Comentario literario de Cielo, Pizarnik

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El segundo momento temático se extiende desde el verso diez hasta el veintitrés inclusive. Se inicia este momento con otro verso en gerundio “sigo caminando” la idea de continuidad nos hace pensar que en otros momentos el yo lírico ha mirado al cielo en busca del rostro de su amado. La desilusión la atrapa y confunde “un cocktail mental embaldosa mi frente/ no sé si pensar en el cielo o en ti” la metáfora indica la mezcla de sensaciones, emociones y pensamientos que inquietan. El cielo no sólo es el lugar donde busca el rostro de su amado sino que también es objeto de sus pensamientos. Duda, no puede definir en quién pensar y se plantea dejarlo a la suerte “y si tirara una moneda? (cara tú seca el cielo). La pregunta retórica tiene arbitrariamente un destinatario “tú”, pero en el verso siguiente da la respuesta en forma exclamativa y descarta toda posibilidad de dejarlo a la suerte, “no! Tu ser no se arriesga y/ yo te deseo te de- se- o! No está dispuesto a que la suerte determine que tiene que pensar en otra cosa que no sea su amado, porque es él quien le despierta las más profunda de las sensaciones, el deseo. Pero el cielo sigue presente tan quieto y ciego como el ser amado “cielo trozo de cosmos cielo murciélago infinito/ inmutable como los ojos de mi amor” la comparación remite a la indiferencia que recibe del ser amado, la indiferencia, la ceguera y el cielo inmenso e imperturbable son parte de la dualidad en la que vive el yo lírico.

En el verso dieciocho la voz poética incluye al receptor de sus pensamientos, “pensemos en los dos”, pero no se refiere al tú y yo, sino que a “los dos tú + cielo = mis galopantes sensaciones”, queda así nuevamente expuesta la dualidad de los pensamientos del yo lírico. La incorporación de signos matemáticos nos permite inferir que definir en quién pensar le resulta una ecuación imposible de resolver. La imagen cinética, “galopantes sensaciones” indica que son inquietas, cambiantes. Por eso las define mediante una enumeración de adjetivos a los cuales la creatividad de la poetisa le incorpora el prefijo “bi” para establecer la dualidad de las emociones: “biformes bicoloreadas bitremendas bilejanas” Este momento temático se cierra con la repetición y transformación de la última palabra de la enumeración “bilejanas”, “lejanas lejanas/lejos”. El yo lírico se siente lejos de todo, frustrado.

El último momento temático retoma la repetición del momento anterior para afirmar que no puede pensar en su amado, “sí amor estás lejos como el mosquito/ sí! Ese que persigue a una mosquita junto /al farol amarillosucio que vigila bajo el / cielo negrolimpio esta noche angustiosa/ llena de dualismos” La claridad celeste del inicio del poema se transforma en el últimos versos para acompañar la confusión del yo lírico, para eso se combinan en oxímoron las imágenes cromáticas “amarillosucio”, “negrolimpio” y por primera vez aparece una marca temporal, que indica que la dualidad en la cual se encuentra inmerso es en “esta noche angustiosa” y la frustración se apodera del yo lírico. Los pensamientos se agolpan en su cabeza, las emociones en su cuerpo, pero su amor es inalcanzable y el cielo sólo vigila inmutable su desdicha.

El tema del poema es la frustración ante el amor/la dualidad sentimental/la angustiosa confusión del yo lírico (elegir sólo uno). Alejandra Pizarnik propone un tono melancólico que en forma ascendente se transforma en angustiante: “pienso en tu rostro, yo esperaba verlo, yo te deseo, inmutable como los ojos de mi amor, noche angustiosa”. En cuanto al vocabulario, este es simple, pero como marca personal la autora incorpora palabras que transmiten toda su subjetividad: “biformes, bicoloreadas, bitremendas, bilejanas, amarillosucio, negrolimpio”.

Este poema forma parte de un poemario muy breve y casi olvidado por la crítica literaria como así también por su propia autora. Es interesante porque forma parte de su etapa de aprendizaje y nos permite saber que desde sus inicios el amor contrariado, las confusiones, las frustraciones serán motivo de su poesía. La transgresión de la sintaxis y la puntuación forman parte de las características de la autora y están presentes en este poema. Los recursos predominantes son las imágenes sensoriales que logran transmitir el complejo mundo emocional del yo lírico. ( 1143 palabras)