Segunda paráfrasis fiebre puerperal (Semmelweis, 1846).

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A pesar de realizar lo antes mencionado, luego de una ligera disminución se aumentó el número de muertes por este mal más de lo que se había visto antes. Sin embargo como no se encontraba alguna explicación concreta para dicho mal se trató con distintas, tales como el ambiente psicológico, se consideraba que la asistencia del sacerdote del hospital, el cual cuando debía dar el último sacramento a las mujeres agonizantes de la Primera División tenía antes que pasar por cinco pasillos durante este trayecto lo acompañaba una persona que sonaba una campanilla y hacia ver esto algo aterrador y esto hacia que las enfermas se abatieran. Este problema no sucedía en la Segunda División pues aquí el sacerdote llegaba directamente a la sala donde estaban las madres desamparadas.

Para radicar esta secuela se le pidió al sacerdote que cambiara su recorrido hacia la Primera División asimismo como que no utilizara su campanilla y que su llegada con las enfermas fuera silenciosa, a pesar de este cambio las muertes no disminuyeron.

Se intentó otra explicación donde se observó que en la primera división las enfermas dormían de espalda y en la segunda división lo hacían de lado así que se hizo el cambio de postura el cual no funciono y siguió presentándose la misma mortalidad.

Finalmente gracias a semmelweis se pudo descubrir el misterio pues un colega del murió con este mismo mal a causa de una herida por un bisturí que estaba utilizando en una autopsia.

A partir de este suceso, Semmelweis descubrió que la materia muerta entrada en el cuerpo de su colega por medio del bisturí había sido la causa de su muerte, a partir de esto se consideró que las mujeres muertas por la fiebre fueron víctimas de envenenamiento sanguíneo.

Se pudo confirmar esta suposición porque el personal médico del hospital realizaba los exámenes a las pacientes después de realizar exámenes de autopsia y no realizaban la higiene correcta como el lavado de manos y esto hacia que fueran portadores de la infección trasmitida a las pacientes.

Se puso a prueba esta suposición y se establecieron medidas de precaución donde se le pidió que a todo personal del hospital lavara perfectamente sus manos desinfectándolas con una solución de cloruro de cal antes de realizar cualquier examen y a partir de esto redujo notoriamente la mortalidad por causa de fiebre puerperal en ambas divisiones.

Por medio de otras experiencias se dedujo que en la segunda divisiones se presentaba menos mortalidad porque durante el camino al hospital daban a luz y no eran sometidas a una examinación y no podían ser infectadas porque no tenían contacto con ellas.

Posteriormente mediante otras experiencias clínicas Semmelweis pudo ampliar su hipótesis, concluyendo que no solo la fiebre puerperal se podía transmitir por medio de cadáveres infectados sino también por cuerpos vivos.

REFERENCIA

Acosta, P. Arredondo, J .y Torres, J. (1999). Ignaz Semmelweis y la investigación de la etiología en la fiebre puerperal. Perinatol Reprod Hum, 13(3), 238-245.