Desigualdad de ingresos
Enviado por monto2435 • 31 de Enero de 2018 • 2.510 Palabras (11 Páginas) • 366 Visitas
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La segunda contribución en importancia proviene del efecto participación de las transferencias monetarias. En este período hay un aumento importante tanto en el monto de las transferencias monetarias como en el número de perceptores, desarrollos que aportan a la caída de la desigualdad en la medida que la masa de subsidios se concentra en los quintiles bajos. Los resultados de esta sección reflejan las tendencias que efectivamente viene mostrando los micro-datos de las encuestas de hogares. Esta es una metodología distinta a la usada por Sapelli (2011), quién realiza un análisis de cohortes sintéticas para concluir que la desigualdad de ingresos tiende a caer debido a que las generaciones más jóvenes traen consigo una distribución más igualitaria del capital humano.
Cap III: La participación en el ingreso del 1% más rico[4]
Las encuestas de hogares constituyen la fuente de información más utilizada en la actualidad para medir la desigualdad de ingresos. Sin embargo, las encuestas no capturan bien los ingresos más elevados debido a subreporte de la variable por parte de los perceptores o porque estos simplemente no responden las encuestas. La omisión es relevante en la medición de la desigualdad, puesto que estos grupos pueden concentrar una parte significativa del ingreso nacional.
Por ello, ha habido creciente interés a nivel internacional por el uso de registros tributarios para medir la participación en el ingreso del segmento más alto como el 1% más rico. Los registros tributarios son especialmente informativos de los ingresos más altos, puestos que estos siempre son sujetos del gravamen. En cambio, los ingresos medios y bajos pueden estar exentos del pago del impuesto o ser de carácter informal, pero su omisión no afecta el cálculo de la participación del segmento más rico. Para Chile es posible estimar la participación del 1% más rico de perceptores de ingresos a partir de la información que publica el Servicio de Impuestos Internos (SII) en su página web referente a tramos del impuesto a la renta personal, número de contribuyentes e ingresos promedio. El ingreso relevante es aquel que consolida los ingresos del trabajo, ingresos del capital y pago de pensiones. Los tramos se definen según tasas del impuesto y no corresponden exactamente a percentiles de contribuyentes, por lo que se necesitan realizar interpolaciones [5]para obtener el ingreso del grupo de interés (1% más rico). El procedimiento es estándar en la literatura y para ello se recomienda utilizar la función de distribución de Pareto, que ofrece una buena representación de la parte alta de la distribución de ingresos. Para estimar la participación del 1% se utiliza como ingreso de referencia el total de ingresos declarados en el impuesto a la renta al Servicio de Impuestos Internos. En Chile este es un buen referente dado que todos los perceptores deben informar sus ingresos al SII, siendo este procedimiento realizado por la entidad pagadora, en el caso de salarios y pensiones. A modo de comparación se estima también la participación del 1% de perceptores de mayores ingresos en base a los datos de la encuesta Casen. Las cifras para Chile no parecieran ser demasiadas elevadas en la comparación internacional. En primer lugar, Chile presenta una alta tasa de evasión del impuesto a la renta personal. Segundo, alrededor de dos terceras partes de las utilidades de las empresas no son distribuidas a sus dueños, sino que reinvertidas en las empresas o en fondos de inversión.
Cap IV: La desigualdad en la agenda pública
El capítulo ha mostrado que la desigualdad de ingresos ha venido cayendo en Chile desde el año 2000, que los aumentos de gasto social de las últimas décadas han reducido las brechas de recursos que disponen los hogares en el país, y que la pobreza se redujo a una quinta parte entre 1990 y 2013. No obstante estos avances, la temática social y la desigualdad han adquirido cada vez mayor protagonismo en el debate público. A este respecto, hay autores que identifican a la desigualdad como la causa subyacente en el malestar social y las masivas manifestaciones de años pasados.
Asimismo, en el Programa de Gobierno de Michelle Bachelet (2013) la desigualdad es sindicada como el principal problema a resolver para que el país pueda lograr el desarrollo. Por una parte, Chile sigue siendo un país que presenta un elevado nivel de desigualdad en la comparación internacional. En el país hay grupos de la población que acceden a niveles de bienestar que son propios de los países más desarrollados mientras que otros viven en condiciones de pobreza y marginalidad; entre estos extremos hay una clase media relativamente acomodada y que ha crecido en los últimos años pero también hay una clase media baja cuyos niveles de ingresos son precarios y que viven sujetos a incertidumbres y vulnerabilidades en lo económico. Las brechas de ingresos no solo se traducen en desiguales niveles de bienestar asociados a la disponibilidad de bienes y servicios, sino que generan segregación entre los diferentes grupos socioeconómicos. Los pobres tienden a ser estigmatizados por vivir en barrios marginales donde abundan la delincuencia y el narcotráfico. Los sectores más acomodados Página 34 de 50 de la población se auto-marginan del resto de la sociedad en tanto sus niveles de ingresos les permiten vivir en zonas exclusivas y acceder a bienes públicos y servicios sociales a través de mecanismos de mercado. La segmentación social trae consigo desconfianzas en los otros y carencia de capital social, con numerosos efectos negativos sobre la vida social que abarcan desde la evasión de impuestos hasta el descontrol social en situaciones de emergencia como las vividas en Chile después del terremoto del 2010.[6]
Conclusión:
A lo largo del capítulo se muestra que en las últimas décadas el país ha logrado significativos avances en la reducción de la pobreza y la desigualdad.
Un logro aún incipiente pero potencialmente muy significativo es la reducción de la desigualdad de ingresos. A partir del 2000 se registra una caída en todos los indicadores de uso habitual, y en particular, en el coeficiente de Gini que cae alrededor de cinco puntos porcentuales entre el 2000 y 2013. Este es un resultado relevante porque podría representar un punto de quiebre respecto de la alta desigualdad de ingresos que históricamente ha caracterizado a la economía chilena. No obstante, el país está aún lejos de lograr los niveles de equidad y progreso social que presentan las naciones más desarrolladas.
En efecto, la desigualdad de ingresos sigue siendo elevada, por lo que hay diferencias muy marcadas
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