Lideres extraordinarios

Jezer Donald Ayay Pinedo

Líderes Extraordinarios

Introducción

Cuando era adolecente creía que había nacido sin talento, tampoco había identificado cuales eran mis fortalezas, tenía amigos que eran buenos líderes y los admiraba, me conformaba solo con ser un subordinado esperando la orden para actuar, a los 25 años después de haber leído varios libros y meditado en lo miserable que se estaba volviendo mi vida tome la decisión de cambiar de actitud, empecé a profundizar del porqué de mis temores, me cuestionaba porque no me atrevía hacer algo diferente y luchaba con ello pero empecé a persistir, en tratar de cambiar mi forma de pensar, empecé a creer que había nacido con un propósito en esta tierra, comencé a  ver a las personas no como si ellos solo me cuestionaran, si no como si  me amaran y aprender amarlos también, comencé a levantar la mirada y darme cuenta que tenía un mundo por conquistar, deje de criticar y empecé actuar, entonces mi vida fue dando un giro que cuando miro atrás me pregunto ¿cuándo fue que cambio todo? y creo que todo empezó cuando tome la decisión de querer ser alguien extraordinario, en la actualidad lidero un equipo de trabajo en una importante institución en la cual estamos haciendo historia en el área que me asignaron, es por ello que a través de este ensayo dejo algunos procedimientos que me ayudaron a transformar mi vida de lo común a lo extraordinario.

Desarrollo

El contexto actual en el que vivimos las empresas demandan de un liderazgo extraordinario, para sacar adelante y cumplir los objetivos de las compañías que representamos en estos difíciles momentos que el planeta está atravesando, es por ello que a través de este ensayo quiero recalcar que no es suficiente con ser conocido como el que hace bien las cosas, si no ser reconocido como alguien extraordinario en su liderazgo, pasar a ser de lo necesario a lo imprescindible, para ello se requiere cambiar de actitud e inyectarnos una dosis de optimismo para cambiar nuestro carácter y ajustar nuestra manera de pensar en la forma de como tratamos a las personas, ser persistentes con lo que nos proponemos, identificar  nuestra fortaleza y repotenciarlos, son los procedimientos que deberíamos tener en cuenta para alcanzar ese extra que nos llevara a la satisfacción de los que marcan la diferencia.

En mi experiencia he logrado trabajar con distintos tipos de líderes, algunos que inspiran confianza otros que trasmiten miedo, también los que te exigen resultados, pero no se involucran con el equipo, puede parecer ser fácil ser un líder motivador y extraordinario sin embargo hay varios factores que influyen para que una persona pueda sorprender al mundo con su liderazgo. Algunos nacen con esa capacidad innata, pero si no lo desarrollan se quedan solo con lo ordinario, pero están los que se esfuerzan ponen ese extra en todo lo que hacen, ellos sin embargo se convierten en lideres extraordinarios que no solo serán capaces de formar a las personas y lograr las metas si no que dejaran huella por donde pasen.

“La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren, hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres cuya conciencia sea tan leal como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia, aunque se desplomen los cielos.” (White, 2009).

En estos tiempos de cambio donde las organizaciones han tenido que reinventarse o buscar nuevas estrategias para lograr los objetivos en estos tiempos difíciles, surge la necesidad de un nuevo liderazgo de hombres que se mantengan firmes, aunque se desplomen los cielos como diría Elena G de White, lideres comprometidos con su organización y no tenerle miedo a las innovaciones, capaces de arriesgar con prudencia, pero sobre todo valorando a las personas que le rodean, brindándoles confianza y sientan que estas interesado por su bienestar ya que un colaborador estable emocionalmente, motivado y a gusto con su equipo traerá beneficios a la organización ya que la única manera de poder llegar a los objetivos es a través del equipo que un líder pueda formar.

“Si deseamos ser buenos líderes debemos recordar que todo está en nuestras manos y que depende de nosotros querer ser extraordinarios, o aún más importante, está en nuestra mente. Somos lo que pensamos. Nuestra imagen determinara los resultados. Logras convertirte en un líder mucho más eficaz al cambiar el concepto de ti mismo: el modo en que piensas en ti como líder.”(Brian Tracy, 1384).

He conocido líderes que suelen tener una imagen pedante, donde por temor a perder el puesto someten a miembros de su equipo, se concentran más en conservar la posición en la que se encuentran que en el objetivo de la empresa, es por ello la importancia del cambiar nuestra actitud, nuestra manera de pensar, estar seguros y convencidos de que nosotros nacimos con un propósito en esta tierra, nacimos para brillar, para dar luz, no somos producto de la casualidad, cuando entendamos  nuestra misión y nazca ese pensamiento de que la solución está en nosotros entonces estaremos abriendo camino a convertirnos en ese líder extraordinario que toda compañía necesita.

Cuando cambiar nuestra actitud con nosotros mismos, lo que viene es velar por el equipo que será el que logre que los resultados sean favorables, tratándolos con importancia, hacer que se sientan apreciados y darles la confianza de que más que un equipo de trabajo son una familia.

Con respecto a tratar con importancia al equipo lo que menciona (Brian Tracy, 1384) que existen cuatro maneras para que las personas se considere trascendental en su organización, y cada una de ellas empieza por la letra A. El primer lugar es el aprecio. Acostumbrarnos cada vez que tengamos la oportunidad para agradecer a las personas por la calidad de su desempeño laboral y su rol al momento de convertir la compañía en un éxito. Cada vez que agradecemos a nuestros colaboradores se sentirán más valorados y se sentirán más motivados para demostrar su verdadero valor. La segunda manera que podemos hacer para que las personas se sientan importante es mostrándoles aprobación. Enaltece a las personas en cada momento, por cada logro, sea grande o pequeño. Elógialos también por sus propuestas y puntos de vista: por lo que participan en beneficio para la organización. Las personas se tomará los elogios con mucho agrado. Su autoestima y su valor incrementaran. Es muy importante elogiarlos inmediata y específicamente, para que las personas sientan la sinceridad del alago. La tercera manera en que podemos promover un sentimiento de importancia y valor en nuestros colaboradores es por medio de la admiración. Halágalos constantemente, ya sea por sus rasgos, como la perseverancia del buen trabajo que realizan, ya que el modo más importante de hacer que las personas se sientan importante y valorada es por medio de la atención. No pondrán corazón a los objetivos de la compañía si sienten que siempre son ignorados.