La gran amistad de Pepe y Maribel

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Al siguiente día, llegan al albergue una niña y su mamá y deciden adoptar a Pepe. Por un momento Pepe se sintió feliz, pero al recordar a Maribel le volvía la tristeza. Extrañaba sus abrazos y su compañía. La niña, como era tan pequeña, a veces olvidaba alimentarlo. Tampoco jugaba tanto con él, pues tenía otros juguetes, como muñecas, videos de bailes y un celular. Así que pasaba mucho tiempo viendo cosas en su celular y se olvidaba de él.

Pasó una semana y Maribel no tenía noticias de Pepe. Decidió ir al salón de belleza para olvidar sus penas y allí se encontró a la mamá de la niña. Luego de hablar sobre otras cosas, tocaron el tema del nuevo perrito que habían adoptado. Al enseñarle una foto, Maribel se percata que es Pepe. Entre lágrimas le explicó que ése era su perrito, su compañía, su mejor amigo y que necesitaba recuperarlo. La mamá comprendió la situación y deciden ir juntas a explicarle a la niña que Pepe ya tenía dueño. Cuando llegan a la casa las recibe la niñita con Pepe. Pepe al ver a Maribel no paraba de ladrar, se le subió a los brazos y en ese momento, Maribel no paró de besarlo y abrazarlo. La niña no entendía lo que estaba pasando hasta que la mamá le explicó y la hizo comprender que Pepe era de Maribel y que no podían estar separados. Eran mejores amigos, inseparables y se necesitaban el uno al otro. La niña accedió y Pepe regresó a su hogar junto a Maribel. Ahora ambos estaban felices. Y nunca más volvieron a separarse.

Como moraleja, podemos decir que los amigos siempre se cuidan, se protegen y siempre están ahí para ayudarse. Son como parte de la familia. En este cuento se presentó al animal como el mejor amigo del hombre, donde existe siempre una amistad y amor verdadero.

Patricia Vilá Díaz

Jafet Guzmán

Steven Gómez

8 A

13 de diciembre de 2016