ENSAYO SOBRE EL LIBRO PARADOJAS DE NUESTRA IDENTIDAD

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entre los Shuar), fue creada la Misión Andina del Ecuador como organismo de desarrollo de las comunidades a través del apoyo económico y financiero internacional, nacieron una serie de programas de asistencia y en el campo de la salud y de la educación fue creado el Instituto Indigenista Ecuatoriano bajo el impulso del Estado y con el auspicio de Pio Jaramillo Alvarado, quien es considerado uno de los fundadores de la cultura ecuatoriana. Las acciones de dicho ente no tuvieron, sin embargo, demasiada repercusión efectiva.

Hoy en día se habla de que la identidad de los ecuatorianos se encuentra en riesgo, debido a la globalización, y las firmas extranjeras que entran al país, y nos hacen dependientes de sus productos, que si bien es cierto no son indispensables, nos hacen la vida más cómoda y al final es lo que busca el ciudadano moderno.

En nuestro diario vivir es fácil apreciar que estamos empapados por un sentimiento de desprecio hacia lo propio, a lo originario, hacia lo verdaderamente nuestro: lo autóctono. Los actos pasados de nuestra sociedad deberían ser nuestro referente, pero en las sociedades actuales lo que impera es el espíritu individualista. Somos una sociedad que desprecia lo autóctono, que reniega del pasado y que exalta el individualismo al nivel de una virtud.

Nuestra nueva constitución habla sobre la responsabilidad del Estado de proteger y fomentar la cultura de las comunidades indígenas y afro ecuatorianas, pero no es mucho lo que se pueda hacer ya que no se puede prohibir a los integrantes de comunidades indígenas cambiar su estilo de vida y adoptar las nuevas costumbres globalizadas.

Si consideramos el mestizaje como un proceso aculturativo de occidentalización, éste no termina con la adopción de formas culturales hispánicas, continua en los mestizos con la adopción de otras formas culturales occidentales en medio de una urbanización súbita y violenta que de por sí estimula la aculturación.

La contradicción es evidente, mientras que el Estado en este caso reivindica el mundo indígena a través de la representación de la historia nacional, los indios actuales son considerados como incapaces, toscos y apáticos por las mismas élites gobernantes. Algo que ha afectado de igual manera son las grandes rachas económicas que ha tenido el país, como el cacao y el petróleo, las cuales han causado que vayamos perdiendo las costumbres propias de nuestro país, ya que al poseer un gran circulante de dinero, las personas han optado por viajar y adoptar costumbres extranjeras.

Por otra parte, ¿en realidad tenemos una identidad nacional?, para perder algo, primero hay que tenerlo y la mayoría de los ecuatorianos son una mezcla de tradiciones nacionales y extranjeras, a tal punto que muchas veces no identificamos cuales son en realidad nuestras tradiciones. Desde la época de la colonia, es indudable que nuestras costumbres se modificaron, nuestros antepasados adoptaron costumbres, religión e idioma de una cultura que distaba mucho de nuestra realidad. Al ser un pueblo oprimido, al indígena y al criollo no le quedó más que practicar estas costumbres de manera que no haya conflicto con sus opresores. Esto generaba en el indígena un conflicto interno enorme, ya que “para ser entendido debía usar una lengua ajena, y para ser perdonado debía someterse a un Dios desconocido”. Pero ¿De que debían ser perdonados? (Tinajero). La defensa de la fe católica resultaba una máscara para la lucha contra nuestras raíces y creencias.

La marginalidad a la que se vieron sometidos por la explotación y la expoliación sufridas, provocó en ellos una desculturización parcial y una involución social, con lo que se distanciaron notablemente del perfil sociocultural de sus antepasados prehispánicos o precoloniales.

En la actualidad el abismo social ya no se presenta solamente como la marginación del indígena en los Andes, sino también como pobreza extendida de un alto porcentaje de ecuatorianos, su real marginación del sistema educativo y su creciente dependencia cultural y cívica de los medios de comunicación.

Es inevitable sentir una fuerte contradicción al visitar el centro histórico de la ciudad de Quito, al ver obras tan majestuosas realizadas por nuestros indígenas, ¿pero a costa de qué? A costa de la esclavitud de los mismos, de la fuerte opresión y deshumanización de las que fueron víctimas. Obras que no representan en absoluto nuestra identidad, sino más bien la de un pueblo opresor que nos esclavizo y nos impuso su fe como la única legítima.

Teniendo esto en cuenta, ¿Cómo podemos rescatar nuestra identidad cultural?. Si nos encontramos en una sociedad con un escaso sentimiento de pertenencia a la cultura, ya que solo en eventos especiales nos damos cuenta que somos ecuatorianos, ya sean deportivos, o fechas patrias. La identidad se construye sobre la base del carácter, este es el resultado de nuestros hábitos más constantes, los que a su vez resultan de los pensamientos dominantes de nuestra mente. Es importante atender este problema desde la educación preescolar para evitar una mal entendida apreciación de los aspectos culturales, sin una identidad cultural.

Utilizar el concepto de cultura en la educación preescolar toma un sentido claramente significativo debido al carácter formativo y pedagógico que posee la educación, por lo que juega un rol esencial en potenciar la cultura.

Conclusiones

• La identidad ecuatoriana es el resultado de un amplio conjunto de momentos históricos que se han encargado de que no tengamos una identidad específica, sino un cúmulo de costumbres y referencias culturales.

• La Identidad Cultural es prácticamente un patrimonio íntimo inmaterial que trasciende y pasa a formar parte de un patrimonio cultural de un determinado lugar.

• La mejor manera de hacer trascender nuestra identidad en las futuras generaciones es inculcando en nuestros niños un sentimiento de pertenencia y orgullo hacia nuestros antepasados y nuestras costumbres.

Bibliografía

Tinajero, F. (2015). Paradojas de nuestra identidad. Quito: Eskeletra.