Ticio esclavo.

...

Edipo: Jajaja ¿Tu? imposible.

Lisístrata: yo en lugar de llorar y quitarme los ojos hice algo al respecto, ja.

Edipo: Bueno, como digas al final ya estamos muertos.

Lisístrata: ¡Exacto! Así que déjame terminar. Lo que yo hice para acabar con sus tonterías fue que todas cerráramos nuestro tesoro para que en lugar de pensar en la guerra pensaran en nosotros ¿Buena idea, no?

Edipo: Wow, debió de ser difícil.

Lisístrata: No sabes cuánto, pero sobreviví a ello.

Edipo: ¿Qué hicieron ellos al respecto?

Lisístrata: Lo que le quedaba, obedecer y quedarse callados como viles mandilones.

Edipo: ¿enserio?

Lisístrata: Si, yo debería de ser reconocida mundialmente, por mi hazaña ¿ no crees?

Edipo: Por supuesto, pero bueno, ya que veo que terminaste solo me queda terminar a mi también.

Lisístrata: Tus deseos son ordenes, te concedo la palabra.

Edipo: Al yo estar en el reino de Troya, todo marchaba muy bien hasta que un sacerdote me dijo que un oráculo le había dicho que mientras siguiera viviendo el culpable de la muerte de Layo, la ciudad no iba a progresar e iba a padecer, entonces yo mande a matar al culpable, pero claro nadie sabía porque era yo, así que al estar y estar buscando, murió mi padre Pólibo y mi madre igual, yo al tal grandeza iba a ser heredero de 2 tronos y por supuesto con más ansias quería saber quien había matado a Layo.

Lisístrata: Pero... ¿qué nadie te reconocía?

Edipo: Nadie, pero me lo dijo el viejo sabia del pueblo y yo no lo creí y lo tome de a loco, pero al saber que todo era verdad que yo era el responsable de todo, me quite los ojos, para no seguir viendo más a mi desgracia.

Lisístrata: No lo puedo creer, pero aun así, lo mío fue lo peor.

Edipo: Aja, como digas, lo mío es peor porque aparte de que Yocasta era mi madre, se ahorco al escuchar que éramos madre e hijo.

Michell Castillo, 6, 506.