FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN ESCUELA ACADÉMICA DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN
Enviado por Jillian • 23 de Octubre de 2018 • 8.360 Palabras (34 Páginas) • 385 Visitas
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Para nosotros, la inteligencia lingüística es una capacidad manifiesta en el uso de las competencias sintácticas, morfológicas, fonológicas, semánticas, lingüístico–textual y lingüístico–icónico tanto en los procesos de decodificar y codificar la información textual escrita y oral. Gracias a esta inteligencia somos capaces de comprender, dar significados, relacionar lógicamente los pensamientos dados en los textos e interpretar el código intersemiótico gráfico – verbal; al mismo tiempo, nos permite comunicar ideas, sentimientos, emociones. Asimismo, posee una base neurológicamente innata en el ser humano, y es sensible a la estimulación social y cultural.
En los inicios de la humanidad, el lenguaje cambio la especialización y función del cerebro humano al ofrecer posibilidades para explorar y expandir la inteligencia humana. La palabra hablada permitió a nuestros ancestros pasar del pensamiento concreto al abstracto. La lectura nos permite conocer objetos, lugares, procesos y conceptos que no hemos experimentado personalmente y la escritura ha hecho posible la comunicación con personas que el emisor del mensaje nunca ha visto.
La inteligencia verbal incluye la sintaxis (estructura del lenguaje), la retórica (usar el lenguajes para convencer otros de tomar alguna decisión), la mnemónica (usar el lenguaje para recordar información), la explicación y el metalenguaje (usar el lenguaje para hablar del lenguaje); además, aborda la lengua como una totalidad, en lugar de dividir la enseñanza en bloques compuestos por habilidades.
Los componentes de la inteligencia lingüística están conectados en una red intricada que nos lleva a entender a cabalidad lo que leemos para poder transmitirlo luego a los demás. Son 4: hablar, saber escuchar para aprender, leer y escribir.
- Hablar
La capacidad por expresarse correctamente debe ser fomentada en todas y cada una de las personas; si bien algunas tienen más facilidad que otras, en ello intervienen factores de tipo psicológico como la timidez, la autoestima, el miedo al ridículo, entre otros aspectos.
- Escuchar para aprender
Se hace hincapié en escuchar "para aprender", porque la mayoría de las personas, aunque tenemos nuestro aparato auditivo en buenas condiciones y escuchamos perfectamente, no retenemos más que un porcentaje muy bajo de lo que oímos, por ejemplo en una conferencia, y es importante ayudar a mejorar esta capacidad.
- Leer y escribir
Leer es una de las actividades más gratificantes que muchos adultos pueden cultivar. La lectura requiere tiempo y ese no parece el recurso de nuestra sociedad, mucho menos el de niños que no tienen un especial interés por la palabra; sin embargo, al pensar en los beneficios que la lectura ofrece para el desarrollo y disfrute del ser humano, vale la pena que padres y maestros intenten encauzar a sus pequeños hijos y alumnos que no tienen esta afición a actividades que indirectamente los fuercen a ello.
Se dice que el pensamiento es la forma en que interiorizamos las palabras que escuchamos y aprendemos, y que a través de esto resolvemos problemas, recordamos, analizamos, anticipamos, y creamos. Es por esto que el conocer cómo se favorece el lenguaje, o más aún, la llamada inteligencia verbal resulta importante para poder favorecerla.
- LA MEMORIA EN EL PROCESO DE LA COMPRENSIÓN LECTORA
2.2.1 ¿Qué es la memoria?
Para el caso del lenguaje, la memoria es una capacidad fundamental para el aprendizaje del léxico de las normas ortográficas y sintácticas. Para la comprensión de un texto, la información se deben ir memorizando las primeras ideas para relacionarlas con las posteriores; se debe recordar la información asimilada anteriormente y nos sirva de base para establecer nexos con la nueva información; necesitamos relacionar las diversas supraestructuras socializadas textuales de manera que la habilidad de comprender un texto utilice la experiencia vivida en las lecturas anteriores.
Gracias a la memoria almacenamos la información y logramos leer textos extensos. Sin una buena memoria la lectura pierde su sentido pleno. Si no se puede recordar el material de una lectura entendemos que hemos perdido miserablemente el tiempo.
Por su parte, los procesos instruccionales en el Perú se caracterizan por transmitir exceso de información en las diferentes áreas (lo cual debilita la memoria), y por realizar actividades de enseñanza – aprendizaje centradas en la transmisión pasiva de la información, esencialmente memorística. La memoria se ve forzada, sobre todo en la manera poco inteligente para almacenar los datos mediante el castigo, la repetición, la presión. No se ayuda a memorizar comprensiva, recreativa y analíticamente. Pero lo más lamentable es que se exige la memorización de datos poco o nada significativos para el alumno, de ninguna aplicación práctica en su vida. El uso intenso de la memoria conduce al agotamiento de la misma, refuerza la inseguridad y elimina una comunicación productiva entre los sujetos educativos. A tal grado ha llegado el uso y abuso de la memoria que los peruanos y profesionales en educación decimos: No debes aprender de memoria. Y así lo damos por sentado, aconsejando equivocadamente a los estudiantes y tratando de evitar a la memoria en el proceso de enseñanza – aprendizaje, como “metodologías educativas adecuadas y modernas”.
- LA MEMORIA OPERATIVA Y LA COMPRENSIÓN LECTORA
Uno de los rasgos de la lectura y de la comprensión lectora es su carácter inmediato. El sistema cognitivo humano trata de alcanzar una interpretación tan pronto como sea posible, desde el momento mismo del ingreso de la información al cerebro. Éste rasgo, que tiene notables ventajas adaptativas o de acomodo a las circunstancias de los fenómenos del aprendizaje, se manifiesta en cuanto a cada uno de estos procesos no espera a empezar su labor hasta cuando el proceso anterior esté acabado y reciba la entrada del mismo; es decir, no actúan secuencialmente, en forma serial, sino en paralelo, activándose en el momento en el cual les llega alguna entrada, por parcial o incompleta que sea.
Según Baddeley (1998), el estudio de la memoria a corto plazo nace con el objeto de dar respuesta a distintas cuestiones prácticas, como el intento de Jacobs a finales del siglo XIX para medir la capacidad mental de sus alumnos; el interés de Broadbent durante los años cincuenta del siglo XX en la atención dividida; o bien el interés
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