TECHO DE CRISTAL UNIZAR.

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Otra parte del techo de cristal, relacionada con las tareas del hogar y por lo que los hombres lo tienen más fácil, es el cuidado de hijos (incluyendo el embarazo). Por el hecho de tener este estereotipo se les pone más trabas a las mujeres a la hora de contratación, ya que una vez contratadas se pueden acoger a la ley.

Estrechamente relacionado con el párrafo anterior, las mujeres son quienes trabajan por partida doble, el hogar y su puesto. Son quienes se encargan del cuidado del hogar, de los hijos, etc. Esto provoca que muchos empresarios prefieran no contratar a mujeres al no poder disponer libremente de su tiempo, teniendo que tener en cuenta sus necesidades de compaginación. De hecho el 25% de las mujeres se acoge a las jornadas de tiempo parcial para el cuidado de hijos mientras tan solo un 8% de los hombres se acoge. Así como las excedencias por cuidado de hijos y familiares que sigue siendo mayoritariamente de las mujeres. En Aragón en 2015 se recibieron más de 1000 solicitudes pero de hombres solo eran unas pocas más de 100 (En 2015 se superó por primera vez el centenar en el caso de los varones.).

Lo que más peso tiene es la existencia de estereotipos. “La mujeres son débiles, no tienen paciencia, no son capaces de controlar situaciones de presión…”. Esta percepción por desgracia sigue presente en la sociedad. Aunque tengan mucha preparación, no se les tiene tan en cuenta. Se presupone que carecen de experiencia y que ante un gran conflicto, sucumbirán y no serán capaces de ejercer poder. Contra esto la única forma de luchar es demostrando que una mujer tiene las mismas capacidades que el hombre para liderar pero no se les da oportunidad.

En conclusión, se puede decir que el techo de cristal, existe por los prejuicios contra las mujeres que vienen acarreando el peso de las tareas familiares. Es cuestión de tiempo que las mujeres consigan romper el cristal, necesitando demonstrar que sus capacidades son tan efectivas como las de sus compañeros varones.

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El techo de cristal en UNIZAR.

Aun existiendo un plan de igualdad en UNIZAR, puedo presuponer que existe aunque sea de forma indirecta un techo de cristal. Las estadísticas relevantes del 2015 en UNIZAR son las siguientes.

- Las mujeres son el 54% del alumnado de los grados universitarios. Subviniéndola en grados un 60% del alumnado de Artes son mujeres, un 51% del de Ciencias puras, un 73% del de Ciencia de la Salud, un 61% de Ciencias Sociales y Jurídicas y un 21% de Ingenierías y arquitecturas. Aquí ya podemos ver inicios del techo de cristal, de la desigualdad y estereotipos. Las carreras de ingenierías y arquitecturas son estereotipadas de hombres y las de salud de las mujeres. Las estadísticas lo confirman.

- Aun teniendo este mayor porcentaje de alumnas, el personal docente es mayoritariamente masculino. Siendo el porcentaje de las mujeres el 45%. Para ser docente universitario se requiere una formación previa, que incluye, en primer lugar grado, diplomatura, licenciatura con sus respectivos master y el doctorado (se puede ejercer si se está cursando).

- Un 54% del alumnado de doctorado, es decir, el estudio superior al grado. Por lo tanto hay más mujeres que estudian para tener una mejor formación. Es requisito indispensable para ser decana o responsable de departamento.

- Las mujeres representan solo un 20% del personal catedrático en UNIZAR. Requisito indispensable para ser rectora.

- Del total del profesorado representan un 45%. Como se comentaba antes, para ser profesora se exigen varios títulos previos y aun habiendo mayor porcentaje de mujeres, los hombres ocupan los puestos de docentes.

Si seguimos buscando estadísticas que respalden la hipótesis de un supuesto techo de cristal en UNIZAR serían los resultados del análisis sobres los puestos de poder en el escalafón universitario.

- En los más de 500 años de historia de la Universidad de Zaragoza el puesto de rector solo lo han ocupado hombres, incluyendo el último resultado electoral donde salió elegido José Antonio Mayoral Murillo.

- Si hablamos del gobierno de las facultades, existiendo 14 facultades en UNIZAR solo ocupan el puesto actualmente 2 decanas.

- Los profesores eméritos superan casi el centenar y medio, más del doble. La condición se otorga en reconocimiento a la que fue su labor. Se otorga tras la jubilación.

- Existen 56 departamentos de grupos de asignaturas, en los cuales solo 13 tienen como directora a una mujer.

- Existe el mismo porcentaje de mujeres que de hombres a tiempo parcial.

- Existe el Observatorio de Igualdad de Género cuyo objetivo prioritario de promocionar la igualdad de oportunidades de todas las personas que forman la comunidad universitaria: alumnado, profesorado y personal de administración y servicios.

- Existe un Plan de Igualdad en la universidad

- Los salarios no presentan desigualdad entre docentes varones o docentes femeninas. Las diferencias se deben a la dedicación de horas, trienios pero no hay diferencia, al menos clara, por razón de sexo.

A la vista de estos puntos, es factible pensar que puede existir un techo de cristal en UNIZAR. Debido a la tipología de trabajo, no se ha podido hacer un estudio estadístico al no disponer de medios para realizar encuestas. Pero estos datos se pueden relacionar con la anteriormente se ha expuesto.

Para ser docente se requiere una previa formación universitaria. Hace menos de 100 años, la presencia de las mujeres. En 1910 las mujeres solo podían estudiar con consentimiento de las autoridades y durante el curso 1919-1920 solo había 439 mujeres en la universidad, representando solo el 2% de la comunidad universitaria. Esta podía ser una de las causas, el atraso de la sociedad respecto a la integración de las mujeres en los estudios superiores universitarios. La época franquista (1939-1975) supuso un retroceso, al ver a la mujer como un objeto reproductivo.

“El número de mujeres que inician una carrera es mucho mayor que el de las que acaban. Entre estas últimas es numeroso el grupo de las que renuncian a su profesión en función de la dedicación exclusiva a su papel de esposa y madre, y así no es de extrañar que en 1974 -según 10s datos del censo de la población activa- solamente el 56 % de las mujeres que poseían estudios superiores eran activas, y de 10s técnicos superiores solo el 9,6 % eran mujeres.” [1]ª

Y con este comentario extraído de una revista sociológica se retrata