SISTEMA HIDRÁULICO Y ARQUITECTÓNICO DE LA HOJA

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En conclusión, Las plantas pueden amortiguar o responder a las oscilaciones en la disponibilidad de agua mediante respuestas de cuatro tipos: i) variando la superficie foliar por la que el agua se transpira y se pierde, ii) controlando la pérdida de agua por unidad de superficie foliar mediante los estomas, iii) modificando la conductividad hidráulica entre las distintas partes de la planta para minimizar las embolias, iv) adaptando el sistema radicular para mejorar la captación de agua. (Tyree 1999, Corcuera et al. 2002), Las tres primeras respuestas suelen estar estrechamente coordinadas entre sí.

Los distintos tipos de plantas privilegian diversos mecanismos; y cada tipo de planta recurre a varios mecanismos al mismo tiempo (Levitt, 1980; Alpert y Oliver, 2002; Walters et al., 2002). La multiplicidad de mecanismos entre especies y dentro de las especies no es arbitraria, sino que refleja determinados tipos de estrategia de defensa contra el estrés hídrico, adquiridos mediante adaptación evolutiva.

Lo que hace que las plantas puedan adaptarse a diversos ambientes es la estructura de su sistema hidráulico y como este contribuye a que las hojas tengan mecanismo de defensa contra el estrés hídrico. Estos mecanismos actúan sobre distintos puntos del sistema de transporte del agua en la planta, facilitando la adquisición de agua o limitando su pérdida.

En las plantas coexisten dos tipos de mecanismos de resistencia al estrés hídrico. Por un lado, los mecanismos evitadores, que preservan la hidratación y la turgencia de los tejidos, impidiendo que estos sufran el estrés hídrico, y los mecanismos de tolerancia que actúan mitigando el daño, cuando los tejidos conviven con el estrés (Levitt, 1980).

Los mecanismos evitadores actúan sobre distintos puntos del sistema de transporte del agua en la planta facilitando la adquisición de agua o limitando su pérdida. Para evitar el estrés hídrico, los mecanismos minimizan la resistencia al flujo de agua en la planta, limitan la transpiración, entre los mecanismos de evitación se cuentan los que limitan la transpiración, como el cierre estomático, el recubrimiento de la epidermis con cutícula y pelos, el aumento de la conductancia hidráulica, el cambio de elasticidad del tejido. También los cambios morfológicos que limitan la radiación absorbida y el calentamiento de las hojas, como por ejemplo el desarrollo de hojas pequeñas, angostas y plegadas o su recubrimiento con superficies reflectantes. (Cavagnaro. et al.,2011)

Por último, lo que llevo a las plantas a evolucionar su estructura foliar para disminuir al máximo su estrés hídrico fueron las condiciones ambientales y el estrés hídrico que se presentaban durante el cretácico, Las demandas arquitectónicas que tenían las hojas hicieron que se moldeara la estructura de su sistema de transporte de agua.

Esta evolución de la arquitectura hidráulica de las hojas ha sido muy útil para las adaptaciones de las plantas a distintos ecosistemas.

Los sistemas hidráulicos y sus diferentes configuraciones en el tejido fotosintético han sido capaces de satisfacer las demandas del suministro de agua, la captura de luz y la optimización del coste económico de la planta.

Referencias

- Valladares, F. 2004. Ecología del bosque mediterráneo en un mundo cambiante. Páginas 163-190. Ministerio de Medio Ambiente, EGRAF, S. A., Madrid. ISBN: 84-8014-552-8.

- B. Cavagnaro, (2011). Regulación de la hidratación y la turgencia foliares por mecanismos evitadores del estrés, y resistencia a déficit hídrico en vid.Modelo vs. Experimentos (Tesis de doctorado). Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina.

- Tim J. Brodribb, Taylor S. Field and Lawren Sack (2010). Viewing leaf structure and evolution from a hydraulic perspective. Functional Plant Biology, 37, 488–498.