“Trascender para ser inmortal”

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Creemos que tenemos vida suficiente como para alcanzar a hacer todas nuestras tareas en esta vida.

“Hoy es siempre todavía, ayer es el nunca jamás” dice Antonio Machado, siempre vamos preocupados por el mañana y el qué pasará después, estamos tan abstraídos planeando el futuro, que cuando nos detenemos a pensar, el tiempo ya se pasó y solo nos estamos preparando para terminar nuestro ciclo en vez de gozar el presente.

Como Paz dice: “Nacer y morir son experiencias de soledad. Nacemos solos y morimos solos.”, desde el primer instante de haber nacido estamos totalmente solos, ya no estamos en ese seno materno en el que no había preocupación alguna, estamos en el mundo solos y podemos compartir esa soledad con alguien pero siempre quedaremos solos y quizá por eso está muy presente ese deseo de ser recordado, querer dejar la marca de nuestra existencia.

Pero ¿Y después de morir?, es otra interrogante que tienen los humanos, pero no nos estacamos en eso porque queremos una respuesta y las tenemos que buscar, ya sea a través de la filosofía o la religión; Necesitamos dar una explicación: ¿De dónde venimos?, ¿Quién soy?, ¿En qué creo?, ¿Qué hay después de la muerte?, entre otras preguntas que nos rodean, buscamos la verdad a través de argumentos y fundamentos y para eso utilizamos a la filosofía, la ciencia y la religión

La diferencia entre estas tres es que filosofía busca el saber universal, no se conforma con una respuesta; la ciencia está dividida y es un saber experimental (comprueba); y la religión es una explicación sobre los problemas que plantee anteriormente más otros del universo y la vida, a partir de la fe, lo que dicte la fe no puede ser cuestionado y todo es por una razón divina. Cada individuo construye su pensamiento conforme a las ideas que se adapten mejor a sus ideales, gustos, etcétera; somos libres de crear nuestro pensamiento pero siempre está el riesgo de que la sociedad no acepte nuestro pensamiento por diversas razones, nosotros escogemos si queremos unirnos y ser una masa totalitaria o atreverse a seguir buscando el Yo y ser humanos.

Para concluir mi ensayo, las ideas revolucionan y evolucionan, no podemos quedarnos estancados en un pensamiento que no se pueda volver a moldear, también no podemos ser egoístas y no compartir lo que pensamos, debemos abrirnos al mundo y dejar aunque sea un poco de nosotros en el pequeño mundo que nos rodea.

Bibliografía:

• Paz, O. (1959). "La dialéctica de la soledad". México: Fondo de cultura económica.

• Green, J. (2012). “Bajo la misma estrella”. México: Nube de tinta.