Segundo parcial de Psicología Evolutiva Constructivismo de Piaget

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El estadio preoperatorio comienza cuando se ha comprendido la permanencia del objeto, se extiende desde los dos hasta los seis años. Aparece la función simbólica, los niños aprenden cómo interactuar con su ambiente mediante el uso de palabras y de imágenes mentales. No tienen capacidades lógicas.

La etapa de las operaciones concretas tiene lugar entre los siete y doce años. El niño es cada vez más capaz de coordinar sus esquemas representativos los que cumplen ciertas reglas o leyes de carácter lógico (asociación, reversibilidad, etc.). El niño operacional es capaz de razonar que ciertas propiedades de los objetos lógicamente no han de cambiar aunque si cambien las apariencias, es capaz de pensar en transformaciones y no solo sobre estados estáticos, y tener en cuenta los cambios simultáneos en varias dimensiones de las situaciones y cómo unos pueden influir en otros. Sin embargo estas estructuras son todavía concretas, están ligadas a la acción del sujeto sobre objetos concretos o sus representaciones. El pensamiento abstracto todavía tiene que desarrollarse.

A partir de los doce años las operaciones se desligan de sus referentes concretos para poder manipular entes no físicos, puramente lógicos o hipotéticos. Esta nueva forma de operaciones, llamadas formales caracterizan el último estadio del desarrollo, en el que los adolescentes son capaces de pensar de forma totalmente abstracta e hipotética-deductiva, de analizar sistemáticamente las variaciones o combinaciones posibles en determinadas situaciones, etc.

En lo que respecta a la educación el rol del maestro bajo este modelo es el de ser coordinador, mediador, y un participante más de la experiencia planteada y pensada por él. Para poder acercarse al alumno este debe de tener en cuenta sus intereses, sus destrezas cognitivas que son aspectos medulares para la construcción del conocimiento. Enseñar sobre el pensar, estimular a los alumnos a tomar conciencia sobre sus propios procesos y estrategias mentales (metacognición) y lograr el autocontrol (autonomía).

El ambiente de aprendizaje constructivista debe: proveer múltiples representaciones de la realidad, evitando simplificaciones y representando la complejidad del mundo real. Poner énfasis en la construcción del conocimiento, de forma contextualizada y fomentando la reflexión de la experiencia y en la experiencia.

La teoría de Piaget nos informa de qué está preparado para aprender el niño a determinada edad y que tipos de aprendizaje quedan fuera de su alcance. Constituye una fuente importante de criterios a la hora de seleccionar y secuenciar con sentido evolutivo los contenidos curriculares. El uso del marco constructivista piagetiano ha sido uno de los más influyentes en la práctica educativa, y gracias a el se tiene en cuenta la importancia del análisis previo de los contenidos escolares y se han adaptado los programas de manera más adecuada de acuerdo con el desarrollo general del niño.

Además de la influencia sobre los contenidos y objetivos educativos, la influencia de su teoría ha sido importante en la propia concepción del proceso de enseñanza y aprendizaje y en cómo se puede optimizar.