VOCES DEL PENSAMIENTO AMBIENTAL
Enviado por tomas • 3 de Enero de 2019 • 1.658 Palabras (7 Páginas) • 364 Visitas
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Luego sigue el concepto de memoria. En la mitología griega la memoria es hija del Cielo y la Tierra, y madre de las musas. Entonces ¿Cómo persiste la memoria? Solo como inspiración poética. En este sentido, Heidegger piensa que la memoria es la coligación del pensar. La memoria es la fuente del poetizar, y la esencia de la poesía es el pensar. Pero este es un pensar que no olvida las diferencias: el ser es un evento, es ausencia, es diferencia, es tiempo, es memoria, es también paisaje. Como en una pintura de Ródchenko (1923), el ser humano inventa su lugar y su entorno, lo hace a su medida, modifica la naturaleza de acuerdo a sus necesidades culturales.
Segundo movimiento: Paisajes del desarrollo: evocación, rememoración, conmemoración y reencantamiento.
En torno a la forma en la que miramos el ambiente, encontramos los pensamientos de Augusto Ángel Maya, el cual nos habla de la forma en como utilizamos y malgastamos los recursos que se nos han sido proporcionados. Es además necesario mirar muy de cerca la relación que presenta el ser humano con la tierra, pues en los últimos años, nos hemos enfocado en destruir y malgastar los bienes que nos proporciona la tierra misma. Es así como poco a poco estamos perdiendo nuestro propio hogar.
En la ansiada búsqueda de la libertad, hemos llegado al punto de romper lazos con la naturaleza y desarraigarnos de esta, perdiendo lo más importante que es la conexión fraterna con la tierra. En esta búsqueda desesperada de la libertad hemos renunciado a habitar la tierra y construimos mundos ilusorios, falsos y que nos ofrecen de alguna manera un mejor vivir; el grave problema radica en pensar que podemos manipular y manejar la naturaleza a nuestro antojo, cuando lo que se debe hacer es convivir con la naturaleza, no tatar de dominarla, pues la tierra es nuestra madre y debemos protegerla cuidarla y sobre todo no tratarla como una propiedad.
“Evocamos a nuestros pueblos originarios, los mayas, los kichwas, los cunas, los kamtzá, los aymaras, los mapuches… que llaman madre a la tierra y cuya resistencia política no aspira a recuperar la tierra como propiedad, sino a enseñarnos que somos de la tierra: del habitar, del oikos, de la physis; de la Abya Yala, de la Pachamama, de la Amerrique”
La cultura moderna se centra en el consumismo, la explotación, la ambición y el desarrollo. La comprensión del mundo mediante fórmulas matemáticas, con las cuales lo que logramos comprender es muy poco, pues para lograr adentrarnos en la naturaleza misma, debemos pensar y actuar como nuestros pueblos originarios, los cuales respetaban y agradecían a la madre tierra todos los beneficios brindados.
Abya yala, vocablo de los indígenas cunas de costa Rica, Panamá y Colombia, el cual presenta dos significados, “el buen vivir” y “tierra generosa, prodigiosa, en florecimiento”, representando así el acto amoroso y cuidadoso del ser humano con la tierra.
Evocar abya yala es un acto poético-político del pensamiento ambiental. Es recuperar la magia, el enigma, el misterio, el habitar poético de palabras que hacen cosas, como diría Searle. Es una manera de reencantar el mundo que solicita de nosotros una acción transformadora del lenguaje, entendido este, en palabras de Heidegger, como la casa (oikos) del Ser.
Lo blanco se ha impuesto jerárquicamente sobre lo negro, imponiendo los valores, el cristianismo, la ilustración y el desarrollo. Una tierra a la que habíamos pertenecido desde siempre; una tierra que desde la Conquista nos habían arrebatado; ya en el siglo XVIII nos habían enseñado que no éramos de ella, sino que ella pertenecía a otros. El pensamiento occidental ubica al hombre por fuera de la tierra, de la naturaleza y de la vida. Nos pinta como sujetos conociendo la naturaleza, dominando y poseyendo la tierra, manipulando y poniendo la vida a nuestro servicio.
Mientras Invierno cubre de nieve el norte, Verano, cálido y brillante, inunda al sur; mientras Primavera, exuberante y enamorada, canta las geografías de Atahualpa Yupanqui, Otoño cubre de hojas la tierra meridional. Cuatro estaciones porteñas para permitirnos escuchar paisajes-sur de amor y muerte, de encuentro y soledad.
La educación ambiental como reencantamiento del mundo es la “Noche de encantamiento”, de Revueltas: para orquesta en la que sobresale la percusión en polirritmias; los bailarines expresan los ritmos de la naturaleza, los enigmas de la noche, los ocultamientos y desocultamientos que acontecen en la oscuridad nocturna, y la sabiduría de la noche, que con su sombra protege a la tierra de la quemante luz del sol. Esta danza, junto con la Consagración de la primavera, de Igor Stravinski, es considerada como una de las más importantes composiciones musicales por cuanto logra expresar los ritmos de la naturaleza nocturna, los momentos de serenidad y quietud, el sueño, el ensueño, el peligro, los enigmas que se ocultan en la oscuridad
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