Un ejemplo de respuesta condicionada digestiva que ya ha sido investigada es la secreción de insulina como respuesta a los sabores dulces.
Enviado por Sara • 19 de Junio de 2018 • 1.514 Palabras (7 Páginas) • 465 Visitas
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Domjan, M. y Burkhard, B. (1990) Principios de Aprendizaje y de Conducta. Madrid. Editorial Debate.
Aversión a la comida en humanos
El aprendizaje de la aversión a los sabores y el de la preferencia de sabores, como ejemplos de condicionamiento pavloviano han sido investigados extensamente en diferentes especies animales (veáse Riley y Tuck, 1985). Existen cada vez más pruebas de que muchas aversiones a los sabores en los humanos son el resultado de un condicionamiento pavloviano. Muchas pruebas de que se da aprendizaje de aversión al sabor en los humanos han sido suministradas por los resultados de encuestas (Garb y Stunkhard, 1974; Logue, Ophir y Strauss, 1981; Longue, 1985). Muchas personas informan que han adquirido, al menos, una aversión a la comida a lo largo de su vida. Curiosamente, las personas informan sobre unas circunstancias de aprendizaje que se han demostrado que facilitan el aprendizaje de la aversión en los animales. Por ejemplo, es más probable que las aversiones provengan de un anterior emparejamiento de la comida con una enfermedad subsiguiente que de un emparejamiento hacia atrás. Como en los experimentos animales, las aversiones se aprenden a menudo en un solo ensayo, y el aprendizaje puede darse incluso si la enfermedad se retrasa hasta varias horas después de la ingestión de la comida. Otro aspecto interesante de los resultados es que en una elevada proporción de casos (el 21%), los sujetos estaban seguros de que su enfermedad no estaba causada por la comida que habían tomado. Sin embargo, aprendieron una aversión a la comida. Estos hallazgos indican que el aprendizaje de aversión a la comida en las personas puede ser independiente de los procesos de pensamiento racionales, y puede ir en contra de las conclusiones de una persona sobre las causas de su enfermedad. (Para una demostración experimental reciente del aprendizaje de la aversión al sabor en los humanos, veáse Cannon, Best, Bastón y Feldman, 1983).
El hecho de que las aversiones a la comida se puedan adquirir con comidas nuevas tomadas antes de que se produzca la enfermedad, incluso cuando la enfermedad está causada por la comida, puede crear problemas serios. Una forma común de tratamiento del cáncer es la quimioterapia, que implica tomar grandes dosis de drogas que debilitan al paciente. Los procedimientos de la quimioterapia causan, con frecuencia, naúseas como efecto secundario. Esto aumenta la posibilidad de que los procedimientos de quimioterapia condicionen aversiones a la comida ingerida antes de una sesión terapeútica, aun en el caso de que el paciente se de cuenta de que su enfermedad no está causada por la comida. Investigaciones recientes indican que esto es lo que de hecho ocurre. Se ha observado que los pacientes de cáncer adultos, y los niños, adquirían aversiones a un sabor concreto de helado cuando este sabor se ingería antes de una sesión de quimioterapia (Bernstein, 1978; Bernstein y Webster, 1980). Estos resultados sugieren una explicación a la falta de apetito que hallamos, por lo general, entre los pacientes con quimioterapia. La falta de apetito, o anorexia, puede reflejar aversiones aprendidas a comidas ingeridas antes de las sesiones de terapia. Este análisis, que recurre al condicionamiento pavloviano, sugiere que parte de la anorexia puede prevenirse modificando los horarios de comida de acuerdo con las sesiones de terapia, y utilizando comidas que les resulten familiares y suaves, de forma que no se asocien con la enfermedad subsiguiente.
Domjan, M. y Burkhard, B. (1990) Principios de Aprendizaje y de Conducta. Madrid. Editorial Debate.
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