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SISTEMA Y FUNCIÓN SUMARIO

Enviado por   •  27 de Marzo de 2018  •  25.250 Palabras (101 Páginas)  •  269 Visitas

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En primer lugar, Luhmann pretende que su teoría tenga un alcance general y que pueda aplicarse a diferentes dominios. La generalidad de la teoría es un compromiso constante en Luhmann, y hace que sus planteamientos no queden reducidos a determinados ámbitos particulares, sino que mantenga siempre una tensión de generalidad. Tal exigencia de generalidad convierte a la teoría en un verdadero artificio de generación de problemas que deben ser recogidos en su raíz general por la teoría. Más aún, una teoría será tan eficaz como elevada sea su potencia para generar problemas nuevos.

Así puede entenderse que, desde esta ambición teórica, Luhmann se plantee análisis en ámbitos tan diferentes como la política, el derecho, la religión, la economía, etc., y proponga también radicales tesis de ontología y de teoría del conocimiento. Nada puede serle extraño. Y en tanto haya algo que no entre en el ámbito de los intereses de la teoría, ésta deberá ser reformada. Por ello, bien puede decirse que el intento teórico de Luhmann combina la actualidad de la ambición generalista en la formación de una teoría y el antiguo ideal —tantas veces criticado con razón— de generalidad teórica. Semejante tensión de generalidad hace que la teoría de Luhmann sobrepase los límites habituales de una teoría de la sociedad y que permita hacer de ella múltiples lecturas generales que exceden los límites de la sociología.

Por otra parte, la teoría de Luhmann asume conscientemente las exigencias de la multidisciplinariedad. Su obra se encuentra formada por aportaciones procedentes de la cibernética, la neurociencia, la teoría de sistemas, etc. Y este concepto de interdisciplinariedad que su teoría asume, queda marcado por dos importantes elementos: una atención constante a cuanto de más novedoso pueda producirse en el ámbito de las denominadas «ciencias punta» y el constante deseo de realizar una constante «importación teórica» que permita obtener ganancias para la fuerza explicativa de la propia teoría. En este sentido, Luhmann no tiene reparo alguno en asomarse a cuanto de interés pueda encontrarse en ámbitos diferentes a la sociología y en elaborar una teoría que se aparta, en muchas ocasiones, de los cánones admitidos por la propia sociología académica.

Conviene precisar este último punto, que se convierte en un rasgo constante de la propuesta de Luhmann. Nuestro autor piensa que, en muchas ocasiones, la teoría de la sociedad se encuentra centrada en elementos provenientes de la tradición europea clásica, y cargada de compromisos importantes con esa tradición. Una tradición que Luhmann denomina «viejo pensamiento europeo», y que alcanza su expresión adecuada en la época de la Ilustración europea. Sin embargo, algunos de estos conceptos,[4] piensa Luhmann, no son válidos, para describir la sociedad contemporánea, al estar formados en épocas de menor complejidad y que no se corresponden con las urgencias de una sociedad enormemente especializada y diferenciada como la nuestra.

Por ello, Luhmann señala la urgencia de realizar una segunda lectura de la Ilustración, de plantear una «ilustración de la ilustración» que permita plantear nuevas bases de análisis y avive la urgencia de encontrar nuevos conceptos. Tras ello se encuentra, como parece obvio, una crítica a muchas de las categorías del pensamiento y de la sociología clásicos europeos. Crítica que se ha recibido con verdadero escepticismo y que convierte a Luhmann en defensor de la urgencia de pensar de un modo radicalmente nuevo, en forma acorde con los tiempos en que vivimos actualmente. Al tiempo que hace de la propuesta de Luhmann un elemento extraño respecto de muchos de los discursos sociológicos anclados en las categorías de la tradición sociológica o filosófica continentales; extrañeza que tan sólo puede entenderse con un radical nivel de crítica por parte de muchos de los lectores de nuestro autor.

La teoría de Luhmann tiene un punto de partida esencial que estriba en el reconocimiento de la complejidad y en exigir que toda teoría debe ser un arma para reducirla. Entiende Luhmann por complejidad la sobreabundancia de relaciones, de posibilidades, de conexiones, de modo que ya no sea posible plantear una correspondencia biunívoca y lineal de elemento con elemento. El problema esencial de nuestra sociedad es, precisamente, el aumento de su propia complejidad: lo que Luhmann denomina el aumento de la diferenciación de una sociedad. En forma paralela a ese aumento se precisa poseer instrumentos que permitan reducir la complejidad. Toda verdadera teoría debe ser siempre un instrumento cualificado para reducir la complejidad. Tan sólo en tanto sirva para esa reducción de la complejidad, mostrará su propia validez.

Ahora bien, la complejidad sólo podrá reducirse en tanto se dé una mayor complejidad. Sólo el aumento de complejidad puede llevar a una reducción de la complejidad. Perspectiva que puede resultar paradójica, pero que es clara en tanto se advierte cómo lo verdaderamente sencillo encierra, siempre, una enorme complejidad; y, por ello, puede permitir una reducción de la complejidad. De ahí que una teoría de la sociedad, concebida como un instrumento de reducción de la complejidad social sea, ella misma, inmensamente compleja y deba dar cuenta de la sobreabundancia de relaciones y posibilidades que caracteriza a la sociedad contemporánea. Aquí radia uno de los elementos de la complejidad y dificultad de la teoría de Luhmann, tantas veces señalada por sus lectores y que puede comprobarse en el texto de Luhmann al que introducen estas páginas.

Luhmann incorpora la teoría de sistemas a su teoría de un modo explícito, hasta el punto de que su obra ha sido calificada como «sociología sistémica». Pero es importante considerar que esta incorporación se encuentra motivada por la posibilidad de encontrar, en la actual teoría de sistemas, un medio adecuado para describir la sociedad y para la elaboración de una teoría adecuada. En este sentido, el concepto de sistema es, para Luhmann, un presupuesto de su teoría, pero nunca una finalidad de la misma, ni una frontera que cierra sus límites explicativos.

Ahora bien, el concepto de sistema que Luhmann emplea en su obra resume la evolución de la misma teoría de sistemas e incorpora los desarrollos más recientes de la misma. La sección 2 del texto de Luhmann que se incluye en este volumen hace explícita esta evolución, que es fundamental para comprender lo que Luhmann pretende con el concepto de sistema como elemento fundamental de su teoría y como perspectiva de análisis. Luhmann parte de la admisión del concepto de sistema autorreferente que supone importantes diferencias respecto al concepto clásico de

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