El amor como una escusa para la violencia.

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Como tercer y último argumento, tenemos que la influencia del narrador hacia los sicarios excede lo normal. Por un lado, es entendible esta influencia, ya que es su deber obedecer las peticiones del jefe, sin embargo, en la novela se ve como los sicarios son envueltos en el amor y actúan de repente por incentivo propio. “Como el chofer se tardó unos segundos más de la cuenta en abrirnos la puerta, cuando la acabó de abrir, también, piró; difuntico” (101). Como se puede ver reflejado en esta cita, el narrador no dice nada y el sicario actúa por incentivo propio matando al taxista. Esto afirma lo dicho más arriba, ya que la influencia del narrador pasa a ser constante y silenciosa, mientras que las respuestas por parte del sicario pasan a ser voluntarias. Teniendo en cuenta lo anterior, podemos inferir que el amor se superpone ante la ley, es decir, alguien enamorado o engatusado por el amor podría actuar sin importar las consecuencias dictadas por las normas. Por ejemplo, como vimos antes, los sicarios infringen la ley constantemente enfrentándose a severas consecuencias por sus actos - dejemos en claro que el matar a una persona es de los actos más castigados en el mundo-.

En conclusión, podemos ver que el amor y la violencia en muchos aspectos se relacionan; tener una relación es una oportunidad para ejercer poder y violencia, el amor puede hacer que una persona recurra a la violencia para así mantener un mejor vinculo con el otro individuo y la violencia puede llegar a ser una consecuencia del amor. También, a lo largo del ensayo se pudo afirmar que el amor puede ocasionar que una persona haga lo que otra persona quiere que haga, es decir, en la relación se manifiestan síntomas de poder y dominación hasta tal punto de exceder la normalidad, como pudimos ver en el caso de los sicarios que mataban por ordenes y malestares de su jefe. Otro punto destacable que se apreció durante el ensayo, es que el amor puede causar actos que infringen la ley, tales como; el asesinato. En otras palabras, el amor es más fuerte que las consecuencias y las normas. Esto también se puede ver en la realidad de hoy en día cuando mucha gente mata por el amor a una religión o a una persona. Sin embargo, ¿esto está bien?¿Hasta qué punto la pasión y los sentimientos de las personas ciegan sus veredicto, ocasionando un daño a la libertad del otro y en algunos casos, su propia muerte?

Bibliografía:

Vallejo, Fernando. La virgen de los sicarios. México D. F.: Punto de Lectura, 2005.

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