RECONOCIMIENTO DEL TEXTO.PROYECCION DEL TEXTO
Enviado por Christopher • 8 de Febrero de 2018 • 1.728 Palabras (7 Páginas) • 372 Visitas
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En este caso, cabe preguntar: ¿cómo hablar de responsabilidad en el contexto que ofrece el actual modelo de salud?, ¿frente a qué y ante quiénes se establecen responsabilidades?. Es claro que la responsabilidad puede ser considerada bajo una dualidad de perspectivas. Por una parte, está la responsabilidad individual correspondiente a la del profesional y, por otro lado, hay una responsabilidad social, colectiva o grupal que se relaciona con las entidades del Sistema General de Seguridad Social en Salud, las Entidades Promotoras de Salud (EPS), las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS), el gremio, los trabajadores de salud, el Estado y la sociedad. De acuerdo con esto, es inevitable pensar no sólo en la responsabilidad del profesional como individuo en la atención de los seres humanos, sino también en la vinculación o responsabilidad de otros aspectos que intervienen en el contexto de la salud.
Me pregunto ¿Qué idea de ser humano tiene el Sistema General de Seguridad Social en Salud, cuando la prestación de servicios depende del tipo de afiliación de las personas? ¿Será que para el sistema, el ser humano equivale a un carné de afiliación, a una cotización, a una factura por los servicios prestados para que luego se pueda cobrar a la entidad correspondiente?
Si en este sistema la salud fuera un derecho humano tendría el carácter de universalidad, “es decir, para todas las personas sin ningún tipo de distinción. Ello implica que todos los componentes que permiten la preservación de la salud y la recuperación de la enfermedad deben ser accesibles a todos”, en condiciones de igualdad, gratuidad y equidad, eliminando las barreras económicas, sociales, culturales y de otro orden que permitan el acceso universal a la salud como derecho.
Somos conscientes de las condiciones y limitaciones del sistema, y no por eso se plantea la propuesta de adaptarnos con simpleza a las circunstancias; en tanto, el deseo es seguir otorgando prioridad a la calidad y ética en el servicio. La invitación es para que cada uno nos visualicemos en una institución de salud recibiendo un servicio y pensemos que, independientemente de las condiciones del sistema, esperamos que, con agrado, nuestra situación de salud o de enfermedad impliquen para el personal de salud un verdadero compromiso en la calidez y el respeto; generalmente, eso es lo que espera cualquier paciente y su familia. No olvidemos que la esencia de la práctica profesional, o el bien interno de la profesión, “consiste ante todo en cuidar con calidad, desarrollando al máximo los hábitos, las actitudes y las virtudes que resulten necesarias” para proporcionar cuidados por un ser humano a otros seres humanos, con conocimiento, sensibilidad y compasión.
Se trata de llevar a cabo una práctica que preserve, por encima de todo, los derechos de las personas, que promueva el reconocimiento de la salud como un derecho humano, y que abogue para que las personas reciban los servicios del sistema de salud.
Las particularidades del modelo de salud colombiano promueven varios cuestionamientos en la construcción reflexiva de un discurso ético sobre la atención en salud. Es innegable que la mirada economicista del mundo recae sobre la calidad de vida de las personas e incluso tiene incidencia en los aspectos más íntimos de nuestras vidas. El entorno de la salud no es la excepción o no se libra de esta visión, por el contrario, las instituciones del SGSSS adoptan políticas restrictivas acordes con el modelo de prestación de servicios, cuestión que es de conocimiento común no sólo por lo que nos pueda corresponder como profesionales, sino que nuestra condición de seres humanos nos exige tener constantemente la experiencia como parte del sistema. En las condiciones propias del modelo de salud es terminante que los profesionales del área reflexionemos en torno a su grado de responsabilidad frente a las prácticas de cuidado, pues aunque la prestación de servicios de salud cuenta con un marco legal que especifica sus requerimientos, ello no exime al personal de salud de brindar un cuidado de calidad y de preservar su compromiso ético de cuidar a los seres humanos con conocimiento, sensibilidad y compasión.
El panorama actual representa, entonces, mayores exigencias y nuevos desafíos, y es innegable que frente a las situaciones que vivencia la sociedad, el profesional en salud como ser humano también sufre. Sin embargo, la diferencia radica en que las circunstancias desfavorables no pueden ser una justificación para menoscabar los principios éticos de nuestro ejercicio. Para sobrepasar los límites de la conformidad o los estados de lamentación con las situaciones adversas que se viven en el ámbito de la salud, es necesario proponer alternativas enfocadas a despertar un mayor grado de conciencia para hacer realidad, o al menos posibilitar, la asistencia universal con el reconocimiento de la dignidad y el saber, en nosotros y en los demás, pues siempre existen otras opciones.
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