LITERATURA ACTIVIDAD INTEGRADORA
Enviado por Eric • 4 de Abril de 2018 • 4.979 Palabras (20 Páginas) • 593 Visitas
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Nadie quería creer la muerte del párroco, al estar todos junto a su tumba Lázaro comenzó a escribir sus recuerdos agradeciendo a don Manuel por haberle dado fe y “por hacerlo un verdadero Lázaro resucitado”.
Lázaro y Ángela le ayuda al nuevo párroco a seguir los pasos de don Manuel, pero Lázaro se cada vez se sentía peor y pasaba horas a lado de la tumba de don Manuel. A Lázaro le llega una enfermedad que le arranca la vida y le dice a Ángela que rezara por él y por todos.
Ángela se queda sola ya con cincuenta años y toma conciencia de la vida, dice don Manuel convirtió a su hermano con un engaño, fingiendo ser creyente sin serlo y que don Manuel y su hermano en sus últimos minutos pudieron haber murto creyendo.
Ángela nos dice que cuando el obispo hace el proceso de santidad de don Manuel, le pide todo tipo de noticias y nos dice que ella nunca les revelo el terrible secreto del párroco.
“PEDRO Y JUAN”
Esta es una novela titulada “Pedro y Juan” que fue escrita por Guy de Maupassant. La novela nos habla sobre dos hermanos casi idénticos por lo que siempre estaban compitiendo para saber quién era mejor que el otro y cada vez más aumentaba la competencia, Pedro envidiaba mucho a Juan por los logros que conseguía por su inteligencia y bondad, su madre desde que ellos eran pequeños se daba cuenta de la rivalidad que había entre estos dos hermanos, el problema no termino ahí sino que ambos se interesaron en una mujer llamada madame Rosémilly, una mujer viuda y muy hermosa de veintitrés años cuyo hombre “capitán” había muerto en un naufragio, ella era muy bella, rubia, de ojos azules y una cabellera abundante y traviesa y con un estado económico muy bueno.
Un día Roland el padre invito a esa hermosa viuda de pesca junto con sus dos hijos y su esposa, la pesca no fue un éxito pero vieron un barco llamado “Normalía” por lo que se impresionaron al verlo y eso se convirtió de pronto en una aventura, por lo que el padre y sus dos hijos remaron lo más fuerte que podían para demostrar quién era el más fuerte y llegar al mismo tiempo a la Normalía aunque esto no fue posible, Pedro se cansaba muy rápido a pesar de que él tenía la ventaja de estar adelante, así que Juan tenía la oportunidad de impresionar a madame Rosémilly, pero Pedro no lo permitió y siguió remando aunque su alma estuviera fatigada, estuvieron andando hasta que por fin lo vieron era “El Normalía” por lo que Roland empezó con su clase de lo que se encontraba y lo que podía encontrar en ese lugar lleno de buques, las madame no lo escuchaban ni ponía atención, pues parecía que ellas preferían admirar ese gran océano con una hermosa vista, mientras que los que remaban “El Perla” lentamente hasta llegar al destino para ir de visita y dar un recorrido para terminar bien el día.
La familia regreso a su casa por lo que al llegar la sirvienta llamada Josefina le dijo al Sr. Roland que el Sr. Canu había llegado a la casa dejándole de recado que iba a tener una visita de él la tarde, todos se percataron y madame Rosémilly imagino inmediatamente que se trataba de una herencia, pero no lo creyó así, sino que este pensó que era una cosa que le provocaría un disgusto a su madre o algo peor.
La familia empezó a pensar en eso y a dar varias suposiciones y se fueron a cenar, al llegar le visita del notario, madame Rosémilly se retiró, todos permanecieron en silencio por un largo rato, hasta que se escuchó una voz en el aire por fin, se dieron cuenta que el motivo de esa visita era de una herencia que había hecho un viejo amigo de Roland a Juan, ya que el Sr. Monsieur Marechal había fallecido y este tenía de heredero a la única persona que había visto crecer y había podido convivir con ese pequeño, así que le tenía un gran afecto y le dejo toda su fortuna.
Después Pedro salió de la casa y se dirigió hacia las calles, en especial a la calle principal de El Havre, la calle París en ella caminaba agobiado, descontento como si algo anduviera mal y a la vez se sentía triste, una tristeza que no lo dejaba llegó a una plaza y enfrente estaba el café Tortoni donde llamó su atención el ir y tomar un café, pero al detenerse sabía que de segura abría personas que quizá conocía y con las cuales no quería hablar, solo quería estar solo unos momentos y poder despejarse.
Regresó y no sabía a donde ir, solo quería encontrar un lugar donde nadie lo molestara y se pudiera conectar con su espíritu., así que decidió ir a las escolleras del puerto, ahí se sentó y mientras observaba el profundo mar se hizo una pregunta, ¿qué me sucede esta noche? al buscar que era lo que tenía se encontró con que era la herencia de su hermano Juan, la cual al final de todo era lo que le rondaba en la cabeza y llegó a la conclusión de que sentía celos de su hermano y le tenía una envidia sin alguna razón o fundamento.
Se levantó y comenzó a caminar observando lo que la noche le ofrecía, unas estrellas radiantes, hermosas que en la oscuridad de la noche parecen cambiar de colores, rojas, verdes, amarillas, y el agua del mar que parecía como un espejo frente a él, en donde no se ve su fin, además los faros que iluminaban aquel puerto maravilloso; y en ese momento, salió la luna y se puso a espaldas de la ciudad como si fuera un faro enorme que llamaba su atención, al ver todo esto Pedro reflexionó y pudo contemplar todo la maravilla que tenía a su alrededor y él solo se enfocaba en sus problemas, a pesar de que vivía ahí nunca se había puesto a observar todo lo bonito de aquel lugar y ahora lo estaba contemplando como un niño. Siguió caminando entre los muelles y pudo observar a una persona que estaba sentado al fondo, como era curioso decidió ir a averiguar quién era, para su sorpresa cuando lo reconoció, era su hermano Juan quien al igual que él había salido a tomar aire fresco. Se sentó junto a él y platicaron unos momentos, Pedro le comentó que en ocasiones quisiera irse lejos, recorrer el mundo entero y conocer nuevas personas pero que para ello necesitaría mucho dinero, se detuvo al hablar ya que sabía que ahora su hermano tenía la oportunidad de hacerlo porque se convertiría en un hombre rico, sin más que decir se levantó y le dijo a Juan que le había encantado encontrarlo en ese muelle, le estrechó la mano y le dijo que lo quería y lo felicitaba por su fortuna.
Al caminar se preguntó a donde iría ya que aún se sentía frustrado, vino a su mente un viejo amigo farmacéutico, el viejo Marowsko, y fue de prisa hacia su casa. Cuando llegó se encontraba dormido y al oír sus pasos se despertó y cuando lo reconoció le ofreció un vasito de licor como estaba
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