Sentirse bien en el aula busca guiarnos hacia una práctica de cómo el docente debe de manejarse, mostrándole en que se fundamentan sus deberes y cuáles son sus derechos, un material que instruye de manera íntegra al docente.
Enviado por Eric • 5 de Octubre de 2018 • 1.871 Palabras (8 Páginas) • 543 Visitas
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- Manifestación excesiva de timidez.
- Dificultad para separarse de personas y situaciones.
- Exterioriza síntomas de nerviosismo.
- Muestra señales de estrés.
- Muestra resentimiento contra la autoridad.
- Tienen dificultad para aceptar cambios
- Deseo excesivo de complacer a los demás.
- Se Critica así mismo y a los demás.
- Tiene un conocimiento muy delimitado.
- No tiene confianza en sí misma y en los demás.
- Se siente víctimas de circunstancias.
Para abrirnos a unas relaciones positivas, sea con nosotros mismos o con los demás, es necesario que revisemos nuestra historia personal y familiar, dándonos cuenta del ambiente en que se ha formado nuestra personalidad.
Todas las personas de una forma u otra y en una u otra circunstancia, estamos sujetos a crisis de varios tipos: familiares, sociales, profesionales, de edad (desde la pubertad a la andropausia o menopausia), envejecimiento, deterioro de la prestancia física, divorcio, muertes de familiares o amigos…
La sugerencia que proponemos es que, si se quiere aprender sobre uno mismo, hay que desechar el miedo de que se va a encontrar con algo duro, triste o des motivante. La reflexión sobre el propio pasado tiene sentido si lo hacemos desde un espacio de interés y deseo de aprender sobre nosotros mismos y para ayudarnos a madurar y crecer, no para sentirnos mal, acusados y acusar a los demás.
Aplicado a la convivencia en el aula, podemos ver lo que somos capaces de hacer profesores y alumnos para llevarnos bien mutuamente. Menudo no hacen falta grande esfuerzo y basta con que nos centremos en la motivación que tiene cada uno para sentirse bien y para actuar como equipo para conseguirlo. Aplicada a contexto educativo, estas experiencias resuelta muy motivadora. A ver conseguido algunos cambios en el nivel del bienestar permite una aplicación consiguiente en la vida profesional y en el propio ámbito familiar. Los primeros cambios tienen efectos multiplicadores, sea por el resultado o por el hecho en sí mismo de sentirse bien.
Estas acciones fueron sugeridas como parte del día de varios profesores participantes en curso de convivencia en el aula impartidos en los últimos meses.
- Podemos acostumbrarnos a expresar de forma usual cortesía, consideración e interés hacia todos, incluyéndonos a nosotros mismos.
- Podemos mantener un buen nivel de comunicación con familiares, amigos, compañeros y alumnos.
- Podemos estar abierto a la búsqueda de alternativas que podamos consensuar en cualquier contesto que existan diferencia o dificultades compartidas.
- Podemos respectar el derecho de cada uno de los pensamiento, puntos de vista o convicciones distintas de las nuestras, y aceptar quedemos aprender de ellas.
- Podemos colaborar con los demás para encontrar soluciones satisfactorias para ambos en los problemas que surjan.
- Podemos evitar hacer comparaciones entre el comportamiento de uno o de otro.
- Podemos evitar generalizaciones del tipo “siempre está diciendo esto o aquello” en la evaluación de situaciones y comportamientos.
- Podemos dejar espacio para que cada uno tenga la libertad psicológica de ser el mismo en cuanto persona.
- Podemos expresar eventuales desacuerdo con el debido respeto, para no dar lugar a enfrentamiento.
Sentirnos bien el aula es un reto que debemos asumir todos los docentes. Nos hace crecer de manera integral y podemos potencializar nuestras capacidades, y ofrecer un trabajo de calidad a nuestros alumnos.
CONCLUSIÓN
Para mi este trabajo ha sido de grandes aprendizajes ya que me enseña que Sentirse bien en el aula no solo nos beneficia a nosotros sino a todo el que nos rodea, ver la forma interna de trabajar con el docente, convirtiéndose en un manual de convivencia para los maestros.
Sentirse bien en el aula es un libro que nos orienta y nos guía a como aprender a sentirnos bien con nosotros mismos y con los demás. Esto nos da las posibilidades de tener una buena relación en nuestra vida, tanto personal como profesional. Y de demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de conseguir lo que nos proponemos.
Debemos aprender y aceptar que las emociones no son ni malas ni buenas simplemente son emociones que debemos aprender a manejar, para saber sobre llevar cualquier situación que provoque reacciones violentas. Como docentes debemos aprender técnicas para desactivar estas situaciones ya que es parte de nuestra labor como educador.
Cabe destacar que para ser educadores que transformen el ambiente donde les ha correspondido formar e instruir, debemos de conocer guías, manuales no tan solo teóricos sino que a la misma vez nos lleven a una práctica del mismo.
Ha sido de gran enriquecimiento la lectura de este libro, ya que todo docente debe conocer la importancia de sentirse bien en el aula y todas las pautas que conlleva este proceso el cual debemos cumplir y manifestar para que se cumpla de forma agradable. En conclusión es nuestro derecho como docentes que las aulas sean un lugar acogedor y agradable, no solo para nosotros sino también para nuestros alumnos.
BIBLIOGRAFÍA
Sentirse bien en el aula, Franco Velo
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