ENSAYO CONDORES NO ENTIERRAN TODOS LOS DIAS
Enviado por Mikki • 2 de Julio de 2018 • 1.797 Palabras (8 Páginas) • 4.137 Visitas
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En Colombia, la violencia ha sido protagonista durante muchos años. Ha provocado una gran cantidad de conflictos y ha causado cientos de muertes e injusticias. Al comenzar el siglo XX, las diferencias y conflictos que surgieron entre los partidos políticos, dieron inicio a una época en la cual los intereses políticos predominarían sobre todo, incluso sobre la vida humana. Fue precisamente este tema el que inspiró a Gustavo Álvarez Gardeazábal, quien en su libro dice así “Las ciudades grandes se llenaron de un momento a otro de rostros entristecidos, marcados para siempre con el signo del terror, que terminaron apretujándose en castillos de mentiras o en tugurios de cartón en las cañerías de las afueras”[2]. Miramos estos rostros que describe Alvarez Gradeazabal tan semejantes a los que vemos todos los días caminando por las calles de mi Puerto Asís, son tan parecidos a los del Caquetá, Cauca, Putumayo etc., y los podemos asociar un poco lejano con los rostros de sufrimiento de madres, padres, hijos, ancianos etc., tocados por la violencia de pandillas en Cali, Medellín y también con las rostros encontrados en Bogotá en la calle del Bronx, quienes indirectamente fueron iniciados al consumo por otra rama de esta corrupción que se extiende como los tentáculos de un pulpo infestando toda nuestra sociedad.
Es así como vemos que el conflicto no es solo en ciertas partes del país, siempre va de la mano de la violencia, terror, destrucción, desolación, desaparición forzada, desplazamiento y puedo seguir, pero es mejor pasar la página y comenzar de nuevo, surgir de nuestras cenizas como hace el mítico fénix y volver a empezar a escribir nuestra historia, estamos a tiempo de darle otro final a nuestra historia, de cambiar los sucesos y que no se vuelva repetitiva.
Tomemos conciencia de lo que hacemos y dejamos de hacer para poder mejorar y
triunfar de modo que todo el mundo se admire de como una cultura violenta y corrupta, pudo cambiar y dar ejemplo de superación social, económica, cultural y política a tal punto que sientan la necesidad de hacerlo también.
Me llama mucho la atención como al final del libro ocurren sucesos no ajenos a nuestra realidad, ver como a un ser que ha hecho tanto daño a la sociedad simplemente sale escoltado por los mismos que dicen velar por nuestra integridad, personal, además es dada una pensión por no volver a Tuluá y alejarse a un merecido descanso junto a su esposa e hijas en Pereira.
Es injusto y de pronto por eso es que la gente se está acostumbrando a hacer justicia de su propia mano, a no dar crédito a nuestro sistema de justicia y cada vez más a repetir, que el crimen si paga. Las cárceles colombianas están llenas un 70% de inocentes pagando culpas ajenas por el hecho de no tener dinero, SI!!!!!!!!! El Dios dinero que mueve todo el sistema judicial, porque el poder es tener, ósea tienes derechos que reclamar.
La muerte de Leon Maria Lozano, no es el final del conflicto en Tulua, si no el seguir en la zozobra de un nunca acabar, de un pensar a qué hora vendrá un sucesor igual o peor que el, con una arremetida injusta a cobrar vidas inocentes, alimentando el odio, el rencor de un pueblo hundido en la desolación y el olvido de todo un país que mira de reojo, negando todo acontecer y lo peor de todo es que todavía siguen igual las cosas no solo en Tuluá, sino en todo Colombia que grita a viva voz NO MAS.
Démosle el beneficio de la duda a nuestro sistema judicial y pensemos que todo va a cambiar en realidad y que visualizamos una Colombia llena de buenos profesionales del poder público, ejerciendo como debe ser y cero corrupción, una Colombia bella, libre y más humana, que sea capaz de cultivar la tierra, poblar el campo, de llenar universidades y aportar al mundo ideas innovadoras, esa Colombia que tanto anhelamos ver en un futuro no muy lejano, pero para que esto pase hay que empezar por nosotros mismos de nuestro corazón porque si yo cambio logro hacerle ver a los demás que todos podemos aportar un granito de arena para formar una gran playa donde podemos disfrutar todos al mismo nivel de los beneficios y recompensas de un país mejor.
Para terminar quisiera resaltar el número de víctimas de Leon Maria Lozano en Tuluá, Tres Mil Quinientos Sesenta y Nueve, que fácilmente de triplica si hablamos de las viudas y los huérfanos que también fueron víctimas de esta época violenta en nadie quisiera recordar, pero que vive en su memoria hasta el día que Dios nos llame a rendir cuentas por individual.
CONCLUSIONES
Esta historia me permitió llegar a la conclusión de que la violencia es la peor alternativa que existe para solucionar los problemas y diferencias que hay entre dos o más ideologías políticas. Lo único que esto ocasiona es muerte, caos, desplazamiento y tristeza.
A cambio de asesinar y luchar, se debería establecer acuerdos que beneficien a las diferentes partes políticas y también a la sociedad, aún más a esta última por ser parte fundamental del cuerpo que conforma el estado.
Simple y sencillamente Colombia tiene derecho a ser feliz, a verse al espejo llena de orgullo por sus cicatrices, porque a pasar de haber perdido duras batallas, aún no ha perdido la guerra.
BIBLIOGRAFIA
1.- ALVAREZ GARDEAZABAL, Gustavo. Cóndores no entierran todos los días. Ediciones Destino Colección Ancora y Delfin Volumen 397.
CIBERGRAFIA
1.- http://cienciassociales00010.blogspot.com.co/2013/01/la-violencia-de-los-anos-50.html.
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