La muerte como liberación

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En cuanto a la vida, no podría comprenderse por sí sola sin la muerte, ya que ésta última bien podía ser el puente entre ella y la felicidad. No es posible alcanzar un estado de plenitud conservando cargas, malos recuerdos, tensiones permanentes, intereses pueriles. La pesadez de nuestra propia vida puede ser el enemigo más intrépido, el más ágil contrincante.

‘’El que sufre ve a la muerte como una liberación, y no quiere volver jamás a repetir lo mismo; se desea repetir lo mismo si se trata de volver a repetir los momentos buenos, plenos, felices; si el "repetir" es entendido como recuperar lo perdido gratificante de la vida, abundante, generoso’’

¿Por qué resulta tan complicado entender a veces este tipo de muerte o recurrir a ella a pesar de ser tan necesaria?

Los mártires, las personas que viven al rojo vivo los peores infiernos son los más propensos a convencerse de que solo un cambio radical podría sacarlos de allí, que quizás ese cambio implique muchas otras cosas, hasta dejar de ser lo que siempre han sido, para convertirse en una persona completamente diferente. Para ellos se vuelve más sencillo comprender la inminente necesidad de algo, algo extremo, y realmente bello como la muerte. No la muerte cobarde, sino la muerte sincera, necesaria. ¿Cómo no podría ser hermoso aquello que nos permite vivir, aquello que nos permite ser libres y alejarnos de todo aquello que nos atormenta?

La hermosura y magnificencia de la muerte no puede verde desde que haya un evidente apego a lo conocido, a permanecer en la zona de confort y no querer salir de allí a pesar de que las circunstancias exijan un revivir, que pidan a gritos un cambio. Muchas personas viven cegadas y no caen en cuenta que la muerte no es algo malo, que la vida no podría ser vivida si no se mataran varias cosas de la misma. Que el ser humano en su más pura esencia nunca podría manifestarse si no tuviera que morir primero.

Vivimos en un mundo lleno de presiones sociales, personales, de mentiras, de falsos ídolos y pasiones baratas. Esto lleva a que las personas se conviertan en copias carentes de cualquier pizca de autenticidad, donde la magia interna va desapareciendo lentamente. Por ello, es necesario percatarse cuanto antes y poner un alto, morir las veces que sean necesarias y dejar fluir la esencia interior. Esa pequeña parte única que no podría ser explorada si no se recurre a la muerte, si no se libera, se sueña, se destruye, se mejora…en pocas palabras: ´´Vivir es trascender, trascender es liberarse, y no hay mayor liberación que la que se encuentra en la muerte misma’’.