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La deserción en Colombia

Enviado por   •  27 de Octubre de 2020  •  Informe  •  2.287 Palabras (10 Páginas)  •  337 Visitas

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La deserción en Colombia como producto de la reprobación y a la capacidad económica de los colombianos y cómo manejarla

La deserción escolar es una problemática global que pone en riesgo la calidad de capital humano de los países y las oportunidades de sus habitantes, y que, además, se ve influenciada por factores presentes en el entorno. En el caso de Colombia, la deserción está presente en todos los niveles educativos, y ocurre, principalmente, debido a la baja capacidad económica de algunos ciudadanos, así como la reprobación en uno o más niveles académicos de los estudiantes. Por lo tanto, recientemente se han implementado medidas para lidiar con estas situaciones, y reducir el descuido a la escolaridad. Con esto en mente, el presente texto pretende contextualizar las problemáticas en el ámbito internacional, estudiar las razones base de la reprobación y deserción en Colombia y finalmente, presentando y evaluando algunas políticas que han sido claves a la mejora de las cifras de dicha problemática en el país.         

A raíz del fenómeno que representa la reprobación y deserción en Colombia, es menester llevar a cabo la construcción de políticas públicas en las que se pueda trabajar dichas cuestiones. Se resalta que, entre las principales causas de este fenómeno se encuentran la baja capacidad económica en gran parte de la población civil  y la reprobación en los distintos grados escolares, de este modo, en los últimos años se ha atenuado un impacto a través de la promulgación de leyes y decretos por parte del sector estatal para remediar dicho asunto. Si bien, la implementación de políticas públicas es el camino idóneo para combatir la deserción y la reprobación eficazmente en Colombia, estas no deben estar basadas sobre el concepto de “promoción automática”. Debido que, si bien se pueden mejorar los indicadores, esta medida no contribuye a una formación íntegra de los estudiantes, y genera impactos a corto y largo plazo sobre la motivación y preparación dentro de las aulas de clase. Así pues, la política pública que solucione el problema debe partir del entendimiento multidisciplinario que compone el fenómeno, esto es: el contexto, el individuo, las situaciones familiares y las instituciones que contribuyan a mejorar los índices de reprobación y permanencia en el sistema educativo.

El conocimiento y el aprendizaje han jugado un rol importante en la vida de los individuos, poco a poco se comenzó a evidenciar el impacto positivo que tiene la educación sobre el capital humano y por ende, sobre el crecimiento económico de una nación. Así pues, con el paso del tiempo, los países han enfocado su atención en desarrollar e implementar sistemas educativos que promuevan e incrementen la productividad de sus ciudadanos, lo cual ha aumentado el nivel de escolaridad y matrículas en general. Por ejemplo, hay países que han logrado su objetivo, como lo son Finlandia y Corea del Sur, pues han logrado reducir la deserción (Ver Anexo 1), y actualmente son vistos como un modelo a seguir en sus sistemas educativos. Sin embargo, otros países no han logrado diseñar políticas dirigidas al sistema educativo que sean coherentes con su situación socioeconómica. En consecuencia, han surgido problemáticas como la reprobación y la deserción escolar, como bien menciona el Banco Mundial, “estar en la escuela no es lo mismo que aprender” (Banco Mundial, 2019). Esto hace referencia a la ineficiencia de la educación en un país en transmitir el conocimiento necesario a los estudiantes por medio de los métodos y sistemas tradicionales y novedosos; así mismo, según la UNESCO, estos fenómenos se ven agravados por situaciones como el conflicto armado, la pobreza y la ubicación de algunos países. Por ejemplo, en la zona de África Subsahariana el 60% de los niños de edades entre 15 y 17 años no están en la escuela, debido que están en edad de trabajar, y en muchas ocasiones no tienen más opción. Esta región cuenta con los índices más altos de exclusión en temas de educación, y es también, una zona que atraviesa todas las situaciones mencionadas anteriormente (UNESCO Press, 2016). Al ser esta una situación urgente, la mayoría de los países se han unido al compromiso enmarcado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se centra en brindar educación de calidad desde la edad más temprana, para así asegurar un ciclo completo de aprendizaje y eliminar las barreras que hay entre cada etapa educativa.

