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UNIDAD 1: PERSPECTIVA CRÍTICA DE LA ACTIVIDAD CIENTÍFICA

Enviado por   •  2 de Octubre de 2018  •  3.506 Palabras (15 Páginas)  •  224 Visitas

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Obviamente, los enunciados de este tipo de ciencias serán analíticos dado que básicamente, constituyen relaciones entre signos vacíos de contenido empírico. El método será la demostración lógica: deducir un enunciado de otros por inferencias lógicas (un ejemplo claro estaría dado por la demostración de u n teorema, en el cual las verdades matemáticas se comprueban mediante un encadenamiento deductivo). Y, finalmente, la verdad de las ciencias formales ha de ser necesaria y formal (fruto de la coherencia del enunciado dado con el sistema de ideas admitido previamente: no contradicción con las otras proposiciones e inferibilidad a partir de ellas).

Por otro lado, están las ciencias fácticas, aquellas que, como la física y la química, por ejemplo, informan acerca de la realidad extralingüística, vale decir, tienen como objeto de estudio entes materiales (hechos, procesos) y se refieren, por tanto, a la realidad empírica. Sus enunciados, al apuntar a esos hechos, son proposiciones sintéticas, denotativas y, por lo tanto, su método no podrá ser otro que el de la contrastación empírica (mediante observación y experimentación) para constatar si estos enunciados son verdaderos o falsos; de ellos resulta, entonces, siempre una verdad contingente y fáctica (o dicho de otro modo: ineludiblemente provisoria, como luego se verá).

Dentro de las ciencias fácticas suele trazarse una división entre dos tipos de ciencias: las naturales y las sociales. Tal distinción pretende fundarse en diferencias en cuanto al objeto de estudio (la naturaleza o el hombre, respectivamente) y, sobre todo, acerca del tipo de conocimiento involucrado en ellas. Respecto de esto último, hay quienes descalifican la cientificidad de las ciencias sociales al argumentar que ellas nunca pueden alcanzar metodológicamente la "objetividad" de las naturales, dando por sentado, desde ya, que la "cientificidad" de un conocimiento queda acotada a la posible y rigurosa aplicación del método de las ciencias naturales, y reduciendo, de modo hiperpositivista, verdad y racionalidad a método.(Ésta es la posición que luego se verá como visión naturalista o explicativista de las ciencias sociales; en contraposición a la visión hermenéutica o comprensivista). Sin embargo, es necesario dejar constancia del peligroso error que conlleva este gran reduccionismo

CIENCIAS FORMALES

Objeto: entes formales, signos vacíos, carentes de contenido empírico.

Método: demostración lógica.

Enunciados: analíticos o tautológicos.

Verdad: necesaria y formal, coherencia lógica.

Ejemplos: lógica y matemáticas.

CIENCIAS FÁCTICAS

Objeto: entes empíricos (hechos, procesos).

Método: contrastación empírica (observación y experimentación).

Enunciados: sintéticos o denotativos.

Verdad: contingente y fáctica (siempre provisoria y contrastada empíricamente).

Ejemplos: ciencias naturales y sociales.

Problemas de la ciencia. La tarea del hombre de ciencia: Karl Popper

Karl Popper (1902 – 1994) fue un filósofo austríaco – posteriormente británico – que en su clásico La lógica de las ciencias, se propuso a demostrarnos una línea demarcatoria que nos muestre los límites entre la ciencia y la metafísica. En este trabajo, él nos explica cuál es la tarea del hombre de ciencia, concatenando una serie de enunciados que resultaron imprescindibles para estudiar la teoría de una investigación científica empírica.

Popper nos explica que “el hombre de ciencia, ya sea teórico o experimental, propone enunciados —o sistemas de enunciados— y los contrasta paso a paso. En particular, en el campo de las ciencias empíricas construye hipótesis —o sistemas de teorías— y las contrasta con la experiencia por medio de observaciones y experimentos.”[5] Según su opinión, la tarea de la lógica de la investigación científica —o lógica del conocimiento— es ofrecer un análisis lógico de tal modo de proceder: esto es, analizar el método de las ciencias empíricas. Esto a través de ciertas metodologías que serán analizadas a continuación:[6]

El problema de la inducción. Es común llamar “inductiva” a una inferencia cuando de “enunciados singulares/particulares”, tales como descripciones de los resultados de observaciones o experimentos, a “enunciados universales”, tales como hipótesis o teorías. Cualquier conclusión que se saque de este modo corre el riesgo de resultar una idea falsa.

Se conoce con el nombre del “problema de la inducción” la cuestión acerca de si están justificadas las inferencias inductivas, o de bajo qué condiciones lo están.

El problema de la inducción puede formularse como la cuestión sobre cómo establecerse la verdad de los enunciados universales basados en la experiencia. Muchos creen que la verdad de estos enunciados se “sabe por experiencia”, sin embargo, es claro que todo informe en que se da cuenta de una experiencia no puede ser originariamente un enunciado universal, sino solo uno singular. Así pues, la pregunta acerca de si hay naturales cuya verdad nos conste a ser otro modo de preguntar si las inferencias inductivas están justificadas lógicamente.

Pero si queremos encontrar un modo de justificar las inferencias inductivas hemos de intentar establecer un principio de inducción que determine la verdad de las teorías científicas. Ese “principio de inducción” tiene que ser un enunciado sintético, es decir, uno cuya negación no sea contradictoria, sino lógicamente posible. Surge, pues, la cuestión acerca de porque habría que aceptar semejante principio y de cómo podemos justificar racionalmente su aceptación. El principio de inducción es superfluo y lleva forzosamente a incoherencias/incompatibilidades lógicas.

El principio de inducción tiene que ser un enunciado universal. Si intentamos afirmar que sabemos por experiencia que es verdadero, reaparecen de nuevo los mismos problemas que motivaron su introducción para justificarlo tenemos que utilizar inferencias inductivas; para justificar estas hemos de suponer un principio de inducción de orden superior, y así sucesivamente. Por tanto, cae por su base el intento de fundamentar el principio de

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