Redes sociales y crisis de identidad.

...

Ahora, ¿Qué relación tiene este fenómeno de las redes sociales con la formación de la identidad? En primer lugar, nunca antes habíamos estado tan expuestos y perdemos nuestra intimidad revelando y exponiendo todo tipo de información sobre nuestras vidas y nuestros pensamientos. Las redes sociales nos permiten entrar además en la vida de los otros y es ahí donde nos volvemos vulnerables a sufrir una crisis de identidad diciéndonos a nosotros mismos “Quiero ser como esta persona” en lugar de preguntarnos “¿Quién soy?” y construir nuestra propia identidad a partir de criterios más importantes como la familia, rasgos culturales, la educación, los valores, etc.

Según La RAE la definición literal del concepto de identidad es: “la conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás” (http://dle.rae.es/?id=KtmKMfe). Por lo tanto, podemos afirmar que con las redes sociales y con la idea de seguir un prototipo que estas promueven se “extingue” dicha identidad que debería ser construcción cognitiva de uno mismo. Como estamos expuestos a la vida ajena, tendemos a proyectar el deseo de identidad en el otro, ósea que queremos ser lo que vemos en los demás y perdemos esa esencia humana de buscar lo que nos hace únicos e incomparables.

Sin embargo, siempre hay que tener en cuenta que existe otra cara de la moneda respecto a cualquier tema. En este sentido, podemos pensar que las redes sociales funcionan como guías.

“Queremos que todos sepan quiénes somos, pero no aquello que somos, sino cómo queremos ser vistos. Le damos, entonces, una identidad propia construida a ese personaje virtual que pretendemos ser. Somos el filtro de su construcción, decidiendo qué es apropiado mostrar y qué no lo es”

(Faerman 2010).

Cuando se habla de ese personaje virtual que pretendemos ser se refiere a la idea falsa que nos permite construir una red social, si no estamos conformes con nosotros mismos simplemente creamos una faceta más interesante. De esta manera precisamente nos podemos dar cuenta de lo que no queremos que otros vean de nosotros y así poder reflexionar acerca de la definición de nuestra identidad. Por eso las redes sociales pueden guiarnos hacia esa persona que queremos ser a partir de la construcción de todo lo que mostramos y no necesariamente nos bloquean y nos llevan a imitar usuarios prototipo.

Para concluir puedo decir que en estos tiempos la influencia de las redes sociales sobre nosotros los jóvenes y sobre el desarrollo nuestra identidad es enorme y depende de la perspectiva de cada uno considerarla positiva o negativamente, de manera que nos pueden bloquear o, por el contrario, guiarnos para saber cómo queremos ser.