A continuación presentaremos un breve ensayo basado en la calidad

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Al cabo de un tiempo fue galardonado con el premio a Calidad del Año y esta fue su conclusión:

No piensen que los clientes dicen carecen de valor por no saber definiciones exactas con relación a la calidad, porque una cosa es cierta: La reconocen cuando la ven.

Esta fábula tiene como moraleja varios mensajes transcendentales en la vida empresarial tales como:

- Escuchar a nuestros clientes ya que sus críticas nos guían hacia su satisfacción. Estas nos permiten saber qué es lo que quieren y como los quieren.

- La calidad es la que fortalece nuestra marca en el mercado, todos queremos productos de calidad.

- La gerencia es responsable de la calidad y a su vez debe involucrar a todo el personal para que velen por ella.

- Detectar los errores nos garantiza prevenirlos y consecuentemente tener menos perdidas.

En el mundo de los negocios hay que estar atentos a los cambios, por ello la innovación es una de las claves para preservar nuestra rentabilidad en el mercado. Los clientes buscan perenemente soluciones a sus necesidades y debemos estar prestos para ofrecerles las mejores opciones.

Conclusión

Érase una vez una fábrica es un cuento didáctico que nos cuestiona intrínsecamente,

- ¿Escucho a mis clientes?

- ¿Estoy ofreciéndole soluciones a sus necesidades?

- ¿Tienen calidad mis productos?

- ¿Qué nos diferencia de la competencia?

- ¿Mis colaboradores están contentos con la manera en la que trabajan?

- ¿Se sienten parte de la empresa?

- ¿Detectamos los errores y los prevenimos?

- ¿La gerencia vela por la calidad de los productos y servicios de la empresa?

Podríamos cuestionarnos miles de interrogantes, sin embargo es esencial hacernos las preguntas anteriores y revisar si nuestra empresa cumple con esas expectativas.

Nuestros competidores siempre estarán mejorando sus procesos de calidad y de satisfacción al cliente, sino queremos perecer y seguir vigente en el mercado debemos

Atesorar los conocimientos adquiridos en esta didáctica fabula. Del gerente hemos aprendido a no rendirnos, a buscar soluciones, a observar y los más importante a escuchar a los clientes porque finalmente ellos son nuestro objetivo.