VALORES, VIRTUDES MORALES Y COMPETENCIAS ÉTICAS

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EL ERMITAÑO DOMADOR

Se cuenta el siguiente relato de un viejo anacoreta, es decir de una de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para dedicarse solamente a la oración, a la penitencia, a la reflexión y a orientar a cuantas personas acudan a él en busca de calmar su sed de Dios y para encontrar una valedera razón de ser a sus vidas.

Muchas veces, el ermitaño se quejaba que tenía demasiado quehacer. La gente le preguntó, cómo era eso de que en la soledad tuviera tanto trabajo. El eremita les contestó: Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león.

Algunas personas le decían: No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives, y para ponerlo a prueba le preguntaban: ¿Dónde están todos esos animales? Entonces el ermitaño les dio una explicación para que todos comprendieran, diciendo: Estos animales los tienen todos los seres humanos, incluidos ustedes y yo también.

Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo. Tengo que domarlos para que solamente se lancen sobre una presa buena: ¡Son mis ojos! Las dos águilas con sus garras hieren y destrozan. Tengo que entrenarlas para que solamente se pongan al servicio del bien y de la vida. Que ayuden sin herir: ¡Son mis dos manos!

Los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demás y esquivar las cosas difíciles. Tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta: ¡Son mis dos pies! Lo más difícil es vigilar la serpiente. Aunque se encuentra encerrada en una jaula de 32 varillas, siempre está lista para morder y envenenar a quienes la rodean apenas se abre la jaula. Si no la vigilo de cerca, hace mucho daño: ¡Es mi lengua!

El burro es muy cómodo y obstinado. No quiere cumplir con su deber. Pretende estar cansado y no quiere llevar la carga correspondiente a cada día: ¡Es mi cuerpo! Finalmente necesito domar al león. Quiere ser el rey, siempre quiere ser el primero. Es vanidoso y orgulloso… ¡Es mi corazón!

Y el ermitaño orientador concluyó: De acuerdo a cómo luchemos, al empeño que pongamos, auto-conduciremos y dominaremos lo mejor que hay en cada uno de nosotros. Solamente así seremos personas de bien y para el bien.

VALORES QUE PRACTICA EL ERMITAÑO

VIRTUDES QUE ENSEÑA A PRACTICAR

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Ejercicio Formativo - Un carpintero ya entrado en años estaba listo para acogerse a retiro de su vida laboral. Le compartió a su jefe sus planes de dejar sus agotadoras y exigentes funciones para relajarse, descansar y llevar una placentera vida de hogar con su esposa y disfrutar de su familia.

Él iba a extrañar su cheque con el sueldo mensual, sin embargo por algunos achaques de salud y por su edad necesitaba jubilar. En familia superarían esta etapa de la vida y la respectiva situación económica, organizándose de alguna manera.

El jefe sentía de verdad que tan buen empleado dejara la Empresa Constructora y le pidió, como un favor personal, si podría construir solamente una casa más.

El carpintero accedió, sin embargo se notaba fácilmente que no estaba poniendo todo el corazón en su trabajo. Utilizaba materiales de inferior calidad y el trabajo era deficiente. Era una desafortunada manera de terminar su desempeño profesional, después de una dilatada carrera.

Cuando el carpintero terminó su trabajo, se lo comunicó a su Jefe para que fuera a inspeccionar la casa. Al terminar la supervisión, el Jefe le extendió al carpintero las llaves de la puerta principal diciéndole: “¡Esta es tu casa! ¡Es el regalo de reconocimiento de la empresa para ti!”

A.- A partir de la narración precedente, reconozca y defina con sus propias palabras tres (3) “competencias valóricas”, “actitudes éticas” o “virtudes morales” presentes en el relato.

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B.- Reconozca y defina con sus propias palabras tres (3) “contravalores”, “vicios morales” o “actitudes éticamente destructivas” presentes en el relato.

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