TERCER REPORTE DE LECTURA

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A pesar del esfuerzo que implicó para los comisarios novohispanos el encontrar los fragmentos dignos de censura, de poco sirvió, pues las ediciones vetadas por el Padre Porras al final fueron autorizadas por el Consejo de la Suprema, en particular el inquisidor Garzarón fue quién ordenó volver a poner en circulación los ejemplares del Ramillete previamente censurado, obviamente no sin antes ser revisado –expurgado- por el Santo Oficio[5], a pesar de ello, la Inquisición de México tomó medidas, por lo cual, el Ramillete fue objeto de doble censura[6], dado que la autora indica que los tribunales de América gozaron de cierta autonomía[7], entonces ¿por qué se le concedió autonomía a los tribunales americanos? ¿Hubo más choques entre las colonias y la metrópoli dada esta autonomía? Volviendo al primer bloque ¿cómo se mantenía la unidad si es que existía un disenso?

Por último, debe advertirse que este bloque será breve pero no por ello menos profundo. Olivia Moreno parte de una dicotomía entre América –en concreto Nueva España- y la metrópoli, sin embargo, en la delimitación del problema histórico esta dialéctica no tiene lugar sino hasta ya bien entrado el siglo XVII, por lo que vale preguntarse ¿no es un lugar común hablar de conflictos entre los reinos de ultramar y la península dado que está presente la influencia historiográfica independentista en la que se parte de la premisa de que hay un antagonismo entre América y España?

BIBLIOGRAFÍA

- Moreno Gamboa, Olivia “Disonancias entre la Inquisición de México y la Suprema. A propósito de la censura del Ramillete de divinas flores (1690-1711)”, en Francisco Javier Cervantes Bello y María del Pilar Martínez López-Cano (coords.), La dimensión imperial de la Iglesia novohispana, Puebla, UNAM/BUAP/ICSyH, 2016, p. 165- 198.

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