La Clínica de muñecas, crónica por Sheyla Esparza

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El Sr. Eckard Schultheiss iba a buscar lo mejor para su familia siempre, por lo que en complicidad con unos amigos trató de hacer huir a su esposa e hija en una embarcación con destino hacía América Latina, sin saber en qué país iban a parar. Por el momento no importaba eso sino lo que primaba era la seguridad de sacarlas de ahí, sacarlas de ese espacio tan frívolo y nada benevolente. Es así que, tras muchas semanas de navegar en el mar, llegamos a un país muy distinto al de mi ciudad natal, estábamos en Lima. Yo me sentía muy afortunada porque estaba en compañía de mi humana favorita, pero ella y su madre se sentían incompletas y tristes porque no estaban juntas con el patriarca de la familia, pero no pasó mucho tiempo hasta que él llegó también y la familia estuvo reunida de vuelta.

Formamos una vida nueva en Perú, aquí todo era felicidad, en cada foto que me tomaban con Brunhild ambas estábamos vestidas y peinadas igual. El tiempo pasó muy rápido hasta que mi amiga creció y ya no quiso volver a jugar conmigo. Ahora sus intereses eran otros y aunque ya no fuéramos intimas… yo siempre estaba ahí, y ella siempre antes de acostarse me miraba como si extrañase esos días, y es así que fueron pasando los días, los meses y los años. Ella se comprometió, se casó, tuvo su primer bebé, luego llegó el segundo y finalmente la tercera, y yo seguía ahí presenciando todo.

En 2014, cuando Brunhild tenía 75 años, decidió que era tiempo de hacerme una renovación y tratamiento para quedar como nueva y poder darme como herencia a su hija y a sus nietas. Es así que, se contacta con Rossana Malla, la Dra. de Clínica de Muñecas, se supone que me iban a reparar por unos días y luego me recogían, sin embargo, han pasado 3 años y mi bella Brunhild aún no llega, no sé si habrá pasado algo con ella o es que tal vez ya no me quiere… solo espero muy dentro de mi revivir esos días de felicidad del que fui parte.

Margarethe es una muñeca de colección Armand Marseille 300, esta fue dejada en el mes de marzo de 2014 en el taller de la Clínica de muñecas de Rossana Malla y desde ese día no se sabe nada del paradero de su dueña, solo se sabe que es proveniente de una familia alemana, tiene los cabellos rubios dorados y los ojos celestes.