Ensayo pensamiento ambiental.
Enviado por Rimma • 9 de Marzo de 2018 • 2.162 Palabras (9 Páginas) • 591 Visitas
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La analogía del barco es el ejemplo más claro a seguir, para el acuerdo natural, en un barco sus tripulantes se someten al acuerdo natural exigido por el grupo unificado que tiene un objetivo común, la supervivencia y el bien de todos, depende de que cada miembro de la tripulación haya aceptado al acuerdo natural, así es como el barco supera los diferentes obstáculos en el mar de la vida. El capitán del barco es de gran importancia, ya que este debe velar por el respeto del pacto y asegurar la supervivencia de su tripulación. En este caso, el capitán es el gobernante, “el que debe emerger para inventar el nuevo acuerdo natural”; no es una tarea sencilla, los gobernantes actuales, solo se preocupan por quedar bien ante los medios de comunicación, ya que desafortunadamente, nos hemos convertido en una sociedad, además de cartesiana, mediática, el sistema actual alimenta esa costumbre de que el gobernante es el que habla pero no el que hace.
Uno de los principios de la religión católica, es el amor al prójimo: “amaos los unos a los otros”, que en esta religión particular, pero solo habla del amor del ser humanos hacia otro ser humano, olvidándose del amor hacia el medio ambiente, el amor que tenían nuestros antepasados hacia ella, amor que fue castigado con rigor cuando desembarcaron los conquistadores españoles hace cientos de años, estos amaban tanto al prójimo que obligaron a nuestros antepasados a hacer trabajos terribles; la moral hipócrita que hemos tenido durante miles de años ha silenciado la naturaleza. El contrato natural exige, amar a toda la humanidad, es decir, dejar de lado el amor hipócrita que hemos tenido hacia los demás seres humanos y que este amor se vea reflejado sobre la tierra entera, este amor hacia la tierra no es ese apego materialista que nos ha llevado a guerras, a derramamientos de sangre, hacia el odio entre los hombres, es el amor a la tierra entera, el amor hacia todas las cosas de la naturaleza. El acuerdo natural nos invita a poetizar el mundo, a embellecerlo, a reconocer y admirar la tierra entera, a reconocer la importancia de las culturas locales pero también reconocer la importancia de la universalidad y de lo global.
En la ingeniería, los limites son el error, el error aplicando conceptos o principios, o teoremas, pero una es la forma de adquirir conocimiento y otra la forma en la que organizamos el mundo, este mismo método es el que hemos utilizado en la relación con el medio ambiente, la mate matización de la naturaleza, nos ha llevado a creer que esta es lineal y que los errores pueden arreglarse tan fácil como un problema de algebra, pero la verdad, el límite de la ciencia dejo de ser el error, ahora el límite es la supervivencia completa de nuestra especie, puede que alteremos la naturaleza, pero el planeta seguirá vivo sin nosotros, solo somos parásitos para él, este puede curarse, nosotros solo desapareceremos.
El espacio de el medio ambiente ha sido ocupado por nuestra técnica, por nuestro conocimiento, esto lo hemos reflejado en la creación de grandes monstruosidades: “las corporaciones”, por medio de estos instrumentos, hemos violentado el equilibrio y hemos pagado la consecuencias nosotros mismos; corporaciones como Monsanto, se han encargado de crear productos transgénicos que pueden producir cáncer en el ser humano, mientras esta corporación es premiado por sus supuestos aportes a la humanidad, la pregunta que surge entonces es: ¿Qué pasa con nuestra supuesta justicia, con el derecho, con nuestros principios?, la ciencia también se ha apoderado de estos proporcionando expertos de apoyo a los tribunales. Se hace necesario restablecer el equilibrio, que la naturaleza vuelva a ocupar el espacio de no derecho que le hemos arrebatado. Si la solución es equilibrar de nuevo la balanza, ¿cómo podremos equilibrarla?, que contrapeso podemos utilizar para poner todo en armonía, pues lo único que podemos aportar: la razón; el contrato razonable con la naturaleza, denominado por Michel Serres como acuerdo natural se vislumbra como el contrapeso de la balanza, gracias a la moderación, la equidad entre la razón y el medio ambiente se puede dar, siempre y cuando cada parte respete sus límites. En conclusión lo que debemos devolver al medio ambiente es la totalidad de nuestra esencia, es la razón.
La ciencia nos ha revelado el daño causado, entonces en que se debe basar el acuerdo natural, en lo divino, en los mundos que para muchos no existen, pero que pueden establecer los límites del acuerdo natural. Lo que cada ser humano hace se ve reflejado en los otros mundos, la más mínima acción puede desencadenar una crisis, es como cuando lanzamos un transbordador al espacio, el cualquier error por mínimo que sea, puede llevar a la desintegración de la tripulación entera; este acuerdo nos debe llevar a establecer los límites necesarios para nuestras acciones, para nuestra técnica; los cálculos y los repetidos proyectos nos han vuelto insensibles. Nuestras ciencias no nos pueden brindar la solución a los problemas que ella misma plantea, ya que esta no comprende la importancia de los lazos, del tramado del mundo y su tejido complejo, la ciencia está fragmentada, separada, ha perdido su encanto, no significa que esta deba ser una sola, sino que no debe olvidar las relaciones que existen entre las diferentes ramas de la ciencia.
El acuerdo natural nos hace el llamado a recordar las antiguas tradiciones de nuestros antepasados, que respetaban y hacían parte del medio ambiente; la madre ciencia es una herramienta que nos debe ayudar a conciliarnos con la madre tierra, debemos dejar de ser parásitos y transformarnos en simbiontes de la naturaleza. Como dijo Serres al final de su hermosa obra: “¿reconoceré la madre tierra como mi madre, como mi hija y como mi amante?”, un reto complejos, pero no imposible, que requiere un cambio profundo en la forma de ver y pensar el mundo, la forma en que educamos nuestros hijos y a nosotros mismo, un cambio paradójico en la ética y en la cultura actual.
Bibliografía
“El Reencantamiento del Mundo” Ana Patricia Noguera de Echeverri. Universidad Nacional de Colombia
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