VIDA: LA NOCIÓN DE VIVIR
Enviado por tolero • 19 de Diciembre de 2017 • 1.511 Palabras (7 Páginas) • 405 Visitas
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Ortega hace un llamado no a él “yo” que generalmente creemos que es nuestro cuerpo, alma, conciencia o carácter. Se refiere al yo que vive en lo cotidiano y al que se le ha dado un cuerpo, alma, y se va formando a medida que se relaciona con su circunstancia, que no es que el mundo vital donde se encuentra el sujeto, incluyendo tanto al entorno físico como mental (personas, historia, cultura). No se encuentra primero uno y luego el mundo, el yo se encuentra en el mundo, con su mundo. Por ello, la frase de que “el hombre no tiene naturaleza, solo tiene historia” o el pensamiento de Jean- Paul Sartre de que la existencia precede a la esencia.
Para el filósofo madrileño una buena biografía se hace primero determinando cual era la vocación vital del individuo, lo que la persona tenía que haber sido. Luego se analizaría qué tan fiel fue aquel hombre a ese destino singular con sus obras. Con ello podemos concluir que tan efectiva fue su vida. Se entiende por vocación como un motivo, una afición autentica, sincera, innegable necesidad. No confundiéndola con una carrera, que es un esquema social. Si no que la vocación es una afición mayor, un camino, su proyecto vital a partir de las circunstancias que le ha tocado vivir. Cada hombre es un proyecto vital, un plan sobre la vida, una interpretación de la realidad y aspirar a hacer algo que no es pero que se intenta llegar a ser. Evitar dicha vocación se puede dar por no hacer nada, o por estar completamente absorto, nublado en el diario vivir. La persona tiene libertad de escoger que ser, lo único de lo que no somos libres es de existir y ser libres, que son imposiciones del nacimiento.
El proyecto vital de cada persona es su razón de ser. Cada individuo debe descubrirlo por sí mismo. Si lleva una vida feliz a pesar de los problemas ha acertado, si se siente vacío, ha fallado. O quizás, creer ser feliz, tomando relevancia el concepto de que la ignorancia es la felicidad, pues nunca alcanzamos a divisar con total claridad, el fin último de lo que llamamos "proyecto" vital. La felicidad es el fin, la obtención de la "verdad" individual y particular de cada uno, que nos aporte un equilibrio, una paz. Y es ésta paz, la consecución y la superación de circunstancias adversas, que nos hace saber en nuestro interior que al menos lo estamos intentando.
El ser humando tiene la facultad de decidir si va por su destino o no. Aquellos que no logran realizar su proyecto vital, la vida se les vuelve equivoca, errática, inauténtica, nada tiene sentido, padece desorientación, depresión, y por ende son embaucadores, farsantes, histriones, de nada disfrutan, caen en una angustia existencial. El tipo de sujeto que Ortega propone es un ser que puede vivir la vida de forma autentica o falsearla, todo depende de que logre encontrar y desarrollar su proyecto, logrando integrar todas las inevitables realidades de que se compone su vida en un conjunto armónico que haga posible aceptar y disfrutar de la existencia, incluso de lo que le parece desagradable.
El hombre desde que está en el mundo tiene la capacidad de elegir y elegirse a cada instante. Es necesario que se haga a sí mismo, que construya su propia esencia en el transcurso de su camino vital. Que mediante la filosofía, elija entre sus ideas y las que su entorno le ofrece, creando un vínculo en el que confié y se sienta seguro, es decir, darle sentido a las cosas y así cumplir con dos necesidades: adaptarse al medio y adaptar el medio para él. Aquella reforma que logra hacerle a la naturaleza en busca de satisfacer sus necesidades se llama: técnica.
Desde el punto de vista de la circunstancia es muy importante la relación con el pasado y más aún con el presente, el ahora. Decidimos el futuro, pero para realizarlo tenemos que contar con el pasado, servirnos del presente y actuar en el presente. Ya que el futuro no es uno cualquiera, es “nuestro futuro” el que corresponde a partir de las decisiones que tomamos en el presente. Igualmente el pasado no es el de otras épocas, es el de nuestro presente. Nuestro tiempo es nuestra misión, nuestro destino. Ya que nuestra vida está atada a nuestra circunstancia.
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