Prohibición al tabaco: Una ley para proteger la vida

PROHIBICION AL TABACO: UNA LEY PARA PROTEGER LA VIDA 

España comienza el año 2006 con la polémica ley del tabaco y la prohibición de fumar en centros públicos está ley género que se abrieran diversos debates entre los fumadores, no fumadores, comercializadoras y centros de producción de tabaco, dado que está venía con el objetivo de proteger a las generaciones presentes y futuras contra las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales y ambientales del consumo de tabaco y de la exposición al humo de tabaco proporcionando un marco para las medidas de control del tabaco. 

Desde hace mas de 10000 años se tienen registros del uso del tabaco por parte de diferentes culturas, sobre todo como parte de ritos religiosos y bajo la creencia de que este poseía propiedades curativas, hasta que en 1881 se patenta la primera máquina capaz de producir cigarrillos dándole un giro de 180° a la concepción que se tenía de esta planta[1]. Durante finales del siglo XIX y parte del siglo XX el consumo de cigarrillo se hizo altamente popular alrededor del mundo, a la par de esto diferentes estudios científicos, irían descifrando el carácter perjudicial de este producto hacia la salud publica, entre los distintos efectos adversos que se han investigado se puede encontrar cancer de pulmón, esofago, laringe, riñón, higado y pancreas además de Leucemia mieloide aguda en el caso de fumadores activos[2]. 

Esto sumado a que para en ese momento España había sido uno de los países menos regulados de la UE, ocupando el puesto 24 de un total de 28 países en lo que se refiere a medidas de prevención del tabaquismo[3] impulsaría al gobierno español a expedir la ley 28/2005 la cual en su articulo 3 reza: 

“Se prohíbe totalmente fumar, además de en aquellos lugares o espacios definidos en la normativa de las Comunidades Autónomas, en:  

a) Centros de trabajo públicos y privados, salvo en los espacios al aire libre.  

b) Centros y dependencias de las Administraciones públicas y entidades de Derecho público.  

c) Centros, servicios o establecimientos sanitarios.  

d) Centros docentes y formativos, independientemente de la edad del alumnado y del tipo de enseñanza.   

 e) Instalaciones deportivas y lugares donde se desarrollen espectáculos públicos, siempre que no sean al aire libre..   

f) Zonas destinadas a la atención directa al público.”      

Además de esto esta ley también regula la venta y publicidad de estos productos[4]. Lo cual traería gran rechazo por parte de los consumidores de cigarrillo y las tabacaleras aludiendo que esto era un atentado hacía su libertad lo cual no solo no tiene fundamento debido a que la misma ley también crea “salas para fumadores”[4] sino que además el gobierno español al tener el título de estado de derecho[5] debe velar por el bien colectivo sobre cualquier interés individual o empresarial tenía la obligación de reglamentar esta actividad debido a que además de los ya mencionados efectos que tiene el cigarrillo sobre las personas fumadoras, estudios como el realizado por el departamento de salud de los Estados Unidos[6] exponen los distintos riesgos que trae el humo del tabaco en el ambiente hacía las personas que comparten espacio con los consumidores activos de este producto entre los cuales podemos encontrar aumento de probabilidades de sufrir enfermedades coronarias, cáncer de pulmón,  asma y facilidad para contraer distintas infecciones respiratorias, además de ser un potente agente adictivo debido a que la nicotina actúa sobre las áreas del cerebro que regulan las sensaciones placenteras, provocando la aparición de dependencia[7].