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Analepsis y prolepsis en el relato de Pedro Páramo

Enviado por   •  29 de Marzo de 2018  •  1.550 Palabras (7 Páginas)  •  2.672 Visitas

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sentir como se me acercaba y daba vueltas a mi alrededor aquel bisbiceo apretado como un enjambre, hasta que alcancé unas palabras vacías de ruido “Ruega a Dios por nosotros” Eso oí que me decían. Entonces se me heló el alma, por eso es que ustedes me encontraron muerto.

-Mejor no hubieras salido de tu tierra ¿qué viviste a hacer aquí?

-Ya te lo dije que un principio. Vine a buscar a Pedro Páramo, que según parece fue mi padre. Me trajo la ilusión.

De esta manera el relato gira radicalmente y nos enmarca en la vida de una persona que creía tener un hijo, ella relata como eso fue mentira y posteriormente se cuentan los años de vida y apogeo de La Media Luna, pero ahora, desde los ojos de Fulgor, mediante un narrador heterodiegético y extradiegético, pues Fulgor estuvo presente en los primeros años de vida de Pedro Páramo y brinda una perspectiva diferente en cuanto a la vida de la figura, por lo que nuevamente se entra en una línea temporal diferente, y evidentemente, la figura de Juan Preciado ha quedado olvidada, al menos durante ese pasaje del libro.

Considero que en este ejemplo particularmente, y al parecer en todo relato donde se habla de diferentes entidades narrativas, pues se crean diferentes niveles de narración y entre ellos el nivel metadiegético, puesto que cada entidad refleja su propia versión de la historia y evoca siempre a la memoria, pero lo hace construyendo una historia tomando como base el relato primero, así como ya lo he descrito; las entidades toman siempre como referencia el relato de Juan Preciado y parten del mismo para crear historias diferentes, que si bien son analepsis internas, brindan una mejor explicación a las acciones tomadas por Pedro Páramo y juegan a otorgarle una identidad mucho más compleja que la que se creía en un principio.

Así al encontrarnos inmersos dentro de la narración, nos damos cuenta que cada relato contado por alguna entidad, nos lleva a otro nivel dentro de la obra; por ejemplo, el relato de Juan Preciado, en un principio es la base, pero al encontrarse a Eduviges, entramos en un nivel metadiegético, luego con el relato de Dorotea, se hace una analpesis interna, si bien la historia que cuenta es diferente a la buscada por Juan, surge basándose en su relato, y también en este caso se abre un nuevo nivel, un meta metadiegético, o meta II, y así sucede con cada personaje que sea dotado de voz.

Incluso el relato de Susana puede resultar el más curioso dentro de la narración, pues desde mi perspectiva es un relato que surge sin fondo y sin un escenario previo.
Pues al leer las líneas: “estoy acostada en la misma cama donde murió mi madre hace ya muchos años, sobre el mimo colchón; bajo la misma cobija de lana con la cuál nos envolvíamos las dos para dormir.” Pues resulta que las cosas que se cuentan parecen proceder de Dorotea, sin embargo al término de dicha sección, las palabras de Juan Preciado, que ya yace muerto junto a Dorotea demuestran algo diferente, y nuevamente la historia parece entrar en otro nivel narrativo.

Las palabras: -¿Eres tú la que ha dicho eso, Dorotea? -¿Quién, yo? Me quedé dormida un rato. ¿te siguen asustando? Hacen que la historia origine un nuevo nivel de narración y aparece una nueva entidad narrativa, aunque en este caso y a diferencia de los demás personajes, la historia aparece antes que el personaje, por lo que considero que el relato de Susana es el más cargado de misterio y el que, durante una lectura normal, sería la última entidad narrativa en ser descubierta.

Pese a lo anterior, es curiosa e interesante la manera en la que todos los relatos en niveles metadiegéticos diferentes, siempre recaen en la figura de Juan Preciado, que al parecer, más que ser el hilo conductor de la historia, es el detonante para que la figura de Pedro Páramo pueda salir a la luz en cada ocasión. Así que considero que el verdadero conductor de la historia no es Pedro Páramo como tal, sino la figura que se construye en torno a él y el mismo pueblo de Comala, pues ahí, todo lo recuerda, hasta el viento.

Hacer un análisis detallado de una obra de estas características es complejo, pues muchas de las nociones básicas de narratología parecen difíciles de encontrar en esta obra que no es por nada sencilla, pero de alguna manera siempre se encuentra presente la figura de Pedro Páramo, Comala y los muertos que regresan a la vida para perderla de nuevo, por ello creo que Pedro Páramo es de las más grandes obras que se hayan escrito y también, por desgracia, de las menos comprendidas y estudiadas.

Bibliografía:
Juan Rulfo, Pedro Páramo, 1953, editorial Anagrama, 122

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