LECTURA PROFESIONAL DEL LIBRO “ESTAMPA DE CAPITANES”

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Todas aquellas ordenes, consejos, observaciones, premios, sanciones, tienen por objeto inmediato de asegurar, las reglas y disciplinas, para fortificar y dirigir la voluntad de tu unidad, ósea el capitán es el que gobierna y es educador ante todo para dar satisfacción a todas sus exigencias como cualquier trabajo y debe cooperar con sus dirigidos.

Es enseñar a los hombres con cosas que habrán de olvidar pronto, y otros que no deben olvidar jamás por eso se dice que mandar es instituir o como Mayer escribe, instruir, cuando el capitán quien da la instrucción es también mandar.

CAPITULO 3: El capitán

Antes de educar a tus hombres es preciso crear un ambiente de confianza, de vivir con él, atraer hacia ti a los subordinados, los cuales tienen que tener respeto al grado e inspirar confianza hacia tu unidad es tu personalidad. Hoy más que todo los hombres toman en consideración el valor profesional de quienes les manda, la superioridad técnica intelectual para ser conducido por alguien que conozca bien de su oficio, por otra parte el que manda tiene en todos los momentos el derecho y el deber de juzgar en todo y por todo a sus inferiores al mando. Y También tener muchas cualidades como la bondad, energía, entereza, constancia, fortaleza, etc. ser un hombre de carácter y no pueda confundirse la debilidad de los hombres de poco espíritu, el capitán debe ser el guía de sus hombres un conductor de su unidad, ser persistente y vivir en armonía y entereza con sus dirigidos, ya que en ningún momento podrá merecer de un recto juicio, calificativo que ni sea el de mal militar.

Los que pretenden tales cosas han sentido algo en el rincón de su espíritu una gran verdad, sin embargo, carecen de virtudes militares, el fingir es inútil, porque es descubierto y recae con efectos sobre sus dirigidos y pierde de golpe la confianza y su buena fe y se pierde las cualidades que inspiraba a su unidad en especial al hombre porque el soldado es indulgente a sus superiores, conociendo el oficio cumplen sus obligaciones, meditando sobre esto sentirás, apreciaras la sinceridad de tus propios sentimientos sobre todas las cosas de la vida para poder tener éxito es necesario arriesgarse, afrontar con temeridad y no es inicio de buscar valor los peligros, tampoco la sensación de justicia en un proceder solo puede darte tu propia conciencia, sin preocuparte de las reacciones de tus inferiores al mando porque se creen siempre víctimas de la parcialidad de sus superiores porque nadie es un buen juez de sus propios actos.

Para un buen gobierno es necesario la abnegación personal en el servicio, y el carácter es escencial para el que manda. Si posees todas esas cualidades estarás en condiciones de mandar, por desgracia se temen perder la legión de la personalidad por seguir un consejo o por imitar una determinación de otro oficial, es consecuencia simplemente falta de virtudes, y es entonces que falseas la acción de mandar, es tener faltas de carácter de abnegación a la profesión de ser mal oficial y estas faltas son frecuencia por falta de inteligencia, falta de carácter y esto se traduce en ambición de estos hombres que se consideran inteligentes para el cargo que desempeñan, y tienen siempre critica, indiferencia de sus subordinados, y son estos los que no reflexionan, ya que muchos hombres están dotados de razón y muy pocos de sentido por eso tienen que honrar las filas de las milicias y apreciar el espíritu de los soldados.

Cuantos capitanes desean mantener la disciplina de su unidad, el cumplimiento de su deber de ,los subordinados muchas veces estos se sienten superiores con los más inferiores y parecen complacerse a dar órdenes, que recibieron anteriormente de un capitán, como alguna vez escuche a tal jefe , tal tropa ; porque ella es el juez imparcial y severo del que manda y es el censor de todos los actos que forma una unidad es admirar al capitán en su comportamiento encontrara el que manda la mejor y más noble de la recompensas, una de las leyes más fundamentales es la psicología colectiva que es la tendencia a la imitación, es la moda de la copia de las costumbres y los vicios

Es entonces con práctica, tacto, experiencia, la firmeza y la autoridad que tienes para mandar con un buen gobierno sobre tu unidad, dando la comodidad a tus hombres ser igual que ellos y tener el equilibrio en tu espíritu y contagiar a tus hombres con pequeños esfuerzos de reflexión esto te sirve para tener un buen mando sobre tus tropas en tiempo de combate.

CAPITULO 4: El capitán en las relaciones con sus subordinados.

La relación que se debe mantener con un inferior debe conducirte a crear soldados, es decir, a educar a tus hombres, con un fin inmediato, de tener una unidad disciplinada, un conjunto de hombres que te permitan medir el valor de tu tropa y no el de su armamento, ni su vestimenta, ni la maniobra que él tiene sino la disciplina que puedes conseguir con tus hombres.

Y hay una pregunta importante ¿Qué es la disciplina?

Es la solidaridad para un fin común de adaptarse rápidamente a tales mudanzas y no imponer el manejo de estas, la disciplina en una unidad es mucho más que todo es un resultado de la acción del mando del capitán y tiene como base la subordinación, la obediencia, el sentimiento de honor, el espíritu de cuerpo, la instrucción el orden son todas estas cualidades del hombre que tiene disciplina más que una virtud individual es colectiva porque el hombre es obediente en el cumplimiento de los reglamentos que puede aplicarlas en una unidad bien instruida que no tengan arrestos y tengan privado un equipo de prendas bien conservadas a pesar de sus privaciones no pierde la eficacia de ser una unidad bien disciplinada.

El educar a tus hombres no es de imponer disciplina por temor al castigo debe suceder de la educación de los sentimientos nobles la continuación que ha recibido un niño, adolecente en su seno familiar y la escuela es coadyuvar a estos para que tu unidad rescate los valores de la disciplina con resultados de métodos de educación racionales presenta los ojos del soldado al servicio militar como practica de deber sagrado sometido a reglas.

Porque tratamos de conocer a la juventud que viene a las filas en la mayoría obligados por las circunstancias, con espíritus simples y sensibles y es que a qué hacer de la unidad una escuela donde el cuartel enseñe la disciplina militar y el ejercicio de las armas y la función altísima del valor social y el cumplimiento del deber con una inquebrantable fe en el porvenir, en tui unidad tu serás el maestro de instruir a tus hombres, las energías físicas, intelectuales