EL GLOBO Y LA GALLINA, RAFAEL POMBO: EL ENGAÑO, LA REALIDAD DE LAS REDES

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Personas ya adultas acomplejadas por tener una gran edad y no tiene con quien saciar su deseo sexual acceden a encontrarse en lugares alejados y poco habitados con gente que conocen en las redes, que por medio de mentiras y falsas promesas persuade al otro para robarle o quizás secuestrarlo e incluso matarlo, también existen pedófilos que utilizan ese mismo medio para engañar adolecentes creando perfiles falsos y utilizando fotos de modelos haciendo creer que son jóvenes, colocan citas con adolecentes y de esta forma realizan sus infamias.

Actualmente en el caribe colombiano exactamente en nuestro departamento del atlántico, en los últimos años se ha incrementado la extorsión y no esa de la llamada; por medio de cuentas falsas en Facebook piden dinero a cualquiera que crean que esté en condiciones de dárselo y realizan amenazas.

En una realidad en donde la privacidad se ha convertido en un privilegio parece paradójico que el usuario mismo sea el que le da al mundo una ventana indiscreta a su vida privada. De todas formas, las redes sociales han llegado para quedarse, y aunque veamos distintas transformaciones a medida que pasan los años, esa necesidad básica de las personas de pertenecer a una comunidad seguirá vigente. Sea Facebook, Twitter, o su red de tejido a crochet favorita, vale la pena entender cómo configurar nuestra cuenta de forma apropiada y saber que todo lo que se comparte en línea debe inevitablemente considerarse como de dominio público.

Generar una comparación entre cada línea del poema y lo que estamos viviendo día a día permite tener otra perspectiva del planeta, y no precisamente donde las estrellas sirven para alimentarse, ni donde las gallinas van de paseo al cielo si no, donde cada mes más de un ciudadano es engañado por redes sociales, donde en las salidas de los colegios un promedio de adolecentes espera impacientemente a su globo lleno de propuestas vacías, solo con la intención de hacer daño.