de arrendamiento, se puede quedar sin suelo fértil. El propietario deberá incluir en la taza de arrendamiento el valor anual de la depreciación, de acuerdo con el manejo que el arrendatario haga de suelo y la tecnología que utilice.

Los propietarios de la aviación agrícola se piensan dueños del espacio aéreo que surcan y contaminan muchas veces sin necesidad.

El campesino debe sentirse propietario del espacio localizado sobre su propiedad y castigar su violación. La acción de producir partículas tóxicas en su espacio aéreo, debe ser considerada como atentado contra la salud de quienes moran en ese sitio, y por tanto cualquier acto defensivo puede y debe considerarse como simple acto de defensa personal.

En las regiones en donde predominen complejos minifundio-latifundio, o en zonas urbanas que reciben contaminación por pesticidas, o que son afectados en su suministro de agua por contaminación, o en las concentraciones rurales, es necesario divulgar y profundizar el concepto del medio ambiente, para quienes los cuidados al momento de las aplicaciones, se vean abocados a tomar conciencia y desarrollen así métodos creativos para proteger la salud y el medio ambiente.

Los profesionales de la asistencia técnica agrícola, los del manipuleo de agroquímicos, los de aplicaciones de pesticidas, etc, tienen la obligación de considerar que ese riesgo cotidiano debe remunerarse y por lo tanto exigir primas de riesgo, periodos de desintoxicación, y jubilaciones en menor tiempo de servicio, ya que seguramente su promedio de vida sea menor.

Igualmente los sindicatos deben incluir como reivindicaciones económicas el riesgo y la exposición a la contaminación.

Con lo anterior insistimos en que los contaminadores, que no pueden entender la necesidad de la protección del medio ambiente, deben sentirse obligados a protegerlo mediante presión económica.

En resumen se ha planteado la necesidad de un cambio en el concepto de protección del medio amiente, el cual debe basarse en el único