Dos poetas a una rivalidad pegados.
Enviado por Rimma • 15 de Mayo de 2018 • 4.828 Palabras (20 Páginas) • 391 Visitas
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NI RENACIMIENTO NI BARROCO: ORO.
Comencemos, pues, por situar a los protagonistas de este trabajo de investigación en el marco histórico temporal que les corresponde, porque, como bien dice Fernando Savater, nuestro
programa cultural es determinante4. Así, podemos concluir que, si comprendemos el ambiente en el que se movían Quevedo y Góngora, quizás nos sea más fácil comprender tanto sus vidas como sus obras.
Nos encontramos en una época de florecimiento cultural, político y social para España. Dicho florecimiento es tal, que los historiadores han decidido bautizar, a una época que está a caballo entre el Renacimiento y el Barroco, nada menos que como el Siglo de Oro. No obstante, a pesar de la importancia general de este periodo, normalmente, cuando alguien
menta el “Siglo de Oro”, suele referirse única y esencialmente a la parte de su literatura5, pasando por alto las demás artes. Ni siquiera sus fechas son fijas, pero podemos afirmar que, pese a su nombre, lo cierto es que abarcó un periodo difuso de gran creatividad artística entre
el siglo XVI y el siglo XVII6.
Lo curioso es que, a pesar de que consideremos hoy en día este siglo como uno de los más fructíferos y exitosos para las artes en España —quizá dejándonos llevar por la idea
manriqueña de “cualquier tiempo pasado fue mejor”7—, los contemporáneos de este tiempo
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- Todos estos poemas han sido incluidos en los anexos.
- SAVATER, Fernando, Ética para Amador, Ed. Ariel S.A, Barcelona, 1993. P. 11.
- BENNASSAR, Bartolomé, La España del Siglo de Oro, Ed. Crítica, Barcelona, 2004. Pp. 7-8.
- ZORITA BAYÓN, Miguel, Breve historia del Siglo de Oro, Ediciones Nowtilus, Madrid, 2010. P. 19.
- MANRIQUE, Jorge, Coplas a la muerte de su padre, Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2010. P. 11.
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no tenían consciencia de vivir en un siglo “de oro”8, ya que, por lo general, muchos tenían dificultades para vivir. En el caso particular de Góngora, haber nacido en el seno de una familia acomodada no le serviría de mucho, ya que se vería acosado por las deudas económicas hasta
su muerte9, pero Quevedo vivió rodeado del oro de la Corte y amparado por ella la mayor
parte de su vida10. Al fin y al cabo, “vivir en el Siglo de Oro” no fue lo mismo para todos; citando a Bartolomé Bennassar, historiador e hispanista francés sobre este tema:
En la misma época, en un mismo país, numerosas gentes pueden vivir una edad de
hierro, mientras que otros conocen un tiempo de esplendor11.
Sobre el estilo literario de esta época, la parte barroca hará evolucionar las referencias mitológicas que se hacían en el Renacimiento y las va a transformar en una especie de juego
entre el poeta o artista y el lector, juego que consiste en ver “quién sabe más”12 —dicho de otra forma, quién es más culto— y se irá abriendo paso hasta crear la corriente del culteranismo, de la que Góngora fue el máximo exponente.
Hablando de poesía, será necesario resaltar también el contraste paradójico que se da entre todas las emociones que suelen manifestarse en los poemas tan estilísticamente perfectos,
“fabricados” casi de forma fría y sistemática13. Y también se resaltará, antes de entrar a tratar brevemente a cada autor con algo más de profundidad, el hecho de que estos literatos del
Siglo de Oro no se resisten a encasillarse en una sola forma artística14: común será que el poeta escriba sonetos, romances o letrillas, que el dramaturgo se enfrente a escribir poemas sueltos o que un Príncipe de los Ingenios escriba la primera novela moderna.
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- BENNASSAR, Bartolomé, op. cit., p. 10.
- http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/gongora.htm Página web de biografías consultada el 6/02/2016 a las 10:37.
- http://www.biografiasyvidas.com/biografia/q/quevedo.htm Página web de biografías consultada el 6/02/2016 a las 10:41.
- BENNASSAR, Bartolomé, op. cit., p. 11.
- VALVERDE, José María, El Barroco: una visión de conjunto, Ed. Montesinos, Barcelona, 1981. P. 50.
- Ibíd., p. 47.
- Ibíd., p. 49.
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DECIR QUEVEDO ES DECIR CONCEPTISMO.
Definir a un genio tan complicado como Quevedo es una ardua tarea que requeriría varias monografías más, así que, en su lugar, voy a definir la corriente literaria a la que perteneció y de la que respiró. “Conceptismo” es un término que aparece en el diccionario de la Real Academia Española con una acepción muy clara y que resume, en menos de veinte palabras, toda la esencia de Quevedo:
Estilo literario del Barroco español caracterizado por su concisión y el empleo de
conceptos o agudezas.15
Quevedo utiliza la polisemia en un grado superlativo, confiriendo así siempre a sus composiciones, que además suelen ser de verso corto y preciso, una doble e incluso triple lectura. Parafraseando a Ignacio Arellano, filólogo especializado en el Siglo de Oro, podemos decir que Quevedo pone a su servicio la coherencia y la cohesión más absolutas para lograr el
punto álgido del absurdo, e, incluso, hasta llegar a lo grotesco16. Para mí, Quevedo es la pulcritud de lo sucio. ¿Es obsceno, misógino y escatológico en ocasiones? Sí, pero lo hace con elegancia, con una elegancia que se basa en su inteligencia, en su agudeza mental. Y en ese hábito reside el conceptismo:
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