HISTORIA DE LA CIENCIA POLÍTICA.
Enviado por mondoro • 21 de Enero de 2018 • 3.743 Palabras (15 Páginas) • 461 Visitas
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Maquiavelo (Florencia, Italia, s.XVI-XVII)
Aristóteles creó el primer elemento de la Ciencia Política el cual es el método de la observación y Maquiavelo creó el segundo "el método objetivo", desligado de preocupaciones morales.
Estudió, multiplicó las observaciones históricas y puede ser considerado como el creador del método comparativo histórico, cuya importancia en ciencia es muy grande.
La objetividad de Maquiavelo, su moralismo, su voluntad de excluir las consideraciones de valor para atenerse a los hechos, constituye su aportación esencial al desarrollo de la Ciencia Política; también le ha valido su mala reputación "maquiavelismo" sinónimo de trapacería e inmoralidad; la propaganda desarrollada contra Maquiavelo a lo largo de los siglos es sistemática; no se le ha perdonado que empezara a desmitificar el estado, a enseñar la brutal verdad disimulada tras los mitos del bien común.
Para Maquiavelo lo esencial era lograr el poder, mantenerse y, en lo posible acrecentarlo, frases como “el Príncipe debe ser temido y no amado”, “el gobernante debe ser León, pero también zorro”, combina permanentemente tácticas psicológicas, pedagógicas y sociológicas con el único objetivo de alcanzar el poder, al margen de cualquier consideración ética. El éxito o fracaso se miden en términos de permanencia de un gobernante o régimen político en el Poder, no en su bondad o buenas intenciones.
La sustitución de la Ciencia Política.
Sin embargo y, a pesar de la gran proliferación de ciencias prácticas y experimentales como consecuencia de la gran libertad para investigar, la Ciencia Política conservaba su lugar de preeminencia entre las ciencias prácticas: la Economía, Pedagogía, Derecho, etc. Durante la Edad Contemporánea comenzó una verdadera sustitución de la Ciencia Políticas por sus subordinadas, debido tal vez a la gran confusión metodológica y de objetos de estudio que se produjo durante los tiempos modernos.
La politología sustituida por la Economía.
Desde la segunda mitad del siglo XVIII se agrava la fragmentación que vienen sufriendo las Ciencias en el siglo XVII, y la Política no es ajena a esta división o desgranamiento. Paralelamente al surgimiento del término Economía Política (como técnica del estado para administrar las cosas materiales, o sea como economía estatal) se produce el alejamiento de esta ciencia de la política, como buscando un objeto propio y diferente de estudio.
Adam Smith considera aún a la economía como una rama de conocimientos del legislador para administrar mejor los recursos del estado, pero ya comienza a dividir estos dos ordenes: uno, el económico, goza de total espontaneidad, es una especie de fisiocracia, un gobierno de la naturaleza, posee sus propias leyes que no deben ser violentadas por el otro, un gobierno de los hombres, una antropocracia, que interpone obstáculos a las leyes naturales del laissez faire.
Así surge, paralelamente a la independencia de la Ciencia económica, el languidecimiento del estado, como agente del bien común de las personas.
El liberalismo y el socialismo son, en cierta forma, las doctrinas más antipolíticos porque, desde diferentes visiones, minimizan la acción del poder y del estado como promotores de un destino final para los habitantes de un país. Tanto Marx como los socialistas utópicos sostienen que se debe reemplazar al gobierno por el taller, o que nada se puede lograr desde el poder ya que las fuerzas materiales predeterminan a la decisión política, los liberales coinciden con los socialistas cuando dicen que no se puede violentar el imperio del mercado con leyes o reglamentaciones antinaturales.
Así, en el siglo XIX y en el siglo XX, la ciencia económica se desarrolla independientemente de la política y de la ética y comienza a tener un objeto de estudio propio: la riqueza, es llamada ciencia de la riqueza.
La politología reemplazada por la Sociología.
Durante el siglo XIX se produce otro cisma que se viene gestando desde los tiempos modernos y es la que separa al fenómeno social del político. Así Bodino y Altusio consideran a lo político como una superposición de los social, como la creación de vínculos estatales por sobre los sociales.
Sin embargo y ya en el siglo XIX en Francia, a instancias de Augusto Comte, surge la separación neta entre la política y la ciencia social. Para Comte, como para Durkheim, lo social atañe a lo privado, a lo espontáneo como desorganizado, o como no organizado por el poder político: las familias, los grupos, las clases, la propiedad. Lo social es concebido como la vida privada colectiva, interindividual, no pública. Lo social es el mar, lo político es la isla dicen los cultores de la denominada Física social. La sociología es un mar profundo, ya que su objeto es el enorme entramado social, lo privado lo inorgánico. La política es sólo un islote flotando sobre ese mar.
Esta separación no resulta tan perjudicial si ambas ciencias mantienen su independencia pero cuando la sociología pretende reemplazar a la politología, le quita mucha riqueza y capacidad de acción como ciencia de la praxis. Lo político es una manifestación muy especial de la vida colectiva, no se puede reducir a la investigación del fenómeno social, debe ir al plano de la toma de decisiones para precisamente transformar a la realidad social, ya sea para bien o para mal. El conocimiento de las instituciones, de la vida del estado y la capacidad de decidir, áreas propias del saber político, son necesarias para cumplir con esa necesidad tan humana de reformar el medio en el que se vive.
La politología sustituida por la ciencia jurídica.
Así como la economía se desarrolló en Inglaterra en el siglo XVIII y la sociología en Francia en el siglo XIX, la Teoría del Estado se desarrolló en Alemania a principios del siglo XX. La preocupación de los juristas Von Mohl y Bluntchli es cierta y real, y ambos reformulan la diferencia entre el Volk o la Nación y el Staat o el Estado (debido al singular proceso de construcción del estado en Alemania), retomando la idea de Aristóteles de que la politología es el conocimiento de la polis. Sin embargo ese fue sólo el comienzo de otra profunda separación entre lo político y lo jurídico, separación metodológicamente necesaria, pero realmente inoperante.
Son Georg Jellinek, Hermann Heller y Paul Laband quienes minimizan el rol de la política asimilándola
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