Trabajo Práctico - Historia de la Cultura General

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Exponga las implicancias del “descubrimiento” de los instintos por parte de la psiquiatría legal en el proceso de producción de la problemática de la anomalía.

El carácter monstruoso se pone en evidencia por el efecto que ciertos casos criminales producen en el campo de la ley: la mecánica penal se paraliza y se ve obligada a interpelar a la psiquiatría como instancia de racionalidad que promete dar respuesta a la sinrazón de esos delitos. Foucault relata en sus clases del curso “Los anormales” que la psiquiatría legal, en referencia a una cantidad de casos -entre los cuales el de Henriette Cornier era el más interesante-, comenzó a sugerir que los actos monstruosos estaban promovidos por cierta dinámica mórbida de los instintos. Este "descubrimiento" de los instintos (como construcción conceptual y discursiva) produjo un engranaje a partir del cual la noción de de los mismos va a poder aparecer y formarse; pues el instinto será el eje central de la maquinaria problemática de la anomalía, e incluso el operador por medio del cual la monstruosidad criminal y la simple locura (patológica) van a encontrar su principio de explicación y coordinación.

A partir del instinto, la psiquiatría del siglo XIX llevará al plano de la enfermedad y la de la medicina mental todos los trastornos y las pequeñas anomalías de la conducta (que no competen a la locura propiamente dicha). De este modo, la psiquiatría encuentra en esos crímenes la oportunidad para legitimarse no sólo como rama del saber médico sino también como rama de la higiene pública. Para ello, se vio obligada a realizar un doble movimiento: (i) -Codificar a la locura como enfermedad, es decir, patologizar los desórdenes propios de la alienación para que la psiquiatría ingrese al campo de la medicina. (ii)-Codificar a la locura como peligro, es decir, ubicar en la alienación el riesgo de un potencial crimen, para que dicha disciplina sea cobijada en la higiene pública y en la defensa de la sociedad. Frente al crimen monstruoso, los psiquiatras se presentaron como los especialistas capaces de detectar, en la historia y la personalidad del criminal, las razones del crimen sin interés. Y, en ese movimiento, plantearon el peligro potencial de la locura y la importancia del análisis de las pequeñas desviaciones antes de la consumación del delito. De esta forma, el “riesgo para sí o terceros”, es decir, la pregunta por la peligrosidad del individuo que el médico debe analizar, quedó indefectiblemente ligado al destino y la misión social de la psiquiatría. En cuanto a las esferas del poder, Foucault establece a éste como uno de los pasos fundamentales en una teoría mucho más amplia sobre la supremacía de la medicina en los saberes y haceres sociales, que llevo al concepto de medicalización de la población.

Amado Quintar