Actividad Integradora - Literatura

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Alfredo era distante conmigo, como si no le interesara, como si fuera alguien equis en su vida, comenzó a llegar tarde a casa, a no llegar a comer, a veces a ni siquiera dormir, sabía que mi matrimonio se había terminado, pero me apegaba a la mínima posibilidad de que esto se arreglara, pero nunca fue así, trate de hablar con el, pero él nunca presto importancia. Llego el día del nacimiento de mi bebe, lo que más me dolió fue no estar con Alfredo en esos momentos, él solo nunca llego, no fue ni por mí al hospital, me sentí mal, no podía creerlo.

Pasaron así seis meses, un día Salí a respirar, vi a Alfredo con una muchacha como de 20 años, ella cargaba a un niño mientras a ella la tomaba de la mano. Solté las bolsas de las manos y Alfredo volteo a verme, rápidamente me fui de ese lugar, Alfredo corrió detrás de mi

Alfredo: Elena no corras, Elena espera

Elena: Cómo pudiste hacernos esto, como fuiste tan sínico

Alfredo: déjame explicarte, las cosas no son así, escucha

Elena: no me digas nada, no quiero escucharte

Alfredo: Elena por favor

Elena: no hay nada que explicar. Ella es tu amante no lo niegues

Alfredo: Elena por favor, perdóname

Elena: esto se acabó, no voy a aguantar más tus indiferencias, tus maltratos, no voy a ser la que comparte el marido, no quiero verte más Alfredo vete de aquí y se feliz con tu ahora pareja.

Alfredo: Esta bien Elena solo pido tu perdón

Alfredo se fue y no lo volví a ver hasta el día del divorcio, había pasado ya muchos años y habíamos quedado de acuerdo en darle una manutención a los niños y así fue hasta ahora que el falleció, después de tanto tiempo, se fue, ahora si dejándonos completamente sin él.