El Estado Mexicano ante las políticas económicas globales

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Por mencionar un antecedente histórico de México en cuanto a los beneficios arrojados por este fenómeno, así como las aportaciones que México brindó al mismo, es que México ha desempeñado un papel importante, según se dice, en la evolución de los organismos financieros más importantes del mundo, desde el nacimiento de estos organismos. Lo ha hecho en momentos de debilidad económica, en que el interés nacional se ha defendido con ideas, y en la prosperidad, cuando la estrategia de desarrollo mexicano impulsó instituciones y mecanismos de utilidad para otros países. Nuestro país contribuyó notablemente a la política y la práctica de los organismos en su medio siglo de existencia: definió el alcance del Banco Mundial de no sólo orientar su gestión a la reconstrucción sino al problema del desarrollo; planteó el primer Acuerdo de Crédito Contingente (stand by); logró el primer crédito para apoyar la cuenta de capital (1954); obtuvo el primer (en la práctica) Acuerdo de Crédito Ampliado (Extended Fund Facility) para sustentar programas de ajuste "gradual", preservando el crecimiento; aportó las ideas de crear el Comité de Desarrollo y el programa de apoyos financieros "ligados" de bancos comerciales, Banco Mundial y FMI, para lograr una masa crítica de financiamiento para los problemas de deuda; impulsó los paquetes de créditos sectoriales de reconversión basados en estudios y diálogo técnico con el Banco Mundial, y logró la instauración de mecanismos de cooperación internacional.

En el decenio de los noventa, como lo fuera en los sesenta, la política del gobierno Mexicano fue considerada por los países industriales y los organismos como un modelo de estrategia económica, en su dimensión de ajuste y en sus aspectos de cambio estructural. Con el FMI se cierra el círculo en 1993. Como dato interesante, Por primera vez en casi dos décadas México no tiene convenio vigente con el organismo, ni tampoco hace uso de sus recursos.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya no desempeña un papel importante en lo referente a las políticas cambiarias y al dinámico proceso de ajuste de los grandes países industriales ni tampoco en relación con la liquidez internacional, pues no se han asignado derechos especiales de giro desde 1981 y esa liquidez se deriva del sostenido déficit de Estados Unidos. El monto de los recursos con que cuenta el organismo, sus cuotas, no crece con el comercio mundial. Así, el Fondo estaría condenado a ser una institución especializada que apoya a los países en desarrollo; todo lo anterior debido las consecuencias de impacto de los instrumentos económicos internacionales novedosos como lo son los tratados de los que los estados forman parte y que en un plan de colaboración han logrado crear un estabilidad económica mundial a través de sus rede de interdependecia en ese sentido.

A manera de conclusión, si bien es cierto que el estado mexicano es parte de diversos tratados internacionales los cuales han fomentado un desarrollo económico, social y cultural mayor al que existía antes de la entrada en vigor de estas políticas globalizadoras; considero que no se ha optimizado por parte de nuestro país la aplicación de estas herramientas lo cual pudiera traducirse en un panorama de mayor crecimiento. El Estado Mexicano deberá corregir ciertos vicios que se vienen acarreando de tiempo tras los cuales lejos de fomentar la inversión de capitales extranjeros en el país, los desalienta orillándolos a invertir en otros pises, esto debido a la gran cantidad de requisitos existentes en la normatividad mexicana para la creación de empresas de capital extranjero, los cual termina siendo contradictorio a una verdadera política de economía transnacional la cual en teoría existe, pero en la práctica no es explotada de una manera óptima.