Introduccion a la literatura

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-No, apuesto a que es simplemente otro muchachito rico.. con los humos por las nubes y totalmente intolerable, lo de siempre.- La observe por un segundo mientras una leve sonrisa cubria mi boca y volvia de nuevo mi vista hacia la notebook frente a mi, Claire volvió a su escritorio a unos metros de distancia sin decir nada, ella conocía como era, y la conversación, simplemente había finalizado.

Una hora después, estaba en las enormes y imponentes puertas de la aerolínea esperando el audi negro que me habían descrito, André conocía mi profunda aversión a mantener una conversación por mas tiempo del necesario con una persona, estaba segura que por esa misma razón se había empeñado en que recibiera al dichoso muchachito Knoxville.

- Señorita Ackerley?-. Pregunto una gruesa voz a mis espaldas, me gire hacia el corpulento hombre de traje gris plomo que permanecía frente a mi.

- A sus ordenes, en que puedo ayudarle?-

- Soy el guardaespaldas del señor Knoxville, y si no es molestia debo revisarla antes de dejar que el señor se vaya con usted.- Asenti sin ninguna expresión en mi rostro, sabia que era rutinario.. y que el hombre simplemente hacia su trabajo, pero era demasiado altiva como para permitir que me tomaran por una criminal, en menos de cinco minutos, había desaparecido el inmenso hombre de traje, según había mencionado iría a buscar al tal James.

- Podemos irnos ya? Planeo estar en Seattle esta misma noche.- Otra voz distinta me hizo salir de mis pensamientos, alise mi falda negra hasta las rodillas mientras alzaba mi rostro, quedando muda instantáneamente aun sin entender el porque, a pesar de la leve sospecha que se estaba formando en mi interior.

El chico frente a mi era muy distinto del que me había imaginado, parecía de mi edad, si tenia suerte dos años mayor, algo en el hizo que las cicatrices en mi espalda me ardieran de forma leve, bajo la camisa manga larga de vestir, por la que estaba cubierta, era guapo.. sin duda alguna, pestañas abundantes como plumajes, enmarcaban unos perfectos ojos azules, haciendo juego con su cabello cobrizo, seguido de una fina y esbelta nariz, labios finos y piel rosada que hacia un perfecto juego con el chico que me observaba perplejo, el si parecía conocerme.. o al menos eso expresaban sus ojos, muy dentro de mi.. lo encontraba.. igual, igual a.. No, hacia demasiado tiempo que todo eso había ocurrido, y a pesar de tener ese hecho grabado en mi memoria, el difuzo rostro se esparcía por mi mente sin mostrar claridad.. asi que, no podía recordar.. seguramente, eran simples suposiciones.

-Es... Es un placer conoc-erte... Debes ser, a-Amira.- Tartamudeo apenas unos segundos antes de recobrar el mismo tono arrogante de hace un momento, su voz era hipnotizante... Pero a pesar de los pocos segundos que tenia frente a él, las cicatrices seguían ardiendo de forma intermitente, aunque estuviese atribuyendo todo eso, a mi aversión natural... a las personas…

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