El caso colombiano es un fenómeno histórico ampliamente discutido por diversos autores sin llegar a un consenso de la manera más adecuada para cuantificarlo y explicarlo. En el país, la dificultad de atacar esta problemática está ligada al desconocimiento de las causas directas e indirectas debido a una falta de rigurosidad en la medición por parte del Ministerio de Educación Nacional (MEN). De acuerdo con los datos de esa institución, de 2010 a 2014 hubo una disminución del 1,73%; de 2015 a 2016 se evidenció un aumento, seguido por una disminución hasta llegar a la tasa actual promedio de 3,03%. Lo anterior, no es muy diciente per se, por lo que el MEN lo mira a la luz de la proporción de estudiantes que reprueban el año escolar y no se matriculan el siguiente año lo cual, secuencialmente, demuestra que es un factor o causa de la deserción. Sin embargo, la creación de políticas públicas – tema abordado seguidamente – y de soluciones, en general pide más entendimiento de la situación. Por eso, en la nota técnica sobre deserción en Colombia, Rodríguez-Bayona explica que el MEN podría no usar únicamente un indicador – la deserción intraanual – para abordar la totalidad del desafío y propone el análisis de otros factores exógenos como: el individual, las dificultades particulares del estudiante, factores familiares, institucionales y contextuales. Para medir estos componentes, sea trae a colación una encuesta del DANE titulada “¿Cuál es la razón principal para que no estudie?” demostrando que, si bien las razones varían por género y edad, la reprobación de algún año escolar y las dificultades económicas como la necesidad de trabajar, de encargarse de los oficios del hogar o la falta de recursos son constantes para todos. Por lo anterior, es imperativo reconocer que la deserción es una problemática multidisciplinaria causada principalmente por la reprobación y la baja capacidad económica.

Una de las cuestiones a tener en cuenta a la hora de hablar de la deserción y reprobación de niños y jóvenes en la educación colombiana son los planes y estrategias por parte del gobierno para tratar estas problemáticas. Si bien hay quienes ven diversas causas socioeconómicas para la deserción educativa, la reprobación escolar llega a ser una de las principales causas de la problemática. En Colombia, los últimos 40 años fueron fundamentales para trabajar conjuntamente para reducir las tasas de reprobación y deserción en el país, las cuales, a mediados de los años 80, superaban el 15% a nivel mundial (Bayona Rodríguez, 2018). En 1987, cuando el gobierno colombiano creó el decreto 1469, en el cual se establece que “la promoción automática en el nivel de educación básica primaria será de obligatorio cumplimiento para los institutos docentes oficiales y privados”, fomentando y asegurando la promoción educativa de cada estudiante en su respectivo año escolar. Aún así, este decreto señalaba que al siguiente año escolar, la institución debía apoyar a cada estudiante en la asignatura en la que tuviera problemas. No obstante, los impactos de esta política son cuestionables, pues si bien hubo una mejora de los índices de reprobación y deserción, la promoción automática generaba que los estudiantes no debieran cumplir los estándares básicos para aprobar, dejando vacíos académicos y mal preparación para los años siguientes. Igualmente, a largo plazo, esto también influiría en la calidad del capital humano del país. En 1994, este decreto fue suplantado por la Ley 115, donde se les da vía libre a las instituciones educativas para reprobar a sus estudiantes según sus criterios de evaluación. En el 2002, el gobierno colombiano, con el fin de disminuir las tasas de reprobación, estableció el decreto 230, donde se establece que el 95% de los estudiantes debían aprobar el año escolar. Sin embargo, actualmente rige el decreto 1290 de 2009, donde no se limita la cantidad de estudiantes que pueden reprobar en las instituciones. Esto, evidencia que el tema de regulación a la reprobación en Colombia, se presenta en un debate tan controversial, puesto que se han realizado muchas modificaciones a las leyes con el fin de regular  la tasa de reprobación y sigue teniendo una cantidad de falencias estructurales que debilitan cada vez más el sistema educativo del país. Si bien esto puede evitar que niños con aptitudes insuficientes aprueben cursos sin haber cumplido sus requisitos, también deja abierta la pregunta, ¿hasta qué punto se le debe dar autonomía a las instituciones educativas para juzgar quién cumple o no con los requisitos y capacidades para ser promovido a un nuevo curso?.

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