Retrato de Arquitecto con cuidad.

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Después de unos años los arquitectos Manuel Toussaint y Justino Fernández encuentran el llamado plano de maguey un documento valiosísimo del cual se llegó a pensar que era una representación prehispánica simbólica de la ciudad de México. En los años 50 la contaminación era moderada y después de unos veinte años se salió totalmente de control y por eso se emplearon nuevas leyes en el crecimiento urbano. El estudio implica la delimitación de las áreas urbanas en que las viviendas, por su edad, el tipo de construcción y el grado de conservación, tenían características parecidas.

Los edificios, los monumentos y todos los objetos que componen las ciudades se destruyen por tres vías: primero por su edad, segundo por catástrofe y por ultimo por las guerras del hombre. En un escrito, una carta de 1440 de Giovanni Medici donde dice “todos los edificios modernos me dejan una sensación de tristeza; la belleza de nuestra ciudad radica en sus cosas viejas”, pero las grandes ciudades, a pesar de las quejas nostálgicas, han admitido siempre la introducción de la arquitectura moderna de cada tiempo.

México cuenta con uno de los patrimonios más ricos del mundo, ha logrado interpretaciones originales y variadas de los modelos universales en todas las épocas de su historia. Nuestra tradición arquitectónica puede definirse como una oscilación entre destino universal y fatalidad nacional, para principios del siglo XIX, México ahí logrado una expresión arquitectónica y urbanística original y variada, y guarda enterradas a flor de piel las ciudades prehispánicas.

El nuevo espíritu racional y libertario encargado por el neoclásico, simultáneamente a la creación de obras tan sorprendentes como el patio de minería, la ciudad universitaria, el edificio de infonavit, el museo Tamayo ,la embajada de México y el museo de Antropología que introduce por primera vez el patio en un edificio y eso nos muestra la arquitectura moderna.

Utilizo construcción en lugar de lo técnico porque lo técnico es muy general, aplicable a todo, la creación de estructuras y los métodos para realizarlas, todo esto es un proceso de aprendizaje que dura toda la vida. Los materiales y la manera de usarlos están ligados a las formas que cada arquitecto va concibiendo, eso explica porque el lenguaje personal es un creador, cuando llega a obtenerlo, a Mies Van de Rohe lo recordamos por el acero y el vidrio, de la obra de Le Corbusier tenemos una inconfundible imagen de formas de concreto.

Los arquitectos modernos están doblemente expuestos a cometer errores en la organización del espacio distribuciones que desalientan en lugar de proporcionar la convivencia social de los usuarios. El funcionalismo se radicalizo y dividió a los miembros de la vanguardia cuando surge en nuestro país la arquitectura moderna, algunos fueron más allá y creyeron que el diseño de edificios no difería del diseño de envolturas y paquetes que era solo un cambio de escala. Otros creyeron como Hannes Meyer y Juan O´ Gorman, que podría crearse una ingeniería de edificios en la que los espacios se determinaran como resultado de un proceso deductivo derivado de un análisis racional. La arquitectura crea escenarios que nos presentan y que nos identifican, el concepto de lo simbólico, al referirnos a este tema se usa para todo, los funcionalista radicales de los veinte pretendieron crear arquitectura sin presentación, formas neutras derivadas de la lógica y la economía, un ejemplo explicar la configuración del espacio y de su construcción que Luis Barragán consigue crear un escenario que expresa calma y tranquilidad que, como él decía, debía tener toda arquitectura; la que no lo lograba era para él un error.

Teodoro González de León es uno de los más grandes arquitectos que por ultimo nos habla de que Le Corbusier decía que en la arquitectura no existen Mozarts y requieren, además, lógica y pensamiento nacional; son productos de nuestra conciencia, la representación sale del subconsciente, de nuestro subsuelo cultural. Es la parte que nos puede programar de la arquitectura, y es la que produce una emoción que perdura y ve pasar nuestro tiempo cuando se convierte en obra de arte. Representa nuestra época y no tiene fronteras, es internacional, pero también si es genuina, revela en el fondo algo local, expresa el subconsciente colectivo de cada lugar.

En este libro nos hace reflexionar mucho sobre nuestra carrera ya que nada es fácil y que la arquitectura se aprende más prácticamente que teóricamente.

Mi conclusión de este libro muestra muchas experiencias de Teodoro Gonzales de León ,de cómo se enseñaba en ese tiempo, los pensamientos de sus profesores como se desenvolvió a lo largo del tiempo y se puede observar como los métodos de enseñanza han cambiado, ya que ahora solo se está en una salón de clases.