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Ensayo sobre El nuevo modelo de hombre

Enviado por   •  6 de Diciembre de 2018  •  1.771 Palabras (8 Páginas)  •  522 Visitas

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Pero la televisión muestra y permite que cada uno de nosotros extraigamos nuestras propias conclusiones. La televisión no causa idiotez. El hecho de que existan malos programas, no significa que la televisión sea mala. Cada uno tiene la libertad para ver lo que quiera y cada uno debería de tener la capacidad de realizar un análisis crítico de todo aquello que ve.

Lo importante es que activar nuestro sentido común y aprovechar lo que nos brindan estos medios, de la forma más productiva posible.

Nunca como en la actualidad se han preocupado tanto los medios de comunicación de los mecanismos intrínsecos de la personalidad. Esa curiosidad no brota de la pretensión de hacer más sólida tal estructura o instancia de la conducta, sino que se origina de su caída.

En los últimos años ha empezado a triunfar el consumo de lo psicológico, encaminado a cultivar cada vez más el narcisismo, los horóscopos, la opinión del psiquiatra o del psicoanalista. Cada uno quiere saber cómo es la geometría de su personalidad, pero ello no suele acompañarse de un deseo de cambio, es decir, conocerse mejor para rectificar, cambiar el rumbo y corregir errores de conducta.

Podemos afirmar que, el límite del relativismo tiene que venir impuesto por la existencia de algo absoluto, objetivo y punto de encuentro de la condición humana. Lo absoluto no puede ser objeto de una opción ni someterse a un estudio estadístico por el que se alcanza la verdad porque lo dice la mayoría.

Hay que buscar la verdad universal, aquella que está por encima de las ideas personales o las preferencias particulares. Si no es así, caemos en una verdad a la carta que uno encarga según sus gustos u opiniones. Lo absoluto gira y se compone de valores milenarios e invariables, como esas estrellas fijas que iluminan nuestro caminar nocturno.

La sociedad actual, en una cierta mayoría, ha perdido el rumbo y ahora ya no hay grandes debates sobre las más relevantes encrucijadas de la existencia, como la muerte, el sufrimiento, la angustia, la injusticia.

Estamos en la era de la indiferencia, es decir, si la vida estorba, se arranca, y como no podemos hacer lo mismo con la muerte, la borramos psicológicamente de los temas a tratar.

El hombre light es sumamente vulnerable. Al principio tiene un cierto atractivo, es chispeante y divertido, pero después ofrece su auténtica imagen; es decir, un ser vacío, hedonista, materialista, sin ideales, evasivo y contradictorio.

La vida ya no tiene los héroes pasados, lo que está de moda es sorprender a los demás con una vida refinada y descomprometida. Este tipo de hombre light no se entrega a nada, sólo se reserva para sí mismo y para su disfrute personal: gimnasia, dietas light, sauna, cierto espiritualismo diluido de tradición oriental, incultura, muchos periódicos y revistas mucha información, pero sin capacidad sintética y sin tiempo para madurar intelectual y personalmente. Otro de los gustos actuales es hacerse varios seguros de vida para que todo esté bien atado: es la nueva atmósfera cálida y sin contenidos. Un hombre así se va escorando hacia una progresiva debilidad: indigencia; deseos caprichosos; exageración del ideal materialista; y esclavitud por la ambición y el hedonismo.

Vivimos en una sociedad triste, sin ilusión, distraída por cuestiones insustanciales en la que son necesarios mucha fuerza, tesón e ideas claras para salir de ahí. Pero no es fácil.

Lo positivo de nuestros días ilumina la realidad desde distintos ángulos. Por una parte, están los grandes avances conseguidos en los últimos años en la ciencia, así como la acelerada tecnificación que nos ha permitido metas hasta ahora.

En esta línea positiva hay que destacar los altos niveles de confort y bienestar, que han cambiado la vida del ser humano de nuestros días, si lo comparamos con el de principios de siglo o si nos remontamos más atrás, a la última etapa del siglo XIX.

Nada es completamente bueno ni malo, es necesario analizar nuestro rumbo; La felicidad solo se puede alcanzar a través de un proyecto de vida coherente. Hay que darle un sentido a nuestra vida; pero, no basta solo con tener un objetivo, también, hay que tener la determinación para sobreponernos a cualquier eventualidad que pudiera acaecer en el camino hacia la meta. Además, el proyecto de vida debe ser coherente, debe ser acorde con la realidad y con nuestros valores. Porque la imagen del hombre modelo actual nos muestra una sociedad orgullosa de caminar hacia atrás; Ser hombre significa amar la verdad y la libertad, pero hoy para muchos la verdad no importa, cada quien construye la suya.

El hombre de hoy no sabe a dónde va, está perdido. Hemos pasado del hombre engreído al degradado. Todos y cada uno de nosotros somos capaces de hacer lo mejor así como también de hacer lo peor, pero entre ambos hay un mundo de posibilidades, dependientes de la incertidumbre, inseguridad y otros aspectos, pero hay que buscar los criterios sólidos, formados por la verdad ya que esta es un conductor a un mejor conocimiento.

Aspirar a la verdad es ir hacia lo mejor de nosotros mismos y de nuestro alrededor.

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