La imposición es tan sutil que creemos elegir el camino...

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Este paradigma cambia la tipología del poder, este deja de darse en términos de soberanía y pasa a ser patrimonio de todos, se expande capilarmente para utilizar una expresión foucaultiana. Pero lo que más interesa aquí, porque tiene un puente al planteo de Byung-Chul, el poder en sus versiones de vigilancia y disciplinamiento, y por tanto sujeción, deja de ser brutal para adoptar una modalidad sutil que medirá su eficacia-entre otras cosas- en los niveles de introyección que logre en los sujetos, la extensión “ sin lagunas” que alcance y la invisibilidad.

Así, pasamos de la trampa que supone,según Foucault, la visibilidad para los sujetos a la concepción de un panóptico digital que introducido por Byung-Chul Han en 2012. Que se ejerce vigilancia a través de los medios de comunicación, las redes sociales, internet, etc. Se llega a los rincones más íntimos, dispersos y “camuflados” que se pueda.

Debemos tener presente que grandes porciones de población publican su día a día en las redes sociales; que no se plantean la pregunta de si es extraño o no que una aplicación como Snapchat llegue al punto de poder tener un reconocimiento de puntos faciales de quien la está usando; que hay empresas que actualmente se encuentran trabajando con el fin de desarrollar softwares para poder distinguir emociones en los usuarios a través del monitor; que actualmente ya es posible reconocer la edad de un usuario por la rapidez con la que tipea; entre otros. Y que constantemente nos vemos bombardeados por un sinfín de aplicaciones que dia a dia “poseen” información de la intimidad/ privacidad de un individuo dejando de lado todo tipo de vida privada e intimidad para ser en cierto modo, vigilados/controlados. Los sujetos se encuentran constantemente vigilados pero, la diferencia, es que lo están sin sentirse efectivamente en un estado de encierro o de presión, la mirada que se ejerce desde un punto “amigable”.

En adición, se debería plantear la alta exposición y vigilancia que se establece bajo aquellos menores que utilizan las redes sociales, e incluso, bajo aquellos que no las emplean de manera directa, pero cuyos padres los insertan en este mundo al subir fotos suyas. Cómo las nuevas generaciones nacen bajo la influencia de un sinfín de marcas ejerciendo influencias sobre ellos.

A modo de conclusión, más allá de las particularidades de cada una en términos teóricos y políticos, encontramos en los planteos de ambos autores referidos elementos sumamente valiosos para el análisis de las diversas formas de vida comunitaria de los seres humanos (hablar de “la sociedad” se torna complejo ya que lo que hoy ordinariamente denominamos así no se corresponde con lo connotado por tal palabra).

Observamos que el planteo de Byung-Chul Han va en la línea de pensamiento foucaultiana buscando dar una respuesta a la nueva sociedad neoliberal a la que no explica ni supera la sociedad disciplinar. Los procesos de subjetivación en un mundo globalizado cobran otros matices y responden a otros imperativos. El intento de Foucault por introducir elementos para una nueva racionalidad que permitiera alternativas relaciones de poder en este marco transmoderno/ posmoderno/ tardomoderno que podemos encontrar en la biopolítica no fue fructífero y por tanto abandonado por el propio autor que dio un giro hacia el cuidado de sí.

Byung-Chul Han logra dar respuesta concisa a lo que parece ser el signo de nuestra era, una contradicción cuasi absurda entre estar en todo y no estar en nada son la exigencia de la experticia.

Trayendo estos pensares a la práctica educativa o mejor, a las diversas concepciones de educación podemos ver estos movimientos. Principalmente en lo que hace al curriculum, los planes son cada vez más flexibles, los troncos comunes más débiles cada uno de nosotros también se construye, obligadamente como estudiante y a la postre como profesional o intelectual. Pero sin llegar a los ámbitos universitarios está en boga una serie de teorías de las que parece válido plantear la duda si es respeto a las peculiaridades de las comunidades o los individuos o no es más que otro artificio de libertad que no busca más que la muy vieja y no tan querida reproducción social.

Bibliografía

Foucault, Michel. Vigilar y Castigar: nacimiento de la prisión.- 1a, ed.-Buenos Aires : Siglo XXI Editores Argentina, 2002.

Byung - Chul Han. “La sociedad del cansancio”, “Psicopolítica”.