Ensayo sobre el libro "La pedagogía del oprimido"

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Al tocar este último aspecto, de la unidad e identidad de grupo de sujetos, se está tocando otro punto importante de la educación liberadora, aunque éste contemple un ámbito más relacionado con la humanidad de los sujetos, no deja de ser una forma de educarse, misma que es muy necesaria para la sana convivencia de las personas en sociedad. Al decir esto se hace referencia a que el grupo de sujetos, al estar reunidos para educarse, a través de la interacción entre ellos, conscientes de que todos educan a todos y que mediante el dialogo lograrán el propósito de educarse; es necesario que reconozcan el valor que cada uno tiene como individuo y como integrante de un grupo, debe de tener en mente que nadie es más o menos que otro, que todos tienen algo que aportar a los demás y que se debe de contar con la fe de que tanto ellos mismos como los demás son capaces de transformarse, de mejorar, pero esto sólo podrá lograrse si surge dentro de ellos y se manifiesta su humanidad en todo su esplendor. Así como parte fundamental del sujeto para que en verdad pueda educarse es necesario que sea un pensador verdadero y crítico, no se puede aprender si no existe en el sujeto esa curiosidad por todo lo que lo rodea, si es incapaz de preguntarse el porqué de aquello que lo sorprende o atrae su atención.

A su vez, el sujeto se debe de reconocer que como ser viviente, que siempre se encuentra en enfrentamiento con la realidad, y al estar viviendo en ella, estará expuesto a presentar situaciones límites donde habrá obstáculos que deberán de superar, con el fin de mantenerse cómodos en la vida.

Por último se expone que, una vez que el o los sujetos hayan logrado todo lo que se ha hablado anteriormente, para lograr una completa educación es necesario conocer la temática del pueblo, ya que eso es el verdadero punto de partida de un proceso educativo. Para lograr eso se debe de conocer, interactuar y dialogar con el pueblo, así como también conocer su realidad inmediata, qué aspiraciones tienen, qué inquietudes presentan, qué problemas les agobian, qué es lo que anhelan, cuáles son sus situaciones límites. Al saber eso, con seguridad se obtendrá un tema generador, del cual se podrá partir para iniciar todo el proceso que conlleva la educación; a su vez se garantizará de que se contará con el interés y disposición del grupo de sujetos ya que lo que han de conocer o aprender ha surgido de una necesidad que ellos presentan, es un problema en común y como tal se le buscará una solución, misma que será de utilidad ya que resuelve un problema que desean resolver. Una vez realizado todo este proceso, los sujetos adquirirán la práctica para poder continuar educándose de manera permanente, ya sea con miembros de su grupo y/o con otros sujetos con los que tengan interacción a lo largo de su vida.

El que se materialice la educación liberadora, además de brindar educación al o los sujetos, aporta otros beneficios más; uno de ellos es que da la oportunidad de que se creen grupos de educación, donde además de educarse, proporciona espacios de interacción, integración, cooperación y socialización; también al reunirse en grupos, donde se dialoga sobre las situaciones límites que presentan, se pueden elegir problemáticas que aquejen a la mayoría o impidan su desarrollo social, éstos le darán solución y al hacerlo con regularidad, paulatinamente irán erradicando distintos males sociales. Y por último, y tal vez el más importante, el lograr que el sujeto oprimido deje de serlo y pase a contar con una mejor calidad de vida; que se liberé de todo aquello que lo limita y se supere, no de manera individual, sino que lo haga colectivamente. Es así donde se muestra la visión de esta educación, la superación del pueblo, pasando de la opresión ejercida por unos cuantos, hacia la plena y consciente libertad de la que por derecho merecen.

En conclusión sobre toda la información contenida en este libro, se debe de decir que el autor presenta una visión muy particular sobre todo el contexto social y cultural que envuelve a las personas hoy en día, manejando situaciones problemáticas que suceden cada vez con más regularidad y que en verdad tienen a la mayoría de la sociedad sujetas u oprimidas por un sistema que no deja de crear serias dudas e inconformidades sobre si en verdad está a favor del desarrollo de la humanidad o por el contrario está empeñado a frenarlo y poner la cosas cada vez más difíciles. Además de manejar una serie de inquietudes sobre hacia dónde vamos a parar si las cosas siguen así y si es conveniente continuar por ese camino de manera recta y constante; plantea un idea sobre cómo solucionarlo, dicha solución radica en cambiar la educación bancaria por la educación liberadora, misma que tiene como principal premisa la actuación firme y constante de las personas, mismas que sufren el problema de estar oprimidos por la realidad que parece haber sido planteada por unos cuantos y que dicha realidad no aporta ningún beneficio al resto de las personas. Esta propuesta de educación cuenta con varios puntos que, en teoría, se muestran prometedores y dan esperanza de que su implementación lograra despertar el interés del pueblo en general por educarse, solucionar problemas y elevar su calidad de vida. Si bien esta propuesta posee sus puntos buenos, hay que mencionar que cada pueblo y sociedad cuentan con necesidades distintas, la realidad que se manifiesta a cada uno puede diferir de la otra, trayendo consigo que dicha propuesta no sea del todo aplicable de un contexto a otro; pero eso no significa que si el contexto a donde se quiera implementar esa propuesta educativa no coincida con la original se haya de descartar o desechar; no, se debe de hacer un análisis de los aspectos que tengan cabida en donde se desee implementar la propuesta y rescatar la esencia de la misma para adaptarla al contexto que se haya planeado. En pocas palabras, el libro brinda una significativa visión sobre cómo diversos factores pueden frenar la labor educativa, por lo que es necesario se críticos analíticos de la realidad para comprenderla y de ahí emprender las acciones pertinentes para estructurar la práctica educativa, sin descuidar el máximo objetivo de ésta, la cual es promover la mejora social por medio del desarrollo de saberes, competencias y valores en los individuos.